Lo peor que le podemos decir a un deportista es que no puede llegar a hacer algo, que no puede conseguir algo. Es un pensamiento limitante. De hecho, aquellas personas que normalmente no se atreven con algo, son las primeras que te dicen que no lo intentes, que fracasarás. Este nuevo año no lo permitas, aléjate de lo que te aleja de tu mejor versión como deportista o entrenador.
En esta época del año, llena de nuevos propósitos y buenas intenciones, es un buen momento para retarnos a pensar diferente de cómo hemos pensado hasta ahora. Si queremos cosas diferentes, debemos pensar diferente. Si seguimos pensando igual, por muchas cosas que nos propongamos, no cambiaremos nada. Pasarán las primeras competiciones del año y ya no nos acordaremos de lo que nos propusimos. Démonos la oportunidad de escuchar a las personas que piensan diferente que nosotros, a probar cosas diferentes a las de siempre, a preguntarnos por nuestras creencias, a liberarnos de nuestros miedos más profundos. ¡¡Un año de olimpiadas, es un año para arriesgarse!!
Independientemente de nuestros objetivos, para este año 2020 mantengámonos abiertos a nuevas ideas, a entrenos diferentes, a probar movimientos técnicos, a nuevas formas de ver nuestro deporte, de enseñar, de aprender etc. Vivimos cambios exponenciales que nos exigen una adaptación constante, y ya no es tanto lo que te plantees sino lo que haces diariamente para evolucionar, desarrollarte y seguir aprendiendo y mejorando como deportista. Actualmente el cambio es aprendizaje, por tanto, no dejemos de cambiar.
Lánzate y completa tu preparación con un entrenamiento mental que te haga mejor deportista, que consiga sacar tu mejor versión, tus mejores resultados. Para fluir compitiendo necesitamos ciertas rutinas mentales que nos den la seguridad necesaria para confiar en nosotros mismos y en nuestro potencial. Todo deportista tiene sus estrategias, pero la pregunta no es si las tenemos o no. La pregunta es si son las adecuadas para mí o si éstas son mejorables. Porque si lo son, tenemos un margen de mejora extraordinario que no estamos explotando, y ése puede ser ese segundo, ese centímetro, que nos separa de una victoria o de una medalla.
Y por último, hagamos lo que hagamos, ¡Vivámoslo! La vida es demasiado corta para no sentir lo que estamos haciendo en cada momento, y menos cuando nuestro deporte nos hace disfrutar como locos. Tomar consciencia y disfrutar del momento (“Carpe Diem” como decía nuestro entrañable profesor Mr. Keeting en el Club de los Poetas Muertos) Tengamos claro que como deportistas no volveremos a vivir otro año como el que empieza.
¡Felices Fiestas y feliz año sin límites!