Seguro que también os pasa que vuestra percepción del tiempo es muy diferente a medida que van pasando los años. Recuerdo esa sensación de mi infancia, cuando los veranos parecían eternos. De niña tuve la gran suerte de viajar todos los veranos por España junto a mis padres y hermano, de pasar noches infinitas jugando en la plazoleta con mis vecinos y, como colofón del verano, visita ineludible a la familia salmantina. Los veranos de mi niñez eran activos, aún así parecía que había pasado una vida en cada uno de ellos, pero cumplo años y da la sensación de que ese ritmo se acelera.
En agosto el estrés tiende a suavizarse, posponemos, descansamos y priorizamos el ocio. Con suerte, desconectamos tanto que no sabemos en qué día vivimos, de pronto, miramos el calendario y…SEPTIEMBRE, nuevo cambio de chip, nuevo periodo de adaptación. Siempre digo que es tan necesario tener rutinas como romperlas, de vez en cuando, para volver a conectar con energías renovadas. Ahora es tiempo de retomarlas, con herramientas a las que recurrir, siempre resulta más fácil. Así que ahí van unas claves para llevar la vuelta al cole de la mejor manera.
1. Escuchar activamente y validar emociones
Hablar con los niños sobre cómo se sienten suele tener mejores resultados que saturarlos con consejos y advertencias. Escuchando sus preocupaciones y miedos y validando cualquier emoción podemos ayudarlos a sentirse más seguros.
2. Establecer rutinas
Organizar la rutina del curso y explicarle a los niños cómo será. Con los más pequeños no sirve hablar de horas concretas porque aún no entienden ese concepto. Sin embargo, saber el orden en que hacemos cada tarea aporta estabilidad y seguridad desde edades muy tempranas. Los recursos visuales son de gran ayuda, ya sean a través de pictogramas o por escrito. Es buena idea empezar unos días antes del inicio de las clases.
3. Respetar el tiempo de juego
El juego es una parte crucial del aprendizaje y el desarrollo infantil. Es interesante incluir dentro de la rutina el tiempo de juego dándole así la importancia que tiene. En niños mayores, el tiempo con pantallas debe tener unos límites y estos deben ser establecidos desde el inicio del curso, de esa manera evitaremos utilizarlo como premio o castigo.
4. Fomentar la autonomía haciéndolos partícipes
Autonomía y autoestima van de la mano, un niño que siente que sus adultos de referencia confían en él para ciertas tareas, elabora esquemas mentales de confianza y seguridad. Animar a los niños a participar en la elección, por ejemplo, de los materiales escolares o de su desayuno, les aporta sensación de pertenencia.
5. Evitar comparaciones
Cada niño es único, tiene sus propias capacidades y se desarrolla a su propio ritmo. Evita comparar a tu hijo con otros en términos de rendimiento académico o habilidades. En su lugar, enfócate en su progreso individual y celebra sus esfuerzos.
Cada curso conlleva un nuevo comienzo, suele ir acompañado de multitud de emociones tanto para el niño como para los padres. Desde la crianza respetuosa, en la vuelta al cole trataremos de crear un ambiente calmado y consciente donde los niños se sientan amados, respetados y apoyados en su crecimiento y desarrollo.