Como parte del trabajo de autogestión, me apunté hace un año (cerca de los días en que escribí el primer post de este blog) al Máster en Desarrollo Personal y Liderazgo de la Universidad de Barcelona, aprovechando mi estancia en esta ciudad. Más que de un máster, se trata de una escuela de vida, que de cierto modo, «llena» los vacíos de la academia convencional. Como todo, tiene sus detractores, sin embargo, yo aquí, de primera mano, les contaré de qué manera me ayudó en mi proceso personal.
Tras una intensa actividad académica en Barcelona y de abrirme múltiples espacios de autorreflexión respecto a la vida, la rutina y la cercanía -o lejanía- de la familia, llegó la hora de regresar a Colombia. En esos días de agosto algo tenía claro: aún no estaba lista para retomar la vida de oficina, había de aprovechar la curiosidad que tenía acerca del coaching, el desarrollo humano y organizacional para ser una mejor versión de mí misma como ser humano y, por supuesto, líder.
Fue así como comenzó todo esto. Con la primera sesión del máster me documenté sobre el eneagrama (herramienta ampliamente utilizada en el máster) y descubrí que soy número 4 o un ser «dramáticamente especial», me caracterizan los altibajos emocionales, la sensibilidad e intensidad a un nivel muy profundo. Es verdad que soy muy emocional, disfruto el trabajo en equipo y la propuesta de nuevas ideas, siempre intento dejar una huella o un sello personal en todo lo que hago. En mi lado oscuro siempre estoy pendiente de aquello que los demás tienen y yo no, esto va más allá de lo material, es un sentimiento constante de carencia, como un agujero que me produce angustia.
Borja Vilaseca fue en este caso el encargado de sembrar las primeras inquietudes en mí y en mis compañeros de clase, desde el eneatipo 1 hasta el 9, comprendimos que nuestra esencia va más allá de la personalidad (ego) que hayamos decidido crear a lo largo de nuestras vidas. Esta herramienta nos puso en evidencia nuestros primeros deberes, en mi caso, decidí HABLAR MENOS Y ESCUCHAR MÁS, entender a las personas «difíciles» de mi círculo como «maestros» y así TRANSFORMAR EL VICTIMISMO EN RESPONSABILIDAD. Dura tarea, ¿Eh? Conocer mis luces y sombras y tomar acción fue lo primero que hice y es un trabajo vital que aún no termina.
Para saber más acerca del enegrama consulta el libro «Encantado de Conocerme» o los videos de Borja Vilaseca.