Sé que me estoy metiendo en un jardín, pero ya he leído suficientes estudios sobre cómo afecta la pornografía a la sexualidad humana y visto en consulta sus consecuencias reales como para posicionarme: ver porno tiene consecuencias perjudiciales para la salud sexual y psicológica.
Lo más grave que te puede ocurrir con el visionado de pornografía es que generes una adicción, sin embargo, tiene otras consecuencias a nivel emocional, sexual o educativo. En este artículo quiero compartir contigo lo que he visto y leído sobre el tema y, a partir de ahí, tú decides.
Cómo nos afecta la pornografía.
Muchos estudios realizados ya han demostrado que la adicción a la pornografía puede generar los mismos problemas que generan las adicciones a sustancias: problemas físicos, psicológicos y sociales. También, dichos estudios ponen de manifiesto que un consumo excesivo de pornografía genera cambios en el cerebro, afectando, sobre todo, al lóbulo frontal (el área encargada de las funciones ejecutivas, las cognitivas y las conductuales).
Llegados a este punto, tenemos que distinguir cuándo nos hemos habituado a la pornografía y cuando hemos generado una adicción. La habituación se da cuando la respuesta a un estímulo es cada vez menos intensa debido a la exposición repetida de ese estímulo. En el caso que nos ocupa, a más porno ves menos intensas son tus respuestas sexuales (excitación, orgasmo, etc.). Las consecuencias de la habituación al porno son las siguientes:
- Te masturbas con pornografía siempre y si no lo haces, te cuesta llegar al orgasmo o no llegas.
- Necesitas recurrir a recuerdos de vídeos pornográficos en las relaciones sexuales para llegar al clímax.
- Sientes que cada vez necesitas visionar categorías más “fuertes” para disfrutar lo mismo o llegar al orgasmo en el mismo tiempo.
- Las relaciones sexuales normativas o convencionales no te excitan.
- Quieres dejar de ver pornografía, pero te cuesta.
Además, el consumo de pornografía, obviamente, afecta a nuestra manera de vivir el sexo. Nos mete creencias erróneas sobre cómo deben ser las relaciones sexuales: el hombre tiene que aguantar, es el que manda y dirige, decide lo que se va a hacer en cada momento, el papel de la mujer es el de complacer, la mujer ha de llegar al orgasmo a través de la penetración, … Estas son solo algunos de los mitos sobre el sexo que la pornografía inculca.
Otra consecuencia que tiene su visionado es, por tanto, el desarrollo de disfunciones sexuales, sobre todo, en hombres, pues son quienes más pornografía consumen: eyaculación precoz, disfunción eréctil y, cuando hay una adicción, la disfunción sexual más común es la eyaculación retardada o la dificultad o incapacidad para llegar al orgasmo.
Síntomas de la adicción a la pornografía.
Al igual que ocurre con la adicción a las sustancias (como el alcohol o la marihuana) o al juego, el ver porno para mucha gente puede ser algo no dañino e inocuo, sin embargo, para otra se puede convertir en algo que genere dependencia y sobre lo que se pierda el control. Tienes adicción al porno si te pasa alguna de estas cosas:
- Has perdido el control sobre el consumo de pornografía. Has perdido el control de cuando lo ves, cuántas horas pasas frente a la pantalla, los motivos por lo que lo ves. En la adicción, el motivo de consumir ya no es la búsqueda de placer sino la evitación del malestar que produce no consumir.
Aquí te lo explico mejor: ¿Cómo saber si tengo una adicción?
- No te gusta la idea de dejarlo. Esto se llama dependencia. Cuando necesitamos algo para dejar de estar mal ya hemos generado una dependencia. Que te digan que debes parar de hacerlo, no te gusta por eso, porque, entonces, ¿qué hago para no estar mal?
- No puedes controlar tus impulsos. La impulsividad te impide retrasar esa gratificación. Quieres saciar tu impulso ya, de manera que lo haces sin pensar sin pararte a reflexionar sobre lo que vas a hacer. Enciendes el ordenador o el móvil a penas sin darte cuenta, de manera automática.
- Te autoengañas. Quieres dejar de tener esa adicción a la pornografía y sabes lo que tienes que hacer. Sin embargo, te viene el pensamiento de “por una vez no pasa nada” o nunca es buen día para empezar. Si has tenido un mal día, lo haces como compensación, si has tenido un buen día, lo haces pensando que lo controlas. Incluso, se puede dar la ocasión en que lo hagas porque llevas tiempo sin hacerlo y te mereces un premio. Fíjate la paradoja.
- Actúas de manera compulsiva. Acompañada de la impulsividad está la compulsividad. Algo dentro de tu cabeza te manda la señal de urgencia de acudir a la pornografía y no hay otra manera de que se apague que haciéndole caso.
Conclusiones.
Con todo lo que he expuesto, yo solo puedo darte un consejo: evita el porno. No me voy a meter en el debate ni a dar mi opinión sobre si es ético y moral la pornografía, pero una cosa es que ver vídeos pornográficos por disfrutar y, otra muy distinta, es coger el hábito de verlo. Además, casi nadie utiliza la pornografía como una práctica de disfrute o erótica. La mayoría de personas han empezado a ver porno por curiosidad y pensando que ahí era donde iban a aprender algo sobre sexo. Si quires saber más sobre cómo desarrollar una sexualidad sana puedes leer mi libro.
Aquí tenemos un gran problema. Los y las adolescentes empiezan a ver porno cada vez a edades más tempranas. Un problema aún más gordo es que es la única fuente de educación sexual que tienen. Nadie se encarga de enseñarles que el porno es ficción, que no es una fuente fiable y que no es una educación sexual adecuada y sana. Aprender a tener sexo a través del porno es como pretender aprender a conducir viendo Fast and furious.
¿Buscas ayuda para superar una adicción?
Si crees que puedes haber desarrollado una adicción a la pornografía o que el porno puede haber afectado a tu sexualidad y a tu manera de vivir tu vida erótica, es muy probable que necesites ayuda profesional y lo más recomendable es que la pidas. Puedes pedir más información aquí.
Referencias bibliográficas
Velasco, A., & Gil, V. (2017). La adicción a la pornografía: causas y consecuencias. Drugs and Addictive Behavior (revista descontinuada), 2(1), 122-130.
Wilson, G., & Jack, A. (2014). Your brain on porn: Internet pornography and the emerging science of addiction (p. 19). Richmond, VA: Commonwealth Publishing.
Hervías Ortega, F., Romero López-Alberca, C., & Marchena Consejero, E. (2020). ADICCIÓN A LA PORNOGRAFÍA EN INTERNET: ANÁLISIS DE UN CASO CLINICO. Behavioral Psychology/Psicología Conductual, 28(1).