El siguiente texto pretende dar una visión simplificada sobre factores biomecánicos que intervienen en lesiones referentes al tendón supraespinoso.
1. Introducción:
El término «síndrome subacromial» o «impingement» se refiere a la compresión que se genera entre el acromion con la cabeza del húmero, lo cual causa diversos problemas de las estructuras que se encuentran en esa área.
Ilustración 1 visión lateral de las estructuras que conforman la articulación glenohumeral, se puede distinguir perfectamente como pasa el tendón del supraespinoso entre la cabeza del húmero y el acromion. Fuente: Joint structure and function.
Dentro del síndrome subacromial una de las lesiones más típicas es la tendinopatía del supraespinoso. Es una lesión bastante habitual tanto en hombres como mujeres, sus etiologías o causas son variables, desde una sobrecarga por uso excesivo a un traumatismo pasando por factores genéticos y factores relacionados con la edad o incluso factores metabólicos entre otros, en estas líneas intentaremos dar explicación a los factores mecánicos.
El supraespinoso es un músculo que sale desde la fosa supraespinosa pasa por debajo del acromion y se inserta en el tubérculo mayor del húmero (número 1, ilustración 2). Al generar contracción, sobre todo genera abducción, aunque también tiene cierta capacidad para generar rotación interna y externa según se posicione el húmero.
Ilustración 2 Fuente: Prometheus Anatomía general y aparato locomotor. 1: supraespinoso; 2: infraespinoso; 3: redondo menor.
Uno de los mecanismos de lesión es la compresión a la que se somete al supraespinoso al elevar el brazo ya sea en flexión o en abducción. Aunque es la abducción la que más problemas causa, ya que si tenemos en cuenta la posición de la escápula (unos 35º anterior con respecto al plano frontal) va a ser un movimiento menos natural. Además, para la realización de una abducción completa es necesario que el movimiento de abducción de la articulación glenohumeral se vea acompañada de un movimiento de rotación externa, asegurando que el trocánter mayor del húmero se coloque en el espacio de tal manera que no genere más compresión sobre el propio acromion.
Teniendo esto en cuenta, es importante saber que articulaciones se encuentran principalmente involucradas en esta disfunción articular para, posteriormente, saber qué musculatura trabajar. De esta manera, podremos mejorar el control sobre las diferentes articulaciones y disminuir la compresión entre acromion y cabeza del húmero, mejorando la lesión. En estas líneas le daremos más protagonismo a la abducción, ya que es el movimiento articular más complicado de recuperar por lo expuesto anteriormente.
Ilustración 3 disfunción en movimiento de abducción de hombro. Fuente: Kinesiology of the musculoskeletal system
2. Descripción de las articulaciones principales involucradas con respecto a la lesión:
Articulación glenohumeral: está formada por la convexidad de la cabeza del húmero y la concavidad de la fosa glenoidea. Su característica principal es que es una articulación con gran movilidad. El movimiento de abducción que se produce en esta articulación no es un movimiento de rotación puro, sino que viene acompañado de un deslizamiento inferior que es importante para evitar la compresión entre la cabeza del húmero y el acromion evitando así el potencial daño sobre el tendón del músculo supraespinoso.
Ilustración 4 movimiento de la cabeza del húmero sin deslizamiento inferior (a) y con deslizamiento inferior (b). Fuente: Joint structure and function
a) Movimiento de abducción sin deslizamiento inferior de la cabeza del humero, al no haber deslizamiento se produce un impacto entre la misma y el acromion.
b) Movimiento de abducción con deslizamiento inferior de la cabeza del humero permitiendo que haya movimiento sin que se produzca contacto entre la cabeza del humero y el acromion, permitiendo un movimiento completo de abducción.
Teniendo en cuenta esto, más el hecho de que es necesario que se produzca una rotación externa para evitar que el trocánter mayor de la cabeza del húmero se coloque en una posición que fomente mayor comprensión, podemos decir que la musculatura principal que controla la articulación glenohumeral al elevar el brazo es la siguiente: deltoides (anterior y medio), supraespinoso, coracobraquial, bíceps cabeza larga, infraespinoso, redondo menor, redondo mayor y subescapular.
La musculatura que típicamente se considera el “manguito rotador” son el supraespinoso, subescapular, redondo menor e infraespinoso, nos vamos a centrar en el análisis de esta musculatura, además del deltoides por su relevancia en el mecanismo de la lesión.
Deltoides: el deltoides genera una gran fuerza dirigida hacia superior, lo que tiende a generar compresión entre la cabeza del húmero y el acromion si no se ve contrarrestado con la función de otra musculatura.
Ilustración 5 La línea de acción de los tres segmentos del deltoides sigue la línea de tracción del deltoides medio. La Fx representa la fuerza que ejerce el músculo hacia superior mientras que la Fy es la que produciría abducción. Fuente: Joint structure and function
Supraespinoso: produce abducción y genera compresión entre la cabeza humeral y la fosa glenoidea, dándole estabilidad durante el movimiento de abducción. Además, durante este movimiento sirve como “espaciador” musculo-tendinoso que restringe fuerzas traslacionales superiores indeseadas, como la producida por el deltoides.
Ilustración 6: Supraespinoso en la parte superior, infraespinoso, subescapular y redondo menor en la zona inferior de la imagen. Fuente: Joint structure and function
Infraespinoso, subescapular y redondo menor: la componente rotatoria que conforman estos músculos no sólo provoca rotación, sino que además generan fuerzas de estabilización entre la cabeza del húmero y la cavidad glenoidea. Además como se puede ver, la línea de fuerza que generan los tres músculos contrarresta la fuerza hacia superior que ejerce el deltoides, la cual tiende a comprimir la cabeza del húmero contra el acromion.
Ilustración 7 Líneas de fuerza del deltoides, supraespinoso y el complejo formado por subescapular, redondo menor e infraespinoso. Fuente: Kinesiology of the musculoskeletal system
Articulación escapulo-torácica: la articulación escapulo-torácica no entra dentro de la definición de articulación entendida como la unión entre dos huesos, ya que no conecta hueso con hueso, no obstante, esta “falsa” articulación hace como nexo entre el hombro y el tórax dotándola de movimiento con respecto a este. Los movimientos de esta articulación son la suma de otras dos articulaciones que son la acromio-clavicular y esterno-clavicular.
En estas líneas nos centraremos en la basculación externa de la escápula y los movimientos compuestos entre la escápula y la gleno-humeral denominado ritmo escapulo-humeral.
Basculación externa:
Ilustración 8 el movimiento de basculación externa esta producido por el movimiento de abducción y flexión de esterno-clavicular y abducción de acromioclavicular. Fuente: Kinesiology of the musculoskeletal system
El movimiento de basculación externa es realmente importante a la hora de evitar daño en el tendón supraespinoso ya que coloca la fosa glenoidea en el espacio de manera va a permitir un movimiento completo a la hora de elevar el brazo y además va a disminuir la posibilidad de que se produzca compresión entre la cabeza del húmero y el acromion. La musculatura que controla principalmente la basculación externa es: Trapecio (fibras superiores, medias e inferiores), serrato anterior.
Ilustración 9 principales basculadores externos de la escápula, trapecio superior, medio e inferior y serrato anterior. Los números representan la posición del eje de rotación dependiendo de en que posición se encuentre. Fuente: Joint structure and function
Al inicio de la basculación externa el trapecio (superior, inferior y medio) y el serrato son los encargados de llevar principalmente el movimiento, además el eje de rotación se mueve desde el punto 1 al 4 (Ilustración 9) disminuyendo la capacidad de generar rotación y por ende disminuyendo la capacidad de bascular externamente la escápula. La combinación de esta musculatura es fundamental, ya que por ejemplo si el serrato anterior trabajara de forma aislada tendería a desplazar lateralmente la escápula perdiendo efectividad en su capacidad para bascular la escápula sin embargo la acción del trapecio lo contrarresta.
Ritmo escapulo-humeral:
Ilustración 10 Equilibrio de tensiones entre los músculos que controlan la escápula y la articulación glenohumeral durante el ritmo escapulo-humeral. Fuente: Kinesiology of the musculoskeletal system
La escápula ayuda a elevar el brazo en abducción al bascular externamente unos 50-60º, mientras que la articulación glenohumeral contribuye con entre 100 y 120 º en flexión y entre 90 º y 120º en abducción, la combinación de las ambas articulaciones produce un rango de movimiento de entre 150 º y 180 º.
En cuanto a nivel muscular, la musculatura que controla principalmente la basculación externa (trapecio y serrato) además de colocar la fosa glenoidea en el espacio de manera ideal para completar el movimiento de abducción, aportan estabilidad para que el deltoides y la musculatura del manguito puedan realizar su función. Como se ve en la imagen (ilustración 10) El deltoides y supraespinoso se encargan de movilizar el húmero generando abducción, además el infraespinoso y el subescapular tienen capacidad para ayudar al deltoides y supraespinoso en esa abducción aunque de forma muy limitada.
Bibliografía:
1. Joint Structure And Function a comprehensive analysis.
2. Kinesiology of the musculoskeletal system
3. Prometheus Anatomía general y aparato locomotor