El autoconocimiento es el punto de inicio para el proceso de crecimiento personal.
Consiste en un camino de reflexión interno y continuo. No se limita a un momento de la vida o a un único aspecto de la persona. Es de vital importancia conocerse para saber cuál es el punto donde nos encontramos, que hemos alcanzado en la vida, para llegar a descubrir quiénes somos, qué es lo que nos gusta y qué es lo no nos gusta, qué es lo que queremos y qué es lo que no queremos.
Después de haber tomado conciencia de lo que somos, es muy importante aceptarnos con nuestras cualidades (puntos fuertes) y nuestros defectos (puntos débiles). La Autoaceptación nos permite realizar un desarrollo sano de nuestra vida.
Una vez analizada la manera única de ser de cada uno y entender cuáles son nuestros puntos débiles y cuáles nuestros puntos fuertes, nos centramos en la fuerza interna que nos impulsa a desarrollarnos, a poner en práctica nuestras capacidades y aprender a valorarnos. Autovaloración es la capacidad de reconocer y sacar ventajas de nuestras habilidades. Dejar de lado las pretensiones de perfección.
Todas estas capacidades, el autoconocimiento, la autoaceptación, la autovaloración y la autoestima no son innatas, se aprenden a lo largo de toda la vida. Por eso es importante que aprendamos a querernos nosotras mismas.
- Nunca es demasiado tarde para tomar conciencia de nuestra situación, y empezar a actuar de acuerdo con nuestra forma de sentir y pensar. Cada logro que alcanzamos es un paso más hacia la autorrealización.
- Debemos practicar de forma regular: después de años actuando de una manera, el cambio no será rápido.
- Es bueno felicitarnos por los logros: por pequeños que sean, para alimentar los esfuerzos que hacemos, y para avanzar en nuestro camino.
- Aprender de los errores: cualquier persona puede equivocarse.