Cada vez son más los adolescentes que obtienen malos resultados académicos, en principio, ya no solo por la falta de clases sufrida en época de confinamiento, sino que también al no disponer de demasiadas horas de la figura tanto materna o paterna, que le incite a su hijo a hincar los codos y estudiar.
En una época donde cualquier información está disponible en internet, muchos jóvenes ven innecesario aprender diferentes asignaturas, con la idea de que no les valdrá para nada de cara al futuro y nada más lejos de la realidad.
Para mejorar estas horas de estudio que todo adolescente debiera de tener, te dejamos con algunas de las técnicas más utilizadas por padres, que quieren que sus pequeños, vuelvan a la senda del estudio y por tanto, aprueben los exámenes y pasen de curso.
Técnicas de estudio para mejorar el rendimiento en adolescentes
Aunque se dice que cada maestrillo, tiene su librillo, la verdad es que son muchos los centros y profesionales de la educación, que citan diferentes técnicas que ayudarán a nuestros hijos a ser más eficaces y eficientes en el tiempo que dedican a estudiar, lo que mejorará considerablemente sus notas.
Estos son los principales métodos y técnicas contrastadas que se utilizan a diario:
– Practicar en vez de estudiar lo mismo: aunque muchos centros educativos se basan en métodos anticuados, como puede ser el subrayar lo más importante, realizar resúmenes sobre los temas a estudiar o utilizar diferentes colores para así clasificar aquellos puntos más importantes, estamos ante trabajos que según vienen de anunciar en un reciente estudio de una prestigiosa universidad americana, no aportan nada al estudiante.
Estos mismos estudios, afirman que en vez de releer apuntes o estudiar lo mismo varias veces, será más productivo realizar prácticas relacionadas con los temarios a estudiar, teniendo así una forma más sencilla ante nosotros de aprendizaje.
Por ejemplo, una amplia mayoría de estudiantes de formación profesional, afirman haber aprendido más en tres meses de prácticas que en dos años de exámenes aprendiendo la teoría. Si bien, no siempre existirá la opción de practicar algunos temas, siempre que sea posible, intentar practicar en vez de estudiar todo al pie de la letra, ayudará al alumno a un mejor aprendizaje y retener por más tiempo la información.
– Descansar: y aunque este punto pudiera parecer que carece de importancia, la realidad es que la mayoría de jóvenes, no duermen las horas aconsejadas y en épocas de exámenes, se pegan atracones de muchas horas delante de un libro, al que el propio cansancio, no le permite tener la mente despejada.
Este punto bien se puede aplicar no solo al entorno de estudios, sino que también al laboral, ya que descansar, es primordial para hacer las tareas cotidianas a las que nos enfrentemos, con la mayor vitalidad posible y mente relajada.
– Cambiar de asignaturas: por otro lado, el estudiante no solo deberá centrarse en aquella asignatura que peor se le da, también debe sentirse valorado y esto se conseguirá también dejando tiempo para el estudio de las preferidas.
Esto hará que el alumno se habitúe a estudiar y no solo sienta que debe hacerlo con aquellos temas que peor se le dan, obteniendo así solo frustración y terminando por abandonar el estudio o “amagar” delante de sus padres, aunque en realidad esté mirando el libro como quien mira la televisión sin prestarle la atención y concentración necesaria.
Principales problemas que tienen los adolescentes a la hora de estudiar y obtener buenos resultados académicos
Teniendo en cuenta todo lo citado en este contenido, cabe destacar que en ocasiones, no es el propio alumno el que debe cambiar sus hábitos, sino que también sus progenitores.
Es decir, difícilmente un adolescente va a querer estudiar si no siente el aprecio de sus padres y no ve ninguna obligación por parte de ellos, aunque para ser sinceros, debido a las maratonianas jornadas de trabajo y la vida rápida en la que nos estamos viendo sumergidos, hace que muchos padres, vean imposible el sacar un par de horas para ayudar a su hijo en las labores de aprendizaje.
Por otro lado, en la otra cara de la moneda, nos encontramos con padres que buscan la excelencia de sus hijos, no valiéndole aprobar sino qué buscan matrículas de honor y esto, es igualmente otro problema con el que se encuentra el adolescente, al verse frustrado por no darle a sus padres las notas que buscan y pudiendo generar desde estrés a depresión debido a la presión ejercitada sobre el hijo y es que como dice el refrán, “ni tanto, ni tan poco”, haciendo así referencia a que se deberá buscar el equilibrio de horas de estudio de cada alumno, ya que no todos retenemos la información y nos quedamos con ella del mismo modo, habiendo alumnos que no les cuesta nada aprender un par de hojas, mientras que otros necesitarán incluso, más del doble de horas.