La enuresis infantil afecta a más del 5% de los niños de entre 6 y 14 años en España y, aunque no se trate de un problema de salud grave en ningún caso, resulta muy molesto para los pequeños y puede llegar a afectarlos a nivel psicológico y en sus relaciones sociales. A continuación te mostramos la información más relevante acerca de este trastorno, sus posibles causas y las mejores formas de tratarlo.
Qué es la enuresis infantil
También conocida como enuresis nocturna o incontinencia nocturna, se llama enuresis infantil a la micción involuntaria de los pequeños mientras duermen. En lenguaje coloquial: “mojar la cama”.
Nadie es ajeno a este trastorno.Todos hemos mojado la cama durante nuestra infancia, aunque algunas personas hayan dejado de hacerlo antes que otras.
Cada niño es un mundo y algunos dejan atrás la enuresis nocturna entre los 2 y los 4 años, otros a los 5 y, en algunas ocasiones, siguen haciéndolo después de cumplir los 7 (en este caso es recomendable acudir al pediatra en busca de consejo).
A grandes rasgos, la enuresis infantil se divide en dos tipos: la enuresis primaria, cuando el niño siempre ha mojado la cama, y enuresis secundaria, cuando el niño ha dejado de mojar la cama durante al menos 6 meses y vuelve a padecer el trastorno
Qué produce la enuresis: factores físicos y psicológicos
Las causas de la enuresis nocturna infantil pueden englobarse en dos grupos, por un lado las físicas y biológicas y por otro las psicológicas y sociales.
Factores físicos y biológicos
Aunque en muchas ocasiones no se puede afirmar con exactitud las causas de la enuresis, existen indicios físicos que pueden explicarla: un insuficiente desarrollo de la vejiga o la incapacidad del niño para reconocer los síntomas de cuando la tiene llena, desequilibrios hormonales, infecciones urinarias, estreñimiento crónico, diabetes o apnea del sueño.
La obesidad es también un factor que puede influir a la hora de padecer enuresis nocturna, algo que probablemente se deba a la peor calidad del sueño de los niños obesos.
Factores psicológicos y sociales
Las situaciones de estrés son causa habitual en la aparición de la enuresis, tanto primaria como secundaria: separación de los progenitores, fallecimiento de algún familiar cercano, el nacimiento de un hermano, accidentes, hospitalizaciones, situaciones de bullying en la escuela, etc.
Los trastornos de conducta, de ansiedad, depresivos o de déficit de atención e hiperactividad también pueden contribuir a que los pequeños mojen la cama. Es recomendable que los padres consulten a un psicólogo infantil ante cualquiera de estas situaciones.
A nivel social y según muestran las estadísticas, la enuresis se presenta en mayor proporción cuanto menor sea el nivel socioeconómico de las familias.
Cómo puede afectar al niño
Las principales con secuencias de mojar la cama durante la infancia son de índole psicológico aunque también pueda provocar molestias físicas (en ningún caso de gravedad). El principal problema es el sentimiento de vergüenza y culpa que puede provocar en los pequeños, lo que puede llevarlos a estados de tristeza y/o ansiedad y a presentar una baja autoestima.
En este aspecto la actitud de los padres es fundamental, evitando castigos o culpabilizaciones. A la hora de socializar, la enuresis puede ser también un problema, ya que probablemente el niño se niegue a dormir en casas de amigos o familiares o a pasar sus vacaciones en campamentos, por ejemplo.
En cuanto a los problemas físicos, pueden aparecer erupciones o llagas en la zona del culito o los genitales. Es importante que los pequeños no duerman con la ropa húmeda y que los padres estén vigilantes al respecto. Si es necesario, se deben cambiar sus ropas y sábanas en el momento aunque eso conlleve despertarlos o bien, una vez mudados, que duerman el resto de la noche con los padres.
Cuándo preocuparse
Hasta los 5 o 6 años no hay motivo para que los padres se preocupen porque sus hijos mojen la cama. A partir de ese momento es recomendable acudir a la consulta de un especialista por si las causas de la enuresis pueden deberse a problemas físicos o psicológicos y para que establecer unas pautas para atajar el problema.
Si surge una enuresis secundaria, es decir, si el niño ha estado más de 6 meses sin mojar la cama y vuelve a recaer, tenga la edad que tenga, es también aconsejable acudir a un pediatra o psicólogo infantil, especialmente si el pequeño ha pasado por alguna experiencia estresante recientemente o si se le nota un cambio en su estado de ánimo y comportamiento.
Pautas básicas para ayudar al niño a mejorar
Los padres pueden contribuir de un modo muy efectivo a combatir la enuresis de sus hijos.
Si tu pequeño sufre este problema, procura que ingiera poco líquido a la hora de la cena (agua o leche, nada de bebidas azucaradas o con gas), controla la sal de sus alimentos para que no se despierte durante la noche con sed, deja la fruta para el desayuno o la comida, no para la cena (estos alimentos presentan mucho líquido) y acostúmbralo a orinar antes de acostarse (al menos que vaya al baño y lo intente, aunque te diga que no tiene ganas).
Cuándo debemos acudir a un profesional
Un buen momento para acudir a un profesional es a partir de que el niño cumpla 7 años y siga mojando la cama aunque también es recomendable hacerlo antes si observas que a tu hijo le está afectando este problema a nivel psicológico y emocional y cuando se presente un episodio de enuresis secundaria.
También existen algunos síntomas físicos que hacen recomendable acudir a un especialista, como cuando la orina del pequeño presenta un olor intenso y desagradable o si siente dolor al miccionar, entre otras.
La enuresis infantil solo puede considerarse un problema, y no excesivamente grave, a partir de ciertas edades. Con anterioridad ha de tomarse como una parte del crecimiento de los pequeños que están aprendiendo a controlar su propio cuerpo. Aún así, en ocasiones es necesario consultar con un especialista. Sea como sea, recuerda, nunca le hagas sentir culpable ni le castigues por algo que no puede controlar.