“Eso es Psicológico”: El Peligro de Simplificar el Malestar
Belén Luque, tu psicóloga.
¿Cuántas veces has escuchado la frase «eso es psicológico»? Parece inofensiva, incluso lógica. Nos han enseñado que lo psicológico es algo interno, individual, algo que “deberíamos” poder controlar con fuerza de voluntad. Pero detrás de esas palabras hay algo más profundo: la idea de que si el problema está en tu mente, la solución también depende solo de ti.
Esta forma de ver el malestar nos deja solas con lo que sentimos. Ignora que nuestras emociones no surgen en un vacío, sino que están profundamente ligadas a nuestro contexto, nuestras relaciones y nuestras experiencias. Y ahí está el problema: nos hacen creer que si seguimos sintiéndonos mal, es porque no estamos intentándolo lo suficiente.
El Reduccionismo de lo Psicológico
Es cierto que los pensamientos y emociones influyen en nuestro bienestar, pero no son lo único. Si alguien está ansioso porque trabaja en un ambiente hostil, si está triste porque se siente aislado o agotado por la falta de apoyo, decirle “eso es psicológico” es casi una forma de invalidar lo que vive. Es como decir: “esto es solo cosa tuya, no del mundo que te rodea”.
Pero la realidad es que el dolor tiene raíces en la historia de cada persona. Lo que sentimos es una respuesta a lo que hemos vivido, a lo que nos rodea, a lo que nos falta. No se trata de negar el papel de la mente en nuestra experiencia, sino de recordar que no todo puede reducirse a un problema individual.
¿Por Qué Nos Dicen Esto?
Vivimos en una sociedad que prioriza la autosuficiencia. Nos han enseñado que cada persona debe “gestionar” sus emociones, como si fueran una tarea más en la lista de pendientes. No es casualidad que escuchemos tanto frases como “relájate”, “no te rayes” o “tienes que pensar positivo”. Todo apunta a la misma idea: si te pasa algo, es asunto tuyo arreglarlo.
El problema es que este discurso nos deja sin herramientas. Nos hace sentir que, si no podemos superar el malestar solas, estamos fracasando. Y lo peor: nos aleja de la posibilidad de pedir ayuda, de cuestionar lo que nos rodea, de reconocer que muchas veces lo que necesitamos no es “pensar diferente”, sino cambiar el entorno que nos afecta.
Cómo Abordar el Malestar de Forma Más Humana
Si realmente queremos acompañarnos a nosotras mismas y a los demás, necesitamos empezar por dejar de minimizar el dolor con frases simplistas. En lugar de decir “eso es psicológico”, podríamos preguntar: “¿Cómo te sientes realmente?”, “¿Qué te está pasando últimamente?”, “¿Cómo puedo apoyarte?”.
El bienestar emocional no se trata solo de aprender técnicas para “gestionar” emociones, sino de reconocer que nuestro contexto influye y que el apoyo mutuo es clave. Acompañarnos significa validar lo que sentimos, sin prisas por arreglarlo todo. Significa recordar que no tenemos que hacerlo solas.
Conclusión: No Estás Exagerando, Tu Dolor Importa
Si alguna vez te han dicho “eso es psicológico” y te has sentido incomprendida, no es porque seas demasiado sensible, sino porque el dolor nunca es solo una cuestión interna. No tienes que cargar con todo tú sola, y mucho menos sentirte culpable por lo que sientes.
Es momento de cambiar la narrativa y empezar a acompañarnos de verdad. No con frases vacías, sino con escucha, empatía y espacios donde podamos compartir lo que nos pasa sin miedo a ser juzgadas.