Cada especie de mamífero tiene un tipo específico de sistema digestivo, biológicamente adaptado a un determinado tipo de comida: desde el león, cuyo aparato digestivo mide unos tres metros y medio de largo, hasta la jirafa, que lo tiene de aproximadamente 84 metros.
Sobre el planeta hay animales carnívoros, herbívoros, omnívoros, graminívoros y frugívoros. Todavía se discute qué tipo de sistema digestivo posee la especie humana, pero hay una cosa segura, y es que los humanos NO poseemos todos esos tipos diferentes de sistemas digestivos.
Sin embargo, la mayor parte de los humanos no se privan de comer la dieta de un león, de una jirafa, de un cerdo, de un caballo y de un mono. Y no sólo comen las dietas diferentes de todos esos animales: ¡las comen todas al mismo tiempo!
Eso impone a nuestra capacidad digestiva una carga tremenda, provoca la formación de desechos tóxicos en el organismo y dilapida una gran cantidad de energía preciosa.