SOBRE MEDITA FÁCIL
¿Quién dijo que meditar no es divertido?
La meditación en sí es un estado de presencia, y desde esta perspectiva no hay una forma “correcta” de llegar a él. Cuando tienes un punto de origen y conoces un destino puedes utilizar cualquier medio para alcanzarlo, y aquí residen el arte, la creatividad, y cómo no… el juego para hacer de la meditación algo tan natural como respirar.
Un estado de apertura se caracteriza por la risa, por la inocencia, por la libertad y por el juego. Si vas a tu práctica como quien va a jugar esperando las sorpresas que te pueda ofrecer todo es más fácil, sencillo y divertido. Libertad de explorar tus sensaciones y percepciones y la posibilidad de compartirlas tras la práctica meditativa en grupo.
Su duración será aproximadamente de 1 hora, algo más o menos dependiendo del desarrollo de la propia sesión creada a partir del sentir del grupo y sus necesidades. No es necesario experiencia previa en respiración consciente ni meditación, cada uno es su propio maestro y estamos aquí para aprender desde el punto en el que estamos.
Cuando empezamos a adentrarnos por la senda de la meditación parece imposible vaciar la mente y “conectarse con el infinito”… ¡Qué rabia da que todo el mundo te diga lo bien que sienta y tú no poder llegar a ello! La solución es más fácil de lo que parece, la clave está en la Sadhana: la práctica. Se trata de una práctica personal cotidiana para limpiar la mente y el subconsciente, equilibrar el cuerpo y entrar en la dimensión del alma. En esencia es un proceso de refinamiento común a muchas otras disciplinas… siempre se empieza por el primer paso, ¿te animas?