¿PORQUE LA LIBERACION DE LA FASCIA ES RECOMENDADA PARA LOS MAREOS?
Todas las estructuras de nuestro cuerpo están envueltas en tejido, Fascia.
Realmente son todas y cada una, desde las más pequeñas hasta las mayores y más importantes.
Existen fascias que recubren grandes estructuras como el diafragma respiratorio y el pericardio que protege al corazón. Y otras que se encargan de envolver cada arteria, cada nervio.
Si estas fascia están restringidas, atoradas, deshidratadas, tanto por traumas como por lesiones,
o incluso por problemas de desorden químico, los órganos y estructuras que estén siendo
“contenidos” por ella, estarán sufriendo la falta de movimiento y deslizamiento, y sobre todo, de
nutrientes.
Muchos mareos son provocados por falta de irrigación sanguínea y por falta de oxigenación en el cerebro. También porque los nervios no están pudiendo transmitir plenamente las informaciones necesarias de equilibrio y balance.
Las restricciones de la Fascia que provocan mareos generalmente se encuentran a nivel cervical.
Nervios mas que importantes atraviesan esta zona, a veces entrelazados por otras estructuras de
transporte como arterias, y en muchos casos, deslizándose por pequeños “foramens” o
diminutos agujeros en los huesos del cráneo.
No siempre es la única causa, ya que pueden existir desórdenes y restricciones en órganos
digestivos que influyan con lo que percibimos a nivel de espacio y sensación de equilibrio. Tanto
por toxinas , como por falta de “motilidad” en los órganos. La motilidad es el movimiento
intrínseco involuntario de cada órgano, algo así como su latido. Para realizar plenamente su
motilidad, el órgano debe poder deslizarse sin atoramientos sobre las estructuras vecinas, que
suelen ser otros órganos; y deben estar sus ligamentos de sujeción flexibles y receptivos.
En otras ocasiones, y de manera muy recurrente en la actualidad por excesos de toxicidad, son
las primidas o Fascia intracraneales, es decir las meninges y las membranas que separan al cerebro en sus cuatro lóbulos, las que se encuentran tirantes, atascadas, las que ocasionan la
imposibilidad de movimientos plenos a los huesos craneales, que también deben poder moverse,
expandirse y contraerse, durante todo el día, gracias el bombeo en el cráneo del líquido
cefalorraquídeo.
Liberando las Fascias, liberamos las estructuras que necesitan transportar oxigeno, sangre, linfa e impulsos nerviosos, para que el cuerpo, en cualquier postura o posición, pueda sentirse equilibrado y con todos los “ajustes” necesarios para no marearse ni alterarse.
Liberar la Fascia brinda una reintegración de todas las estructuras, beneficiando tanto a nivel físico, químico y emocional.
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