¿COMO DEFINIR LA SOLEDAD?
¿Cómo definir la soledad? ¿es positiva o negativa? ¿es buscada o encontrada? ¿provoca felicidad o sufrimiento?……. y así podríamos continuar preguntando y probablemente no encontraríamos respuesta cierta, común o concreta que la pueda definir, ya que la soledad es un termino que depende de la persona, de las circunstancias, el momento….
Cuando hablamos de soledad el concepto cambia dependiendo de cómo lo sentimos.
Recordemos lo que tantas veces hemos dicho u oído: no es lo mismo estar sólo que sentirse sólo. La diferencia está en la emoción.
Cuando estoy sólo es una situación que se da o se busca, no suele producir mal estar. Cuando me siento sólo no importa con quién esté ni dónde esté, la sensación me acompaña como una sombra de la que no me puedo desprender, se aferra tanto a mí que se convierte en inseparable, puede cambiar mi modo de ser e incluso mi comportamiento hacia los demás. Produce dolor, miedo, rabia y puede acabar incapacitándome en mi día a día.
TIPOS DE SOLEDAD
La soledad podemos mirarla como si miráramos una moneda, con sus dos caras, por un lado tenemos la soledad como algo que se elige y se busca y en el otro la soledad como algo que se sufre y se rechaza. (Nardone, 2020)
En el primer caso nos encontramos con la soledad feliz. La soledad feliz se basa en no sentirse sólo porque te sientes con tu propia esencia, te encuentras contigo mismo, te aceptas, por eso no te sientes solo. Las personas se sienten solas cuando buscan desesperadamente no sentirse solas. Este sería el segundo caso, nos encontramos frente a la soledad desesperada y desesperante de quien se siente rechazado, quien no es capaz de relacionarse, de quien ha perdido a las personas queridas o su propio papel social. Es una situación de autoabandono, de no existencia para los demás. (Nardone, 2020)
Es complicado dar un único concepto de soledad. Existe la sana soledad, la que no daña, no molesta, es aceptada, se sabe gestionar y controlar; y una soledad sufrida, como solución intentada muchas veces para controlar un problema y que termina alimentándolo.
SENTIR LA SOLEDAD
Para sanar la soledad no existen medicinas.
La soledad tiene que ver con el dolor psicológico. Las pérdidas que se dan en el transcurso de la vida nos producen dolor. Ante el dolor en muchas ocasiones reaccionamos aislándonos, sufriéndolo en la intimidad. Y es esta solución que en principio la hacemos con la intención de no preocupar, no hacernos las víctimas,… lo que antes o después se convierte en la base del problema porque reducimos las relaciones, las actividades,…
La renuncia se convierte en la solución que nos lleva a iniciar un círculo en el que nos vamos quedando solos, limitamos salidas, relaciones,… Y más pronto que tarde esa soledad buscada como solución a una situación determinada se convierte en un problema mayor porque no nos sana el dolor de la pérdida, no nos ayuda a vencer la timidez, no nos ayuda a perder los miedos, en definitiva es una solución que en un principio nos alivia pero que termina convirtiéndose en un camino sin retorno.
La soledad cuando tiene que ver con el dolor de la pérdida de una persona a la que se sobrevive, hay que trabajar en la aceptación del duelo y el dolor. Hay que concederse el sufrimiento para poder atravesarlo. Transformar la pérdida en nostalgia y mantener a la persona dentro de ti.
Cuando la soledad se transforma en depresión, es una carga insoportable, se produce una renuncia a la vida y la soledad se instaura de un modo progresivo. Lo primero que hay que hacer es romper el círculo de la renuncia causada por un sentimiento de sentirse víctima de su naturaleza o de los otros. Con este aislamiento la depresión aumenta.
AFRONTAR LA SOLEDAD
J. T. Cacioppo decía:
“Privarse de la relación con los demás provoca un desgarro genético que se expande por nuestro ser hasta invadir las emociones.”
El aislamiento provoca una sensación de trágica soledad, y este sufrimiento activa la emoción del dolor. La persona que sufre de soledad necesita el contacto directo, retomar actividades, relaciones sociales con familia, amigos, vecinos,…
Cacioppo recomendaba contra el mal de la soledad relacionarse con personas semejantes a nosotros, ser conscientes de nuestros propios errores relacionales, evitar el aislamiento, abrirse a los demás, expandirse o esperar lo mejor.
Al igual que nuestra sombra está unida a nosotros de tal manera que apenas nos damos cuenta de que está, no le prestamos atención, no estamos pendientes de ella, así la soledad.
La soledad forma parte de nuestro ser, depende de nosotros sentirla como una pesada carga o aceptarla.