La música es parte de la vida, todos tenemos músicas, sonidos, ritmos, melodías; que parecen estar impresas en nuestras células, nos acompañan a lo largo de todo nuestro ciclo vital.
Hay numerosos estudios que demuestran cómo la música puede ayudar desde la fase prenatal hasta la ancianidad, además de la experiencia vital de cada uno.
Canciones, nanas que embarazadas cantan a sus bebés durante el embarazo, proporcionarán un remanso de paz al bebé cuando nace. Las canciones de nuestra niñez nos acompañarán siempre, aunque pasen los años todavía recordamos la letra, incluso nos pueden evocar recuerdos de nuestra infancia. En la ancianidad las músicas importantes a lo largo de la vida pueden «revivir» a la persona, como ocurre en la película «Coco».
En la película, la abuelita lleva muchos años ausente de la realidad, y «revive» cuando su nieto le canta «Recuérdame», una de las canciones más importantes de su vida que le cantaba su padre antes de que desapareciera de su vida.
La música ofrece beneficios a nivel personal y social, actúa a nivel psicológico, cognitivo, neurológico, psicomotor. Se ha utilizado la música con éxito en casos de enfermedades neurólogicas, daño cerebral, alteraciones del equilibrio, autismo… Además, se ha visto cómo la música puede ayudar al final de la vida.
Manuel Sequera, Musicoterapeuta, afirma que,
«Hay personas con demencia que no pueden hablar porque su patología no les deja, pero pueden cantar una canción entera. Esto es lo que trabaja la musicoterapia»
El artículo «Con la música a otra parte», expone la importancia de la música en el bienestar de las pesonas, los beneficios que aporta en general y en particular a las personas con Alzheimer.
Es muy interesante cómo la música está ayudando al final de la vida, como explica María José González, Musicoterapeuta de cuidados paliativos de la Fundación Instituto San José de Madrid, ofrecida por el canal Al final de la vida.
En el vídeo «El sentido de la musicoterapia al final de la vida», se explica cómo la música puede ayudar a un buen cierre de la vida, cómo puede ayudar al encuentro o reencuentro con los seres queridos, cómo puede ayudar a arropar y sostener esos momentos difíciles.
En la musicoterapia hay mucho más detrás de los acordes, el ritmo y las melodías. Hay almas, historias y corazones.
En el artículo «Musicoterapia: cómo activar la memoria a través de la música», el Dr. David Ezpeleta, secretario de la junta directiva de la Sociedad Española de Neurología (SEN), explica que sólo ha sido en los últimos 20 años cuando se ha empezado a hacer ensayos clínicos que muestran los beneficios que la música puede aportar en el ámbito sanitario.
Por ejemplo, una persona que ha sufrido un ictus y ha perdido la movilidad de un lado del cuerpo y una alteración en el lenguaje, puede utilizar esta terapia como complemento para rehabilitar la fuerza y la destreza al hablar. Si lo que se ha perdido es la fuerza, gracias a ejercicios rítmicos puede fomentarse.
También se puede aplicar para un paciente que tiene una alteración del equilibrio, utilizando técnicas de musicoterapia basadas en la danza o el baile. Lo mismo puede ser con pacientes con un daño cerebral adquirido, o una esclerosis múltiple.
Hace un tiempo hice una recolección de aquellas músicas que a lo largo de los años formaban parte de mi historia personal, me evocaban tiempos de alegría, momentos importantes en mi vida; y cada vez que las oía era un chute de vitaminas para el alma, me subía la energía rápidamente.
No conocía entonces ni la Musicoterapia ni la Escucha Tomatis, pero sabía que la música era uno de mis principales recursos para subir mi estado de ánimo, para sentirme bien.
¡Disfruta cada momento de tu vida acompañado/a con las músicas de tu vida!
¡¡¡Feliz Nochevieja y Nuevo Año!!!