Para un momento y piensa en las siguientes preguntas: ¿cuántas horas dedicas al día a mirar el móvil? De esas horas, ¿cuántas realmente han sido útiles? y, lo más importante, ¿qué estás dejando de hacer por estar con el móvil? El móvil o smartphone se ha convertido en un dispositivo indispensable en nuestras vidas, apenas podemos salir sin él de casa. Es aquí donde se encuentra la encrucijada: ¿cómo desengancharte de algo que es útil en tu día a día? El móvil nos permite comunicarnos con nuestros seres queridos, puedes escuchar toda la música que te apetezca, puedes entretenerte con cualquier cosa y hasta puedes pagar con él o pedir cita con tu médico de cabecera.
En este artículo abrimos un debate muy interesante sobre si estamos enganchados o no a nuestros teléfonos. Hablaremos de algunas señales que pueden indicar que sí y os daremos algunos consejos de buenos hábitos que puedes adquirir para desengancharte al menos un poco.
Señales de adicción al móvil.
Aunque esta adicción no está tipificada como trastorno (aún), sí se han hecho estudios para identificarla como tal. Dichos estudios señalan muchas señales pero las vamos a agrupar en las siguientes:
1. Revisas el móvil de manera compulsiva.
Aunque no haya emitido sonido alguno, compruebas sin saber por qué si tienes alguna notificación. No importa si tienes algo pendiente que revisar, lo haces igual, independientemente del momento en el que te encuentres. Si vas a mirar la hora, de paso, lo desbloqueas para ver otras aplicaciones (luego no te acuerdas qué hora era).
2. Tienes el móvil siempre encima.
Te lo llevas hasta para ir al baño. Necesitas ser consciente de que lo tienes contigo y que no lo has perdido. Sufres un mini-infarto cuando crees que no lo tienes. Incluso, lo sueles llevar pegado a tu mano y dejarlo a la vista. Si vas a un restaurante, ¿en cuántas mesas tienen los comensales sus móviles? Fíjate la próxima vez.
3. Te cuesta concentrarte.
Te acuerdas del móvil, por ejemplo, mientras estás trabajando o estudiando aunque en ese momento no lo necesites. Lo tienes siempre cerca y la mirada se te va hacia el dispositivo, aunque en ese momento no lo necesites para nada. Sientes impaciencia por usarlo si en un momento determinado no puedes.
4. Te pasas más tiempo con el móvil del que te gustaría.
Sobre todo, en redes sociales. El feed no acaba nunca y, aunque quieres cerrar ya la aplicación, sigues con el scroll, tu dedo pulgar no se despega de la pantalla. Cuando te quieres dar cuenta ha pasado una hora o dos, un tiempo muy valioso que podrías haber dedicado a otra cosa.
5. Estás más cómoda/o relacionándote por el móvil que en persona.
No solo a la hora de conocer gente nueva por internet, donde la pantalla te protege, te hace sentir con más control. Hablamos también de conversaciones importantes o conflictos que sabes que es más conveniente resolver cara a cara con gente a la que quieres.
6.Controlas excesivamente que esté cargado.
Tu móvil siempre tiene que tener batería y, para evitar quedarte sin ella, llevas el cargador contigo o un cargador portátil. Además, lo cargas aunque tenga batería por si acaso la necesitaras más adelante.
7. Lo usas cuando no deberías estar usándolo.
Por ejemplo, en el cine o en medio de una conversación con alguien. En el cine quizás esté peor visto, sin embargo, somos demasiado transigentes con que alguien esté mirando el móvil mientras le hablamos. Lo entendemos porque todos lo hemos hecho alguna vez, pero no nos damos cuenta que, mientras atendemos el móvil, estamos dejando de atender a la conversación.
8. Es lo primero que miras cuando te levantas.
Y lo último cuando te acuestas. Admitámoslo, usamos el móvil hasta límites insospechados. No lo necesitamos tanto y tenemos que aprender a usarlo bien. Esto es una señal muy destacable de la adicción al móvil.
Buenos hábitos para superar la adicción al móvil.
1. Deja el móvil lejos.
Si no lo necesitas (ej.: estás viendo una peli o estás haciendo deporte) déjalo en un lugar que no te sea visible. Así evitarás revisarlo compulsivamente y, poco a poco, irás abandonando ese hábito tan molesto.
2. Para dormir, déjalo en otra habitación.
Sí, lo sabemos, lo usas como despertador. Cómprate un despertador normal y corriente y aprende a dormir sin dispositivos electrónicos al lado. Con el tiempo, no será lo primero que veas al abrir el ojo y descubrirás que duermes mucho mejor y empiezas mejor el día.
3. Si estás con gente, no lo mires.
Déjalo en un bolsillo y, en las situaciones sociales, trata de mirarlo lo menos posible. Es cierto que lo solemos sacar para consultar algo en internet, mirar el calendario para próximos planes o para enseñar un meme. Intenta sacarlo solo si es absolutamente necesario.
4. En casa, establece “la caja de los móviles”.
Descuidamos el contacto con las personas con las que convivimos (compañeros, hijos, parejas, etc.) por tener el móvil en la mano. Si vives con gente, podéis establecer la norma de dejar el móvil en un sitio de la casa en una caja (ej.: la entrada o en una estantería) y acercarte tú si quieres mirar algo o te llaman.
5. Desactiva las notificaciones.
Quita las notificaciones de todas aquellas apps que no sean necesarias (ej.: redes sociales, juegos, etc.) y mantén las que realmente te sean útiles. También puedes poner el móvil en modo silencio, pero si lo que te preocupa es que alguien necesite algo urgente y no lo oigas, puedes activar las notificaciones y configurar tu teléfono para que solo suene en caso de llamada.
6. Establece horarios.
Igual esa adicción al móvil no te deja, pero es muy recomendable que limites el tiempo que vas a usar el móvil. Casi todo el mundo sabe que existen aplicaciones que puedes configurar para que te limiten el tiempo de uso de pantalla o que te avisan si llevas mucho tiempo (el que tú estipules) utilizando otras apps.
7. Usa el móvil de manera consciente.
Ante todo, todos los hábitos que hemos señalado, servirán para que te vayas haciendo consciente de cuánto usas el móvil y, sobre todo, cuánto lo quieres usar. Más adelante, su uso ha de ser desde la consciencia plena: “uso el móvil porque deseo usarlo”, no por un impulso por “por necesidad”.
6 técnicas de mindfulness informal que puedes practicar en tu día a día.
En conclusión…
Teniendo el móvil un uso tan generalizado, ¿quién no está enganchado al teléfono? El caso es que tenemos su uso tan normalizado que no nos damos cuenta, pero, estamos desarrollando una adicción al móvil muy silenciosa. Es como el tabaco: perjudica tu salud y la de los que están a tu alrededor. Llegamos a ignorar a quien tenemos al lado por ver si tenemos alguna notificación. Aunque no es lo más habitual, hay personas que han dejado de socializar cara a cara. ¿Irá esto en aumento?
Hablemos de autocuidado: qué es realmente y cómo llevarlo a cabo.
Tiene un impacto en nuestra salud mental en la medida que impide que nos relacionemos con otros seres humanos, en el cara a cara, con contacto físico. Puede ser una herramienta muy útil pero que tenemos que utilizar bien. Por eso, no debería ser un regalo para los niños y los adolescentes, dado que no es un juguete. Es un dispositivo que debe usarse con responsabilidad y de manera sensata. Por otro lado, no debemos culparles a ellos de su mal uso si los adultos somos los primero que no predicamos con el ejemplo.
Si necesitas ayuda, pídela.
Si sientes que tienes un uso descontrolado del smartphone o de otras tecnologías es muy recomendable que pidas ayuda profesional. El abuso de las nuevas tecnologías y la adicción al móvil de la que hablamos, puede deteriorar tu salud emocional y tus relaciones personales. En Vervana Psicología contamos con psicólogos expertos en adicciones. Puedes pedir más información contactando con nosotras o, si lo prefieres, puedes reservar ya tu primera sesión.
Referencias bibliográficas
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