Un cuerpo alcalino es un cuerpo sano. Mantener el cuerpo alcalino es una cuestión de pH y equilibrio emocional. El pH del organismo es el barómetro que nos permite medir este grado de equilibrio y que nos indica si un cuerpo está sano o enfermo, según su grado de acidez o alcalinidad.
Nuestro organismo funciona de manera óptima en un pH sanguíneo ligeramente alcalino, de 7,39. La enfermedad aparece tan pronto nos encontramos en acidosis como en alcalosis aunque, por la alimentación y el estilo de vida actuales, lo más común es entrar en acidosis. Una falta de oxígeno en el cuerpo ya bien sea causada por una vida muy sedentaria, mala alimentación, abuso del tabaquismo o por sentir miedo y ansiedad, entre muchos otros factores, hace que el cuerpo entre en acidosis.
Sabemos que la comida no es lo único que alimenta nuestras células y solo el hecho de comer bien no nos garantiza estar sanos. Debemos tratar la salud desde un punto de vista más amplio y holístico, considerando siempre la alimentación como fuente de salud, pero poniendo énfasis en nuestras relaciones inter e intrapersonales y nuestras emociones. Un sentimiento negativo como la tristeza, el odio, el miedo, los celos, el estrés o el cansancio extremo pueden causar más acidificación en el organismo que comerse un donut.
Por ello, el autoconocimiento y el autocuidado son dos pilares fundamentales para empezar a mirar el mundo que se nos presenta con otros ojos, sacarnos la venda de la autocrítica y la abulia y pasar a la acción proactiva. Vivimos en la mayoría, en nuestra prisión psicológica y atreverse a ver con otros ojos nos trae desafíos y sabotaje interno. Además de acidificación y enfermedad.
Vivimos en una época en la que la acidosis es frecuente debido a los hábitos de alimentación , el estilo de vida sedentario y la creciente dificultad para gestionar nuestras emociones asociadas al estrés e incertidumbre del momento actual que nos han desconectado de nuestro centro y equilibrio emocional.
Además, la dieta moderna extrema (energéticamente hablando) que presenta abundancia de azúcar, alimentos procesados llenos de aditivos y saborizantes químicos, harinas refinadas, productos lácteos, bebidas gaseosas, excitantes como el café, el consumo de alcohol, los medicamentos y la escasez de alimentos que alcalinizan, como las verduras y las hortalizas, no solo favorecen la acidificación del medio interno sino que nos mantiene esclavizados por el circuito energético yo-yo o bucle adictivo del que es muy difícil salir sin la guía adecuada. Si sumamos las prisas, el estrés, pasar tiempo en ambientes cerrados, el confinamiento y la ansiedad que provoca la incertidumbre, la falta afectiva por el distanciamiento social, el miedo, dormir mal, el malhumor, el nerviosismo y el sedentarismo … tenemos el cóctel perfecto, para que surjan multitud de enfermedades generadas por la acidificación y la falta de oxígeno.
Para ayudar a mantener el pH óptimo del torrente sanguíneo, podemos elegir una alimentación rica en alimentos alcalinos, como los vegetales (especialmente los de hojas verde), las semillas, granos, algas y las frutas, y limitar o eliminar los alimentos altamente formadores de ácido como el queso, la carne, el pollo y el pescado. Haciendo esto no solo estaremos “alcalinizando nuestra sangre” sino que también, estaremos quitando la carga de todos esos mecanismos de defensa que tendrían que trabajar más para mantener un pH óptimo si nuestra alimentación fuera alta en alimentos formadores de ácido.
Así que con este discernimiento,en Buda Verde entendemos que la coherencia interna y la guía hacia un estilo de vida más saludable y sostenible es esencial para responder con habilidad a la crisis global que estamos aconteciendo en la actualidad. Entendamos de una vez la llamada a la responsABILIDAD del momento actual en nuestros cuerpos, mentes, emociones y espíritu. Estamos cocinando el cambio entre todos y nuestra actitud y acciones alineadas tienen un papel definitivo para resurgir hacia un paradigma más evolucionado y sostenible como humanidad, para y con el planeta..
Esta asignatura pendiente de humanizar las esferas de poder y soberanía que somos cada uno de nosotros/as como seres humanos es urgente. La actual situación de crisis nos brinda la oportunidad de encontrar la salida: la resolución interna. Solo cuando nuestros actos son renovados en autoconsciencia y fe podemos dar el salto cuántico de toma de consciencia dentro de cada uno de nosotros. Pero…
¿Cómo alimentar y generar coherencia interna? ¿Cómo autoconocernos? ¿Cómo gozar de la alcalinidad emocional y de nuestros actos?. Os dejamos aquí siete consejos prácticos para atender a esta urgente llamada a la acción:
1. Disfrutar de lo orgánico
El suelo en el que crecen los alimentos es factor más relevante sobre cuán alcalinos son. Es aconsejable elegir productos orgánicos que se han cultivado en el suelo con un pH entre 6 y 7, ya que proporcionan un mayor contenido en vitaminas y minerales y están libres de los químicos y fertilizantes que empobrecen el suelo y , por ende, nuestra salud de manera silenciosa. Afortunadamente, cada vez hay más demanda de tiendas y proveedores de fruta y verdura ecológicas. Como consumidores tenemos un gran poder para elegir y cambiar qué modelos de producción usar y apostar por unos más respetuosos y sostenibles con la tierra y con nosotros mismos.
2. Hidratar con agua alcalina
El agua en sí es importante para la salud, somos 80% agua. Asegurándonos de la alcalinidad del agua que bebemos a diario, ésta agregará minerales a nuestro cuerpo para mantenerlo en equilibrio. Agregar unas gotas de agua de mar o un trozo de limón va a ayudar a alcalinizar y a mineralizar el agua. También podemos energetizar el agua con la luz solar, métodos de biodinámica o simplemente, cargar de intención las moléculas con mensajes positivos o hacer uso de la geometría sagrada.
3. Decir NO a 2 blancos: azúcar y lácteos
El azúcar es un alimento altamente ácido y adictivo, que obliga a tu cuerpo a agotar sus reservas minerales para garantizar permanecer en un estado alcalino. Al reducir o eliminar el azúcar te resultará más fácil mantener el pH equilibrado y disfrutar de los beneficios de la dieta alcalina. Se puede sustituir por endulzantes naturales como la estevia, las melazas de cereales, siropes crudos, miel de calidad y fruta seca como los dátiles.
Por otro lado, los lácteos son alimentos que son ampliamente consumidos y altamente ácidos y adictivos. Aunque la leche se comercializa como una gran fuente de calcio, su efecto ácido elimina más calcio del cuerpo de lo que agrega. Intenta cambiar a una fuente más alcalina, como leche de almendras sin endulzar.
4. Dieta alcalina
Aumentar la ingesta de frutas y verduras es la mejor opción para gozar de buena salud. Junto a las semillas, algas, granos integrales y frutos secos, son la fuente de alimentos más alcalinos que existen. Aportándonos todos los fitonutrientes (vitaminas , minerales, carbohidratos y proteínas) que nuestro organismo necesita. Comer una dieta basada en plantas no solo nos ayuda a mantener el equilibrio natural de pH en sangre de nuestro cuerpo sino que nos ayuda a crear emociones y pensamientos de calidad. Es en este punto donde podemos entender el valor real de la sostenibilidad. Lo saludable es sostenible por naturaleza.
5. Alcalinidad emocional
Si ingerimos energía de calidad, crearemos pensamientos, tomaremos decisiones y acciones de calidad. Si la gasolina óptima para el cuerpo físico es una dieta basada en plantas, no nos costará hacer cambios coherentes internos. La claridad mental y la sensación de propósito, efectos de la alcalinidad del sistema, nos alinean en pensamiento y emoción. Al elegir tratar el cuerpo con amor y coherencia de una manera vital y saludable, nuestra mente se vuelve más clara y alcalina. A la par, la autoescucha, saber pedir ayuda, reflexionar, parar y respirar, escuchar la propia voz interna de la vulnerabilidad, observar con desapego,etc. son cualidades internas psicoemocionales de autoconocimiento. En otras palabras, gasolina óptima para la mente y energía emocional que nos alcaliniza, regenerandonos y sosteniéndonos en salud.
6. Aprender a relajarse y a disfrutar
Parece que hoy en día tenemos que recuperar la capacidad de relajarnos. El estrés promueve un estado más ácido mediante la secreción de hormonas del estrés que acidifican el cuerpo. Aprendiendo a gestionar los efectos y causas del estrés a través de ejercicios de respiración, la meditación, la aromaterapia, tener una rutina de sueño adecuado y hacer ejercicio regular, creará un ambiente más alcalino interno y a nuestro alrededor. Bailar, cantar, recitar mantras, parar y contemplar la naturaleza, respirar profundamente, son acciones que nos devuelven esa conexión interna de vuelta a nuestro centro y equilibrio. Todos somos distintos y cada uno tiene que encontrar esa fórmula única para volver a sentir espacio interno.
7. Aromaterapia para reducir los químicos y tóxicos del ambiente
La exposición de químicos y toxinas no sólo está en el aire contaminado de las ciudades, sino que también está en los productos de limpieza que utilizamos en casa y en el trabajo. Desde los productos de limpieza hasta los tejidos de la ropa, estos químicos nos afectan más de lo que pensamos, por eso es importante sustituirlos por productos libres de tóxicos y lo más naturales posible. Los aceites esenciales son una buena alternativa a los productos químicos de limpieza. Además, la aromaterapia también nos ayuda a desintoxicar el cuerpo físico, a depurar y soltar emociones bloqueadas y liberar consciencia. Los efectos terapéuticos de la aromaterapia son tan amplios que es una herramienta de autocuidado y crecimiento personal muy efectiva y asequible para cuidarse y generar bienestar integral.
Un comentario
Estoy interesada en comenzar una nueva vida cambiando mis hábitos alimenticios y
Aprender a meditar correctamente me parece fascinante
Gracias