Con frecuencia cuando alguien siente un estado de malestar demasiado alto o fuera de control suele decir que siente ansiedad, que está ansioso/a. Cuando este estado ocurre repetidamente o se mantiene a lo largo de un cierto tiempo ¿qué hacemos? normalmente lo primero en que pensamos es en ir al médico quien, tras escuchar las explicaciones del paciente, suele confirmar el diagnóstico que ya previamente el propio paciente había elaborado. Realizado el diagnóstico se prescribe el fármaco adecuado que en un plazo más o menos largo consigue disminuir o eliminar las sensaciones que se asocian con la ansiedad.
Lo que ocurre con frecuencia es que el paciente o vuelve a recaer o no mejora llegando a producirse una cronificación del problema.
Si tratamos la ansiedad como una enfermedad, es evidente que precisa de medicación y tras un periodo de tratamiento el enfermo sanará. La enfermedad, en este caso la ansiedad, se curará definitivamente, en caso contrario se mantendrá el tratamiento convirtiéndose en una enfermedad crónica.
Pero ¿es éste el tratamiento adecuado para la ansiedad? ¿es la ansiedad una enfermedad?, ¿qué es la ansiedad si no un miedo descontrolado a algo? Dado que la base de la ansiedad es el miedo y el miedo es una emoción propia del ser humano ¿podríamos decir que el miedo es una enfermedad?….
¿Por qué tenemos miedo?¿a qué tenemos miedo? El miedo no surge sin más si no que es provocado por alguien o algo, si descubrimos qué es lo que provoca el miedo y conseguimos gestionarlo, nuestro miedo disminuye, se controla, desaparece la sensación de falta de control que nos provoca el problema y la sensación de que nunca desaparecerá.
Por tanto, si el miedo es un sentimiento propio del ser humano cuyos niveles se alteran dependiendo de la situación o personas con que nos encontremos, cuya forma de afrontar es distinto en cada persona, podemos afirmar que el miedo es un estado emocional, que el miedo no es una enfermedad. Si el miedo no es una enfermedad y la ansiedad es una manifestación de miedo descontrolado, podemos concluir que la ansiedad no es una enfermedad.
Pero si la ansiedad no es una enfermedad, entonces ¿qué es la ansiedad?
Cada situación con la que nos encontramos, con la que nos enfrentamos provoca en nosotros reacciones, emociones distintas: placer, dolor, rabia, miedo. Estas emociones son controladas por la persona de manera que no provoquen desequilibrios emocionales que alteren su calidad de vida.
En ocasiones estas emociones ante situaciones determinadas se descontrolan, la persona es incapaz de recuperar el control de la situación. Se generan diferentes soluciones algunas de las cuales complican y mantienen el problema. La ansiedad es un síntoma, una alerta que nos avisa de que algo no va bien, que hay alguna situación, algún problema sin resolver.
¿Por qué la ansiedad aunque mejora con los fármacos no siempre desaparece definitivamente?….
La explicación es sencilla: la ansiedad es un síntoma, no una enfermedad. Se produce como consecuencia de dificultades a la hora de adaptarnos a los cambios que se van produciendo en nuestra vida, situaciones inesperadas, estrés, traumas,…. Muchas veces la ansiedad se produce por un motivo real pero se mantiene una vez pasado el peligro, quedando asociada a la situación que nos provocó el miedo.
La ansiedad tiende a generalizarse, cada vez hay más estímulos que provocan la reacción de miedo, lo cual hace aumentar la ansiedad y con ello el deseo de controlar el síntoma. Normalmente en estas situaciones las personas intentan controlar sus miedos en un vano deseo de controlar la situación, en otras optan por evitarlas. En ambos casos el problema persiste ya que el malestar que se sufre es un coste muy elevado. Ante este problema que se generaliza, perdura y se enquista, la terapia breve estratégica ha demostrado ser un tratamiento eficiente y efectivo con resultados demostrables. A través de diferentes estrategias el paciente logra afrontar su problema, recuperar el control de la ansiedad y, por tanto, de su vida.