Si quieres aprender cómo trabajar la educación emocional en casa te propongo realizar lo que denomino: la asamblea familiar
¿Te gustaría tener 10 minutos a la semana para poder reencontraros toda la familia y compartir vivencias?
En esta asamblea cada uno puede expresar por turnos y libremente las emociones que ha tenido en la semana, tanto las positivas como las negativas. Es una manera de encontraros y preguntar a todos cómo se encuentran sin que resulte artificial, simplemente como un juego comunicativo.
Para poder realizar la asamblea familiar como juego comunicativo los pasos son los siguientes:
- Busca un momento de la semana tranquilo, donde no suela haber ni interrupciones ni tareas a hacer.
- La primera vez les dices a la familia entera (si hay abuelos, los podemos incluir) que vamos a hacer una asamblea a tal hora, de forma que lo tengan en cuenta.
- Podemos hacer un letrero anuncíandola y poniéndolo en la puerta de la nevera, por ejemplo.
- Una vez todos juntos, se comenta cómo funciona el juego de la asamblea, que ahora os detallo a continuación.
Instrucciones del juego:
- Nos sentamos en círculo, mejor.
- Vamos hablando por turnos.
- Cada uno dice algo que le ha gustado de la semana.
- Cada cual dice algo que no le ha gustado o le ha sentado mal.
- Cada persona dice también si tiene algo a agradecer a alguien. Puede ser de la familia o de fuera de ellla.
- Cada persona se disculpa o pide perdón a alguien. También lo mismo, puede ser desde un amigo del cole hasta
Además encontramos las siguientes normas:
– Cada cual es libre de decir o no decir. Nadie está obligado. NO forzamos.
– Sólo se puede responder la pregunta de forma concreta, NO enrollarse con otros temas.
– Como padres no sermoneamos sobre lo que hay que hacer y lo que no. COMO MUCHO decimos cómo nos sentimos.
– TOTALMENTE PROHIBIDO CRITICAR.
– Al final podemos preguntar si alguien se ha sentido solo, si alguien se ha sentido triste, si alguien se ha sentido raro, esto es optativo. NO dejar que se alargue demasiado si hay silencio.
Por supuesto, si alguien quiere levantarse y abrazar o dar un beso, ningún problema.
Esta dinámica es así de sencilla y no tiene que durar más de 10-15 minutos a lo sumo.
Los niños a partir de 3-4 años participan perfectamente y les suele gustar mucho. Si vamos realizándola de forma habitual, cuando sean mayores tendremos un hábito que nos puede ayudar como familia, bien para descubrir cosas que no se suelen decir o bien para aprovechar la asamblea familiar para momentos difíciles, p.ej. la pérdida de un ser querido.
ES NECESARIO TOMAR MUY EN SERIO LOS TURNOS DE PALABRAS Y QUE NADIE SE BURLE DE NADIE.
Esta dinámica es complementaria a la que describo en el artículo de «Encontrando tranquilidad con nuestros hijos«. De hecho, se pueden combinar las dos como un espacio único y propio de la familia, sin interrupciones, donde vamos un poco más allá en la conversación, llegando a emociones y sentimientos que generalmente no suelen aflorar y nos los quedamos en nuestro interior.
Estas dinámicas son formas de crecer en familia, de tener ese punto de espiritualidad, de reencuentro entre cada uno de nosotros, de poder sentir y a la vez comunicar lo que sentimos.
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Espero que os disfrutéis mucho. Si tenéis dudas, estaré encantado de leeros en los comentarios.
Un saludo,
Joan Contreras.