Para poder tener una buena gestión de nuestras emociones, existen numerosas herramientas que nos ayudan a poder conocernos y conectar con nuestras necesidades y deseos y poder llevarlos a cabo para llegar a un mayor estado de bienestar y equilibrio.
Una de estas herramientas ( y para mí, una de las más potentes), es la Atención Plena o Mindfulness.
¿Para que me va a servir la práctica de Mindfulness? Aunque creas que no, para muchas cosas. Entre ellas, y la más primordial, es para que VIVAS el Presente y la Vida, con PLENITUD.
La mayor parte del día, estamos absort@s en nuestros pensamientos, enganchad@s a situaciones que ya han pasado, o analizando situaciones que pasaran. No estamos presentes en el momento actual, en nuestro PRESENTE. La vida se nos escapa y no nos damos cuenta de ello.
A través de la práctica de la Atención Plena o Mindfulness, tomas consciencia de cuando tu mente está atrapada en tus pensamientos o tus emociones. Te abres a los sentidos (olor, formas, sabor,….), a lo que llega desde el PRESENTE que es lo que estas viviendo, no a lo que la mente te hace creer.
La práctica del Mindfulness o Atención Plena, nos hace reducir nuestros niveles de ansiedad y de estrés. Muchas veces nuestra mente nos lleva al futuro, a imaginar lo que va a ocurrir, y lo vivimos con la misma intensidad como si de verdad estuviera ocurriendo. Esto nos causa miedo y ansiedad. Otras veces nos lleva al pasado, a rememorar cosas que ya han ocurrido, e imaginar formas miles de haberlo hecho de otra forma. Esto nos causa enfado, tristeza, melancolía,….
La práctica continua de la Meditación o Mindfulness, nos ayuda a observar qué ocurre en mi mente y observar, sin juzgar, sin considerarlo bueno o malo, sino simplemente lo que es.
La práctica de la Atención Plena o Mindfulness, también nos ayuda a estar más presente en nuestro cuerpo y escucharlo, y no tanto en la mente. El cuerpo sabe antes que la mente lo que está pasando y aprender a escuchar que nos dice nuestro cuerpo, nos da mucha información de lo que debemos hacer y es mejor para nosotr@s.
También esta práctica nos beneficiará a la hora de reducir pensamientos obsesivos y reiterativos, que sólo nos hacen daño. La Atención Plena permite convivir con nuestra mente. No significa que estos pensamientos no vayan a estar, pero si estarán desde otra perspectiva y sabremos distinguir realmente su veracidad. El simple hecho de «no dar coba» al pensamiento, reduce la frecuencia de este.
El Mindfulness o Atención plena, también nos va a ayudar a gestionar nuestras emociones y a reaccionar a lo que ocurre de una forma más ajustada. Las emociones no siempre son agradables, pero no debemos de rechazarlas, ya que todas las emociones vienen a ayudarnos y decirnos algo. Debemos de abrirnos a ellas con curiosidad y sin juicios.
Todo ello, desemboca en otro beneficio que nos aporta el Mindfulness o Atención Plena, que es aprender a QUERERNOS más y mejor. Voy aceptando tal y como soy.
En definitiva, nos ayuda a VIVIR LA VIDA tal y cómo es, sin cuestionarla, atacarla, pelearnos o huir. La VIDA es lo que es, y la consciencia plena, nos ayuda a acoger las luces y las sombras de igual forma.
Alicia Manzano