Cualquier factor que reduzca el poder digestivo, que haga más lentos los procesos de la digestión o que los detenga temporalmente, favorece la actividad de las bacterias nocivas. Comer en exceso, comer estando fatigado o justo antes de empezar a trabajar, teniendo frío o exceso de calor, cuando se tiene fiebre, dolores o inflamaciones graves, cuando no se tiene hambre, etc., todo esto favorece la descomposición bacteriana de los alimentos ingeridos. El uso de condimentos, vinagre, alcohol y otras sustancias que retardan la digestión, también favorece la actividad bacteriana nociva. Al analizar cuidadosamente los hábitos alimentarios, fácilmente encontraremos mil y un motivos para que se produzcan la fermentación y putrefacción gastrointestinales casi universales. Es absurdo pretender que esos procesos sean normales.
Las causas de una mala y deficiente digestión son debidas a la poca información que hay sobre ello. Una de las más comunes es la errónea combinación de los alimentos, ya que se ignoran las limitaciones de las enzimas digestivas y se come siempre de cualquier manera sin darle importancia a las mezclas horribles que hacemos, lo cual es suficiente para explicar las indigestiones más o menos constantes que sufre casi todo el mundo. La prueba de esto está en el hecho de que, al alimentarse con combinaciones correctas, se acaban las indigestiones.
Hay que destacar que las combinaciones correctas sólo mejorarán, pero no acabarán por completo con la indigestión si ésta es debida en parte a otras causas. Si las preocupaciones, por ejemplo, nos atormentan hasta el punto de perturbar la digestión, tendrán que ser suprimidas antes, para que la digestión pueda volver a la normalidad. Sin embargo, es obvio que preocupaciones sumadas a combinaciones erróneas producirán peores indigestiones que preocupaciones con combinaciones correctas.
Sumas catastróficas de dinero se gastan anualmente en drogas (medicamentos) que sólo dan un alivio temporal a las molestias y dolores que produce la descomposición de alimentos en el estómago e intestinos. Sustancias químicas para neutralizar la acidez, reabsorber los gases, aliviar dolores y hasta para tratar el dolor de cabeza producido por irritación gástrica, son utilizadas a toneladas por la gente en todo el mundo. Otras sustancias, como la pepsina, se utilizan en desmedidas cantidades como ayuda para facilitar la digestión.
En lugar de considerarlos normales, los higienistas vemos estos fenómenos como extremadamente anormales. La tranquilidad y el bienestar, y no los dolores y las molestias, son los signos de SALUD. La digestión normal no va acompañada de ninguna señal o síntoma de enfermedad.
Por eso, repito: ¿No será mejor ir a la causa y suprimirla en vez de tomar fármacos que lo único que hacen es intoxicar aún más un organismo ya debilitado? Insistimos en que para tener una óptima y eficiente digestión y para que no se den a continuación las carencias vitamínicas tan común en la población mundial, ES NECESARIO APRENDER A COMBINAR CORRECTAMENTE LOS ALIMENTOS.
Para más información no duden en contactarme a través de esta página. Gracias!
VEHYS