Las adicciones suelen surgir ante un estado de malestar emocional.
La persona siente necesidad de aliviar ese malestar; pero encuentra un alivio temporal a corto plazo.
El consumo le ocasiona consecuencias negativas (tristeza, culpabilidad, vergüenza, aislamiento…), lo que aumenta todavía más el malestar inicial.
Se entra en una rueda o círculo vicioso del que es difícil salir.
La búsqueda del placer
Tal y como dicen Marian Rojas, somos adictos emocionales.
Cada vez que uno consume y se deja llevar por su vicio (comida, drogas, apuestas, sexo, pornografía, redes sociales, compras, videojuegos…) genera emociones placenteras fuertes.
El placer está modulado en nuestro cerebro por la Dopamina.
La dopamina se activa cuando siento ganas de consumir algo, tiene su pico más alto cuando consumo, y cuando dejo de consumir la dopamina va bajando hasta generar unas sensaciones de vacío donde sentimos “quiero más” y tenemos necesidad de seguir consumiendo.
Es muy beneficioso aprender a gestionar el estrés y el aburrimiento, desarrollar la tolerancia a la frustración y vencer la necesidad de inmediatez (saber esperar, posponer la recompensa…)
La corteza prefrontal es la encargada de la atención, la concentración, la resolución de problemas y el control de impulsos, que nos ayuda a tener fuerza de voluntad y a superar las dificultades.
Se trata de saber identificar el detonante, estímulo antecedente o señal de peligro que nos lleva a caer en la tentación.
El apoyo social, familiar y el deporte son fundamentales.
Si tienes dudas, acerca de cómo puedes gestionar tu malestar y tus preocupaciones y quieres dejar de sufrir, llámame.
Puedes acudir a mi despacho de psicología en la Avenida Zaragoza de Tudela. Te ayudaré a sentirte mejor.