En un mundo digital con tanta información al alcance, elegir al terapeuta adecuado puede resultar complicado. Además, en los últimos años, se ha producido un acercamiento generalizado de la sociedad hacia el campo de la Psicología, lo que parece haber reducido progresivamente el estigma y ha normalizado el acceso a servicios de salud mental. Este hecho no solo ha favorecido que la oferta de este tipo de profesionales haya aumentado considerablemente sino que además se ofrecen servicios con modelos terapéuticos diversos (cognitivo-conductual, psicoanálisis, psicodrama, gestalt, integrativo, etc). Por ello, os propongo algunas claves a tener en cuenta para elegir conscientemente y facilitar así la elección del profesional con quien deseas trabajar.
- FORMACIÓN. Resulta primordial asegurarnos que el profesional cuente con los estudios necesarios para desempeñar la profesión. En el caso de España, haber realizado la Licenciatura o el Grado en Psicología. Si además nos centramos en la parte clínica de la profesión será necesario contar con la habilitación profesional que deriva de la Ley 5/2011 de 29 de marzo de Economía Social o haber cursado el Máster en Psicología General Sanitaria (MPGS). Aquí resulta sumamente importante, prestar atención a los servicios de carácter psicológico (como por ejemplo, crecimiento personal, mejora de la autoestima…) que muchas personas venden sin tener la formación adecuada. No solo resulta peligroso, pues no olvidemos que hablamos de salud mental, sino que además muchos de esos métodos no han sido contrastados empíricamente. Os recomiendo hacer una búsqueda previa en Internet del psicólogo/a, buscar referencias o reseñas, observar si ejerce o ha ejercido en una clínica junto a otros profesionales. Además, los Colegios de Psicología del país cuentan con un buscador para localizar profesionales a disposición, lo que hace que sea un buen respaldo a la hora de elegir.
- PREGUNTA, NO TE QUEDES CON DUDAS. Una vez hayas elegido a un/a profesional, pregúntale todas las inquietudes que tengas. Por ejemplo, si tu problema se puede resolver con sesiones de psicoterapia, si existen otras opciones o alternativas, cómo serán las sesiones, si te mandará ejercicios para hacer fuera de las sesiones… También es labor del profesional informar al paciente de cómo suele ser el proceso terapéutico, el método que se emplea y otros aspectos que son relevantes para el éxito terapéutico como la confidencialidad, la sinceridad, el compromiso, entre otros.
- SOLUCIONES NI RÁPIDAS NI MÁGICAS en las primeras sesiones. Un buen terapeuta se tomará las sesiones iniciales para conocerte en profundidad, para explorar y analizar lo que te sucede. No es recomendable dar pautas sin conocer a la persona y sus particularidades; de la misma manera que un médico se tomaría su tiempo prudencial para realizar sus exámenes y análisis pertinentes con el objetivo de brindarte el mejor tratamiento para ti. Cada intervención terapéutica es única y se adapta a cada persona. Existe un proceso que respetar, evaluar, comprender y ahí empezar el tratamiento propiamente dicho.
- PROFESIONALES CON ESPECIALIZACIÓN. Según el problema que quieres resolver, puedes buscar la ayuda de un profesional u otro. Si bien es cierto que un buen terapeuta puede resolver eficazmente múltiples problemas, no todos tenemos que saber de todo ni estar formados o tener experiencia en todos los campos. De la misma manera que en otras ciencias existen especializaciones y sub-especializaciones a su vez, en nuestra profesión también.
- ESPACIO TERAPÉUTICO, un lugar único. El hecho de que existe el secreto profesional, permite crear un espacio donde expresarse libremente, sin prejuicios, donde hablar sin tapujos y por tanto poder resolver los problemas de raíz. Solo podemos romper el secreto profesional por un proceso judicial o si tú o una tercera persona cercana estáis en peligro o riesgo (ej. abuso sexual o físico, tendencia suicida, etc).
- BUENAS HABILIDADES Y PRAXIS del terapeuta. Te escucha activamente, no te juzga, ni da consejos, se muestra empático, cuando toca te puede confrontar, se muestra cercano pero sin saltarse los límites profesionales…
- LO MÁS IMPORTANTE, CONFIAR en el terapeuta y en el espacio que juntos/as están construyendo. A medida que la relación se asiente y el compromiso y el trabajo avance, empezarás a ver resultados (siempre dependiendo de tu problemática, no es lo mismo elaborar traumas complejos que trabajar para una mejora personal).
El vínculo terapeuta-paciente es esencial para el cambio, es por ello que espero que estas ideas os ayuden en vuestra búsqueda con la única finalidad de encontrar vuestro bienestar.
¡Buen viaje y recorrido terapéutico!