El Mindfulness o Atención plena es una práctica meditativa que busca centrar la atención en el momento presente desde una actitud amable, abierta y sin juicios. Puedes comenzar a practicarlo, es sencillo, puedes comenzar en cualquier lugar y en cualquier momento por tu propia cuenta.
Hay dos formas de practicarlo: la práctica formal, consiste escoger un momento del día y un lugar para hacer la práctica ya sea con una meditación guiada o por tu propia cuenta durante unos minutos. La segunda es la práctica informal: esta consiste en escoger una actividad diaria para poner en práctica los principios del mindfulness y así realizar esta actividad de manera presente y consciente.
Si quieres empezar a gozar de los beneficios de esta práctica, en este artículo te comparto algunos tips para que puedas iniciar tu práctica formal.
¿Cómo practicar Mindfulness o atención plena de manera formal?
1) Escoge un lugar tranquilo:
Es importante que el lugar que elijas te sientas cómodo/a sepas que no te van a interrumpir en los siguientes 10 minutos. Puede ser un lugar en tu casa o en la naturaleza.
2) Ponte en una posición cómoda:
Para practicar Mindfulness de manera formal es esencial que la posición que elijas sea lo más cómoda posible. No es necesario sentarte en posición de loto que como suele ser la posición de meditación más conocida. Lo importante es que elijas una posición en la que no sientas ninguna tensión corporal ni dolor para que puedas concentrarte más en la práctica. Puedes sentarte en una silla, recostado en una pared o acostado si sientes que no te vas a quedar dormido/a. El objetivo de la practica es que estés consciente de las sensaciones y atento/a a tu respiración entonces si te duermes dejarías de estar consciente de tu experiencia.
Los ojos los puedes cerrar o dejar abiertos. Si decides dejarlos abiertos es recomendable fijar la mirada en un punto que estés aproximadamente a uno o dos metros de distancia frente a ti.
3) Centra tu atención en tu respiración:
Una vez hayas encontrado tu posición cómoda, vas a centrar tu atención en tu respiración durante los próximos 10 minutos.
Puedes utilizar un cronómetro para controlar el tiempo. Comienza tomando una respiración muy profunda inhalando y al exhalar suelta cualquier tensión que notes en tu cuerpo. Después deja que tu respiración retome su ritmo natural y simplemente observa cada inhalación y cada exhalación. Puedes observar desde la curiosidad cómo se siente cada ciclo de respiración, qué partes de tu cuerpo participan en ella, observar su ritmo, y también el espacio de pausa que hay entre cada inhalación y exhalación.
4) Mantén un actitud abierta, amable y libre de juicios:
Cuando realices tu practica, tu mente va a irse a otros lugares como tus preocupaciones, tareas pendientes, distractores del entorno etc. La mente por naturaleza es inquieta, así que cuando te des cuenta que estás pensando en otra cosa, se consciente de esto y con mucha amabilidad vuelve a traerla a tu respiración las veces que sea necesario. Si observas que llega algún juicio sobre tu experiencia o alguna critica interna, obsérvala y suéltala, volviendo a centrarte en observar con curiosidad tu respiración.
Regalarte estos minutos de calma y consciencia con frecuencia te traerá numerosos beneficios para tu salud mental, te ayudará a calmar tu mente, centrar tu atención en el momento presente, desarrollar tu consciencia corporal lo que se verá reflejado en tus actividades cotidianas, relaciones interpersonales y en la forma en la que afrontas las dificultades.
Si quieres saber más sobre Mindfulness, te invito a leer mi artículo sobre qué es el Mindfulness o atención plena y sus beneficios.