Acudir a terapia de pareja es una decisión que puede costar mucho tomar. Normalmente, las personas acuden cuando su relación está ya muy quemada y utilizan el comodín de asesorarse con alguien profesional como último recurso. Sin embargo, he de decir que, en los últimos dos años, en mi consulta tengo a muchas parejas jóvenes (monógamas y no monógamas) y cuya media de edad era de 30 años (según los datos que tengo registrados). La mayoría, han acudido en cuanto han detectado que había un problema en la relación. Han llegado a la consulta, con sus dudas y sus necesidades, pero muy conscientes de que no querían que el tema se les hiciera más bola.
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Esto dice mucho a favor de la inteligencia emocional de la juventud, dicho sea de paso. Se responsabilizan de sus relaciones afectivas y se dejan ayudar por una persona ajena a su vínculo, sin ningunear la terapia y no haciendo de ella un tabú. La verdad, que la terapia de pareja, para mí, está llena de retos y, a la vez, resulta muy enriquecedora.
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Ahora bien, si aún no te has decidido a empezar terapia de pareja o no sabes muy bien qué esperar de ella, me gustaría explicártelos en este artículo: quiero contarte cómo es una primera sesión conmigo y cómo suelo trabajar con las parejas. También, te hablaré cuando no es conveniente la terapia de pareja o en qué casos de la terapia de pareja no procede y se recomienda más la individual.
¿Qué ocurre en la primera sesión de terapia de pareja?
A la primera sesión de pareja es altamente recomendable que acudáis ambas partes. Así, os conozco y os ofrezco un espacio seguro en el que entre los dos me contéis qué os trae a terapia, entre otras cosas. Lo más importante es que estéis a gusto y os sintáis que se os está escuchando. Por eso, en la primera sesión de terapia de pareja suelo plantearos estas preguntas:
- ¿Qué os trae a terapia?
Lo primero es saber por qué venís a terapia, cuáles es el problema o los problemas, qué es aquello que no habéis podido o no habéis sabido arreglar por vuestra cuenta. Os doy el espacio y el tiempo para que me expliquéis que es lo que os ocurre y cómo está repercutiendo eso en vuestra relación.
- ¿Cómo fue el inicio de la relación?
Me interesa saber cómo os conocisteis, cuánto tiempo lleváis juntos, cómo fueron vuestros inicios, etc. En definitiva, ver de qué punto partís y, por supuesto, conoceros un poquito más.
- ¿Cuándo se iniciaron los problemas?
Con esta pregunta nos paramos a pensar desde cuándo existe el problema, si hay un momento concreto en el cual se desencadenó todo o lo veis como algo más difuso. También, nos sirve comprender si el problema estaba ahí desde siempre y si se ha ido transformando o se ha mantenido estanco.
- ¿Cómo han ido evolucionando los problemas?
Desde que se iniciaron los conflictos o las dificultades es importante que veamos cómo han ido evolucionando. Esto es, cómo era al principio el problema y cómo es ahora, si se ha mantenido igual o ha ido a peor, etc.
- ¿Qué habéis intentado hacer por vuestra cuenta?
¿Qué soluciones habéis tratado de poner en práctica? ¿cómo han funcionado? Reflexionamos entre los tres qué habéis intentado ya y en qué ha derivado. Vemos si han funcionado o no, o si han hecho más mal que bien, o si solo han funcionado en parte. Por mi parte, os devuelvo una primera hipótesis sobre qué es lo que puede estar manteniendo el problema.
- ¿Qué esperáis de la terapia?
Poner unos objetivos que sean comunes es clave para que la terapia de pareja funcione. Muchas veces, las personas vienen con la esperanza de que la terapeuta les cerciore quién lleva la razón. La terapeuta de pareja lo que hará será escuchar las necesidades de cada cual, y tratar de que sean cubiertas, aunque esto no siempre será posible.
Aquí te cuento cómo es la terapia individual.
¿Cuándo no se puede hacer terapia de pareja?
Has de saber que la terapia de pareja no es recomendable cuando:
- Hay una infidelidad.
Yo no suelo preguntar directamente si hay o ha habido una infidelidad. Si me lo contáis, veremos si esa infidelidad está superada y no es motivo del mantenimiento del problema que os trae a la terapia. Si está habiendo una infidelidad en el presente, la terapia de pareja de poca ayuda servirá. Para trabajar sobre la transparencia y la honestidad, habrá que contarla si alguna de las partes no está enterada y podamos manejar en una sesión el dolor que ello implique. Si se mantiene en secreto entiendo que cada cual es responsable y entiende que está perdiendo su tiempo y su dinero.
- Hay violencia.
A veces, las parejas llegan tan quemadas que ya se han dado situaciones de violencia verbal e, incluso, física. Si este es el caso, habrá que llegar a un acuerdo y un estricto compromiso de que estas situaciones no se pueden volver a dar. Si se detecta que alguien está sufriendo maltrato o abuso el principal objetivo será proteger a la víctima.
- Hay adicciones.
Si una de las partes está abusando del alcohol, de las drogas o tiene algún otro tipo de adicciones que esté afectando a la relación de pareja y que, incluso, puede ser el precipitante, lo mejor es que primero se trabaje en este trastorno. La terapia de pareja puede ayudar en el proceso, pero dependerá de la gravedad.
- Hay otras dificultades psicológicas individuales.
Como en las adicciones, cuando los miembros de la pareja tienen problemas individuales estos, primero, habrán de ser valorados y, en caso de que se detecten, tratarse por separado. Es decir, la terapia de pareja no sirve cuando ambas partes están mal por cuestiones ajenas a la relación de pareja (aunque estas afecten a la relación).
Conclusiones.
Las primeras sesiones de terapia de pareja suelen ser muy bonitas. En muchas ocasiones, es la primera vez que la pareja pone sobre la mesa lo que les ocurre y se dan, por fin, la oportunidad de explicar cómo se sienten. Encima, observan cómo ve el problema la otra parte, de tal manera, que aunque sea una perspectiva distinta se dan cuenta de que no es tan distinta a la suya. Además, se percatan de que quieren trabajar en equipo y bajan las defensas.
El objetivo último de la terapia de pareja NO es que la relación se salve a toda costa, sino que todas las partes estén bien, juntas o por separado. No siempre encontramos a la persona que más feliz puede o sabe hacernos. Cada cual tenemos nuestra mochila y esa mochila no tiene porqué ser compatible con todo el mundo, por mucho que nos enamoremos o valoremos otras cosas de la otra persona.
¿Cómo trabajo en terapia de pareja?
Como ya he dicho, en la primera sesión os veo conjuntamente. En las siguientes, os veo a cada uno en una individual, para conoceros mejor a nivel individual y porque hablaremos de cosas que ya conocéis el uno del otro. A partir de ahí, valoramos si es conveniente continuar en pareja o en individual. Hablo en plural porque me gusta consensuarlo con la pareja y darles la oportunidad de expresar los puntos con los que no estén de acuerdo o sus dudas. Lo que suele ocurrir a partir de esas tres sesiones es que trabajo, sin prisa, una semana con cada parte y, a la tercera semana, en pareja para poner en común lo trabajado. Aun así, esto no es un protocolo cerrado. Si quieres pedir cita ya, puedes hacerlo a través de este enlace.
Referencias bibliográficas
Perissutti, C., & Barraca, J. (2013). Terapia integral de pareja vs. terapia conductual de pareja: una revisión teórica de su eficacia diferencial. Clínica y Salud, 24(1), 11-18.
Barraca, J. (2016). TERAPIA INTEGRAL DE PAREJA Una intervención para superar las diferencias irreconciliables. Síntesis.
Dávila Parra, P. E. (2023). Desregulación emocional en terapia integral de pareja y la influencia en la eficacia de la terapia (Master’s thesis).