Hola, mi nombre es Alicia Manzano y soy Terapeuta y Coach emocional, especializada en resolución de conflictos y Comunicación No Violenta (CNV).
Desde que era pequeña, supe que el canto y la música era parte de mí. Siempre sentí esa necesidad de expresarme a través de la música, pero durante mucho tiempo no tuve el apoyo que necesitaba. En mi familia no me tomaban en serio y cantar parecía más un sueño lejano que una posibilidad real.
Aunque la música siempre estuvo en mi vida, no fue hasta hace menos de cuatro años que finalmente tomé la decisión de hacerlo de verdad, de darle al canto y a la música el espacio que siempre mereció en mi vida.
Hoy cantar y tocar el piano, no solo es algo que me hace feliz, sino que también he comprendido que es un acto de servicio, un regalo que puedo ofrecer a los demás y a mí misma. Cada vez que canto o toco el piano, siento que entrego una parte de mí, algo que puede resonar en quienes me escuchan, despertar emociones, acompañar momentos y hasta sanar.
Cantar y hacer música es mucho más que una habilidad o una pasión: es una manera de conectar con los demás y compartir algo auténtico.
Beneficios Psicológicos de la música.-
1.- Mi refugio contra el estrés y la ansiedad.
Durante años, cantar fue mi escape en los momentos difíciles. Aunque no podía hacerlo de manera libre o con el apoyo que deseaba, cuando cantaba, aunque fuera en mi habitación, en voz baja para que no me dijeran nada, sentía que por un momento todo estaba bien. Ahora que canto de verdad y sin miedos, esa sensación es aún más fuerte. Sé que, sin importar lo que pase en mi vida, el canto siempre será un refugio donde puedo encontrar paz.
2.- Una herramienta poderosa para la felicidad.
No importa cuán complicado haya sido mi día, cunado me pongo a cantar o a tocar el piano, algo en mí cambia. La tristeza se convierte en fuerza, la incertidumbre en claridad y la música me devuelve la sonrisa. Y lo mejor es que no sólo lo noto en mí: he visto también como tiene ese efecto en quienes me escuchan y en mi familia, mis hij@s y mi pareja. A veces, una simple canción puede cambiar la vida de alguien, y eso es algo maravilloso.
3.- Confianza y autoestima en cada nota.
Cuando empecé a tocar y a cantar de forma más seria, enfrenté uno de mis mayores desafíos: creer en mí misma.
Después de años sintiendo que mi voz no era algo «importante» para los demás, tuve que aprender a valorarla yo primero. Con cada canción, con cada presentación, fui recuperando mi confianza. Hoy sé que mi voz, mi música es valiosa y que merece ser escuchada.
4.- Mi memoria y mi mente más despierta.
La música no sólo es emoción, también es técnica, aprendizaje y disciplina.
Memorizar canciones, trabajar la respiración, mejorar la afinación…. todo esto ha hecho que mi mente se mantenga activa y en constante crecimiento. Siento que cada vez que aprendo una nueva canción, mi cerebro también se fortalece.
5.- Cantar en grupo: la magia de compartir.
Desde que me atreví a cantar, he tenido la oportunidad de compartir música con otras personas. Cantar en grupo es una de las experiencias más hermosas que existen. Hay algo casi mágico en la manera en que las voces y la música se unen y crean armonía. No es sólo tocar o cantar juntos, es conectar desde un lugar profundo, un lenguaje universal que todos entendemos. Hoy en día formo parte de un grupo donde tocamos, cantamos y disfrutamos juntos de la música.
Beneficios físicos del Canto.-
1.- Respiración y capacidad pulmonar mejoradas.
Uno de los mayores cambios que he notado desde que canto con más constancia es mi forma de respirar. Antes, ni siquiera era consciente de mi respiración, pero ahora sé que es la base de mi voz. Aprender a controlar mi aire no solo ha mejorado mi canto, sino también mi bienestar general.
2.- Un sistema inmunológico más fuerte.
Descubrí también que cantar tiene beneficios físicos que nunca imaginé. Hay estudios que dicen que fortalece el sistema inmunológico, y en mi caso, he notado que desde que canto con más frecuencia, me siento con más energía y me enfermo bastante menos. Es increíble pensar que algo que disfruto tanto también me ayuda a estar más saludable.
3.- Una mejor postura y mayor fuerza en mi cuerpo.
No me di cuenta hasta hace poco, pero el canto también ha cambiado mi postura. Para cantar bien, necesito tener la espalda recta y el cuerpo alineado, y con el tiempo, esto se ha vuelto natural en mi día a día. Además, el trabajo con el diafragma ha fortalecido mis músculos abdominales sin necesidad de hacer ejercicios adicionales.
Antes siempre estaba fastidiada con la espalda, la cintura y el cuello, y aunque me parezca mentira, hoy en día, no suelo estar fastidiada en ese sentido.
4.- Un alivio natural para el dolor.
Siempre he creído que la música tiene un efecto sanador y ahora estoy segura de ello.
He tenido días en que me dolía el cuerpo, la cabeza o simplemente estaba agotada, pero después de tocar o de cantar, me sentía muchísimo mejor. Esto tiene una explicación: cantar o tocar un instrumento libera endorfinas, que actúan como un analgésico natural.
5.- Un corazón más fuerte y saludable.
Cantar implica una respiración profunda y controlada, algo que tiene un impacto positivo en el corazón. No solo lo he sentido en mi propio cuerpo, sino que también lo he leído en diferentes estudios. Es maravilloso pensar que algo tan natural y placentero puede ser tan beneficioso para nuestra salud en tantos sentidos.
La Música como un regalo para los demás.-
Más allá de todos los beneficios personales, hay algo que he aprendido en estos últimos años: cantar y hacer música no es sólo para mí, es también para quienes me escuchan. Cuando canto o toco el piano, siento que comparto algo muy valiosos, algo que puede tocar el corazón de los demás.
He recibido mensajes de personas que me dicen que una canción concreta les hizo recordar un momento especial, que les dio fuerza en un día difícil o que simplemente les sacó una sonrisa. Eso me hace entender que la música, el cantar o tocar un instrumento, es un acto de servicio, un regalo que le damos al mundo. Y eso, más que cualquier cosa, es lo que me hace sentir que vale la pena cada nota, cada ensayo, cada esfuerzo.
Durante muchos años, pensé que tal vez mi voz no era lo suficientemente importante, o que no iba a ser capaz de tocar un instrumento. Pero hoy sé que sí lo es.
La música me ha cambiado la vida y me ha permitido conectar conmigo misma y con los demás de una manera única.
Si alguna vez dudaste que no eras válid@, si crees que tu voz no importa, quiero decirte que estás equivocad@, SÍ IMPORTA.
No importa si lo haces en un escenario, en la ducha o en tu habitación: hacer música es un regalo. Para ti y para los demás. Así que si sientes esa llamada dentro de ti, no la ignores. ¡Atrévete!
Yo me atreví, y hoy soy más feliz que nunca.
Espero que te sirva mi experiencia.
Con cariño.
Alicia Manzano.
www.aliciamanzano.com