Hoy te proponemos un nuevo reto para acortar distancias con tus viejas amistades. Por supuesto, cada día es un buen día para contactar con esa amiga y/o amigo que hace tiempo que no sabes de él/ella. Y disfrutar de ese encuentro (digital o presencial) que conecta con buenos recuerdos. Aunque desde erescambio queremos ir más allá y ayudarte a ser consciente de una de las mayores fuentes de malestar, el distanciamiento entre amigos/as por conflictos no resueltos.
Observa qué hay en tu memoria sobre tus amistades
¿Hay remordimientos y/o sentimientos de culpa? ¿Cuál es el estado emocional que predomina cuando piensas en ellas? Un estado emocional inducido por la rabia y/o frustración nos impide ser del todo libres y flexibles. Según la psicóloga Julianne Holt-Lunstad “No disponer de una red social de apoyo es un factor de mortalidad más potente que sufrir obesidad o llevar una vida sedentaria sin ejercicio físico”. Por lo tanto, identificar qué deterioro ha sufrido una amistad y poner remedio, nos hace estar más sanos/as y mucho más felices.
Piensa con qué personas generaste un mal recuerdo
Con las personas que generaste un distanciamiento, centrate en la amistad que más echas de menos. Una vez visualizada, piensa porqué se generó ese distanciamiento: cuándo fue la última vez que hablasteis, cómo fue esa conversación, dónde se produjo el encuentro, qué te hizo sentir. Cuando tengas fresco el pasado, ve al presente: cómo estás tú ahora, qué emociones sientes, qué pensamientos te vienen a la cabeza. A partir de toda esta información, formula el futuro en función de qué te apetece. Yo te animo a dejar de lado el orgullo, si todavía está presente en ti. Piensa qué te gustaría decirle y cómo le vas a hacer llegar el mensaje. Tu objetivo debe ser transmitir con serenidad y asertividad tu punto de vista.
Actúa para acortar distancias
Lo primero que deberás hacer es pasar a la acción y transmitir a tu vieja amistad tu nuevo propósito. Está claro que difícilmente se retomará la amistad allí donde la dejasteis. Lo importante es la intención de resolver el conflicto, demostrando el amor hacia ella y sobretodo el perdón; dejando atrás la indiferencia, el rechazo y/o enfado que has podido sentir durante el tiempo que no mantuvisteis contacto. Muy probablemente, el problema se generó entre las dos partes. En este proceso de reconciliación, ni los reproches ni las culpas favorecen. Una buena aliada es la gestión emocional: Respirar profundamente por la nariz ayuda a mantener nuestra calma interna.
Aprendizaje
Los conflictos se generan por desconfiar de quien nos rodea, por expectativas no cumplidas, por situaciones molestas, etc. Al final son experiencias desagradables que no queremos repetir. De ahí la sobreprotección y rechazo apresurado por no ser heridos/as de nuevo. Para evitar estas situaciones, según la doctora Charity Friesen, debemos conocer qué nos irrita de nuestras amistades. De este modo logramos tener una relación más estable y menos frustrante. Debemos no solo conocer los gustos de nuestros/as amigos/as sino también cómo reaccionan ante las situaciones.
Experiencia personal
Durante mi adolescencia, una íntima amiga, con la que discutía mucho, me regaló un papelito que decía “Piensa que quizá la otra persona también tiene razón”. En un primer momento, pensé que este planteamiento no generaría ningún cambio. ¡Qué equivocada estaba! Poco a poco, fui cambiando el enfoque: ya no buscaba tener la razón. En consecuencia, disminuyó el impacto emocional que sentía cuando compartía mi opinión con amistades que no pensaban como yo. Pude desarrollar mucha más empatía y, sobretodo, tolerancia.
Aunque se necesita mucho más para no distanciarse con las amistades, ser consciente de la importancia de mantener el vínculo; de preguntarse qué puedes aportar a la relación, y viceversa; de valorar los beneficios de las buenas amistades, nos hace estar pendientes de nuestros seres queridos y tener amistades más sólidas. Si además, nos predisponemos a ver nuestros errores y pedir perdón por ellos; reducimos los problemas y, con el tiempo, no necesitamos tanto coraje para resolverlos.
¿Te apetece, entonces, salir de tu rutina y contactar con esa amistad que echas de menos?
Confía en tu intención por dejar ir un mal recuerdo. Y ten la certeza que pusiste de tu parte por mejorar la relación.
“A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota»
María Teresa de Calcuta
Psicóloga – Carla López Mas