Según Giorgio Nardone:
“La depresión no es un trastorno en sí mismo, sino un trastorno que es efecto de otras problemáticas. La palabra depresión indica “bajada”, sirve para indicar la reacción que tiene un individuo cuando hay algo que no funciona en su vida. La depresión no nace de la nada, es el resultado de los fracasos, de la desilusión. Nace siempre a partir de algo que, por lo que sea, provoca esa derrota y , entonces, la persona se rinde”.
Cuando una persona se siente deprimida, siente dolor, tristeza, angustia. ¿Qué suele hacer? Retraerse, aislarse, minimizar las relaciones: deja de ir a trabajar, deja de ir al gimnasio, deja las actividades que le gustan; llora, se victimiza,…
¿Qué ocurre cuando una persona hace todo esto? Se deprime mucho más. Y cuando una persona está deprimida, hundida, ¿Qué hace? Cuanto más mal estoy más me aíslo, cuanto más me aíslo más mal estoy. La solución se convierte en parte del problema.
Se hace más de lo mismo, deja de luchar, renuncia y como decía Balzac:
“La renuncia es un suicidio cotidiano”.
¿CÓMO AFRONTAR LA DEPRESIÓN?
Una de las estrategias que seguimos desde la Terapia Breve Estratégica es la estrategia denominada COMO EMPEORAR. Pensar qué cosas hago o dejo de hacer, pienso que hacen que empeore mi problema.
La prescripción sería la siguiente: pregúntate todas las mañanas, antes de iniciar la actividad del día, qué cosa deberías hacer para arruinar voluntariamente tu día. Y/o cuáles métodos deberías escoger para procurarte malestar o acentuar tu trastorno deliberadamente.
Cada vez que hago alguna de esas cosas empeoro mi problema, me siento más triste, más desesperado, más bloqueado, más angustiado, más solo, más inapetente,… Y todo ello me lleva al bloqueo, a la desgana, falta de ilusión e iniciativa, a aislarme, en definitiva, a renunciar.
Y como hemos dicho:
LA RENUNCIA ES UN SUICIDIO DIARIO.
Evidentemente, si todo las repuestas me llevan a empeorar mi día, a la renuncia diaria, ser consciente de ello me llevará a hacer todo lo contrario, evitar hacer todo aquello que aumenta y mantiene mi problema.
Junto con la técnica de cómo empeorar, hay otra estrategia que también se puede utilizar, es el CHEQUEO NOCTURNO. Cada noche chequeo, repaso todo aquello que he decidido y/o he conseguido no hacer. Si he conseguido no hacerlo, ¿qué significará?…
Estoy empezando a tirar la primera pieza del dominó para que se produzca el cambio necesario para salir del pozo en el que me estoy metido.
Si no me he quejado, puede que por primera vez en mucho tiempo no me sienta víctima de mí mismo, si he salido a comprar, puede que haya dejado de utilizar el pedir ayuda para que me resuelvan los problemas, para empezar a afrontarlos y resolverlos yo.
La sensación que buscamos es sentir que hago algo, que empiezo a ser yo quien se mueve y dejo de estar paralizado por el problema. Buscamos que lo poquito que hago me cause bienestar, satisfacción, confianza, seguridad, … y para valorarlo hay que chequear qué cosas dejo de hacer que me llevan a hacer todo lo contrario, empiezo a hacer aquello que me hacen empezar a sentir bien en lugar de mantenerme en la conversación victimista interna que me hunde más en el fango.
El barón de Münchhausen cuenta una de sus aventuras: “ Me proponía saltar sobre una ciénaga que inicialmente no me pareció tan ancha como la encontré en cuanto me vi en medio del salto. Suspendido en el aire, di media vuelta y regresé al punto de partida, para tomar un mayor impulso. Pero también por segunda vez hice un salto demasiado corto y caí, no lejos de la orilla, hundiéndome en la ciénaga hasta el cuello. En este punto, habría muerto irremisiblemente, si la fuerza de mi brazo, asiendo mi propia coleta, no me hubiese sacado de allí, juntamente con el caballo, que yo apretaba firmemente entre mis rodillas. ”
LA COLETA DEL BARON DE MÜNCHHAUSEN, Paul Watzlawick 1988.
Lo importante es elevarse a sí mismo tirando del propio cabello, darse la vuelta de dentro hacia fuera y verlo todo con ojos nuevos.
La persona deprimida se paraliza, aplaza decisiones esperando que las cosas se resuelvan solas y, entonces, lo que ocurre es que todo sigue igual o incluso peor pues aún se deprime más.
La persona deprimida se convierte en víctima de sí misma. Es como una marioneta con los ojos vueltos hacia dentro, sólo se contempla a sí misma, sus emociones, sentimientos, …… y cuanto más inmersa está en su propio mundo más se bloquea, más se aísla. Tiene que darse una situación lo suficientemente intensa para que se pueda dar el cambio emocional necesario para que reaccione y empiece a moverse, a dar los primeros pasos que le permitan salir de la ciénaga. La intensidad que favorezca el cambio no es necesario que sea algo muy grande que requiera un gran esfuerzo, algo pequeño puede dar el placer, la satisfacción que potencie el continuar.
Sólo cuando decida coger mi coleta y tirar de ella para salir de la ciénaga conseguiré dar la vuelta a mis ojos y empezar a mirar hacia afuera, será el principio del cambio.