Como sabéis el TDAH es una condición neurobiológica de origen mayoritariamente genética que provoca un retraso en la maduración del neocórtex de los niños y niñas con TDAH afectando las llamadas funciones ejecutivas.
Las funciones ejecutivas, según Lara Hongos-Web, autora del libro “Brain Hacks”, son el clúster de habilidades cognitivas avanzadas que actúan como el centro de comando de nuestro cerebro y que nos permiten navegar las diferentes tareas de nuestra vida. Desde las acciones más sencillas, como lavarnos los dientes y ducharnos cada día, hasta las más complejas, como pagar el IVA, gestionar un equipo o dirigir una empresa, son responsabilidad de estas funciones.
Las habilidades ejecutivas determinan nuestra capacidad de mantener la atención en una tarea y recordar todos sus pasos; planificar por adelantado y organizar, resistir las tentaciones y no ser impulsivos. También están relacionadas con nuestra habilidad de regular nuestras emociones y con la flexibilidad asociada a cambiar de una actividad a otra con facilidad.
Las dificultades con las funciones ejecutivas comienzan en la infancia. De acuerdo a autores como Rusell Barkley, neuropsicólogo especializado en TDAH, el retraso de maduración en el neocórtex de los niños, niñas y adolescentes con trastorno de déficit de atención es del 30%. Al punto que se puede hablar de “edad ejecutiva”, es decir, la diferencia entre la edad cronológica y la edad de desarrollo de sus funciones ejecutivas.
Para saber la edad de maduración real de las funciones ejecutivas de un niño con TDAH es necesario restarle 30% a su edad real y así tendremos su “edad ejecutiva”. Este retraso no tiene nada que ver con el coeficiente intelectual, incluso hay estudios que apuntan a una presencia alta de altas capacidades en las personas con TDAH.
El retraso en la “edad ejecutiva” genera que cosas rutinarias como lavarse los dientes, ordenar la habitación, hacer los deberes, entre otras, les sean a estos niños y niñas, de suma dificultad. Esta es la razón por la que necesitan acompañamiento de sus cuidadores por más tiempo. La buena noticia es que con el debido soporte familiar y escolar eventualmente serán capaces de alcanzar a sus pares y ser tan autónomos como ellos y ellas.
En las personas adultas, sin embargo, las funciones ejecutivas se manifiestan de otra manera. Una lista no exhaustiva de las habilidades y acciones que este retraso podría comprometer son:
- La habilidad de iniciar y acabar tareas sin procrastinar;
- La habilidad de detenerse y pensar antes de actuar;
- La habilidad de diseñar pasos para alcanzar metas en un tiempo determinado;
- La habilidad de verse y autoevaluarse;
- La habilidad de manejar las emociones para alcanzar metas y completar acciones;
- La habilidad de recordar información mientras se realiza una tarea;
- La habilidad de adaptarse a condiciones cambiantes y revisar los planes y estrategias;
- La capacidad de desarrollar y utilizar sistemas para realizar un seguimiento de los materiales y la información
Como es de imaginar dificultades en una o en varias de estas áreas puede generar inconvenientes a nivel social, relacional y laboral.
Afortunadamente, estas dificultades no son una condena de por vida. Si bien el TDAH es una condición médica crónica también es tratable, por lo que es posible reforzar aquellas funciones ejecutivas que ocasionen más dificultades a la persona y adquirir nuevas habilidades de afrontamiento.
La medicación es una opción válida que puede ayudar con alguno de los síntomas del TDAH como la inatención y la impulsividad. Sin embargo, no es una píldora mágica y requiere trabajo constante para generar nuevos hábitos, si es que se quieren ver cambios perdurables.
Los estudios más recientes en neuroplasticidad, la habilidad del cerebro de adaptarse o cambiar con el paso del tiempo, creando nuevas neuronas y construyendo nuevas redes, afirman que el cerebro de las personas continúa aprendiendo y desarrollándose mucho más allá de lo que se tenía pensado.
Sin lugar a dudas con el paso de los años la neuroplasticidad puede decrecer, pero no se detiene. Para ello debemos ejercitar el cerebro en maneras retadoras y novedosas y al hacerlo se fortalece y genera más conexiones, con lo que es posible mejorar nuestras funciones ejecutivas. Esto es útil, tanto para las personas neurodivergentes, como para las neurotípicas.
Los expertos recomiendan especialmente tres actividades para mejorar la neuroplasticidad del cerebro para mantenerlo activo y abierto al cambio:
- El ejercicio físico, puesto que aumenta el flujo de sangre al cerebro y con ella, oxígeno.
- El Mindfulness. Nuestro cerebro no está programado para hacer multitasking. Al hacer una cosa a la vez eliminamos el ir en piloto automático y trabajar la concentración y la atención plena.
- Aprender/practicas cosas nuevas que supongan un reto. Podemos ponernos retos como tocar un Instrumento, aprender un idioma o un arte marcial. Sin embargo, también valen cosas simples, como lavarse los dientes con la mano no dominante.
Trabajar nuestro cerebro desarrolla más conexiones, lo que permite a las personas fortalecer sus habilidades cognitivas. Esta idea se apoya en la idea del Growing Mindset de Carol S. Dweck, que invita a las personas tomar el control de su vida y aprender nuevos conceptos y desarrollar nuevas habilidades más allá de sus dificultades y creencias limitantes.
Otra opción disponible para mejorar en aquellas áreas en las que tengamos más dificultades es el coaching especializado en TDAH y en funciones ejecutivas. Este tipo de coaching combina el Life coaching con el coaching especializado en la neurodivergencia. Su objetivo es la mejora de las habilidades ejecutivas, identificando primero aquellas que necesitan más apoyo, identificando las fortalezas que puedan servir de apoyo, cuestionando, por medio de preguntas, las creencias limitantes del coachee que puedan estar bloqueando su comportamiento y acompañarle en el diseño de una estrategia de acción que le permita desarrollar nuevos hábitos y habilidades. Es además un tipo de coaching que se basa en un seguimiento muy cercano del coachee, sobre todo en las etapas iniciales.
Todas estas son opciones válidas para ejercitar nuestro cerebro y ampliar su plasticidad de manera de hacer mejoras significativas en nuestras funciones ejecutivas y por ende trabajar mejor y tener una calidad de vida superior.
Abajo os dejo un par de recursos que os pueden ser de utilidad.
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Recursos adicionales:
JORNADA ENTENDER PARA ATENDER: TDAH y funciones ejecutivas
Preguntele al TDAH Experto: Cómo el coaching puede ayudar a su familia