Se dice tanto le dios, ¿verdad? Tantos puntos de vista: el dios, creador y destructor de todo, le dios interno, imperceptible, le dios interno de ego terrible.
DIOS, el misterio.
La esencia de la vida, burbujas creadoras de flores, y vientres hinchados de niñes.
De dicha y el agua, del cuerpo nutrido. El instante de gloria, el instante de paz.
Dios el inalcanzable. Dios proveedor y el de las promesas incumplidas.
El agujero infinito de no creernos dioses. Dios del fracaso en la sangre, la angustia incrustada y la ira del llanto apretado. Mi ira y la ira de dios, cuando nos traga la tierra, o nos aplasta una bomba.
Pedacitos de dios en todas partes, dioses tantes como la vida toda, mi pedacito elegido. Mi diosito querido. Dios origen, neutralidad, elevación, gran espíritu.
Mi pedacito me habita, y yo me dejo habitar. Cuando salgo del drama, me miro y me veo. Cuando el ego se calma y mira la historia del planeta, las personas, las estrellas. La memoria recuerda y así eleva mi humanidad, con la esencia del niñe, la planta quemada, semilla pulverizada, y sin embargo un cantar.
A los gritos, el silencio. Y no por odio o castigo, no por prohibido. Es el silencio completo, el del no juicio, es el silencio compasivo de donar la vida a la evolución.
Llamo, llamo pedacito de alma, pedacito de mi alma y de dios. Ese, mi pedacito de alma olvidada, atrapada, condenada. Pedacito de alma que es espíritu, Gran Espíritu, la Conciencia prima.
Tú, que me lates, que te acepto. Yo creadora, diosa, dios. Dioses todes. Dioses todo: cada planta, estrellitas, cacho de piedra, cuatro patas y mosquitos, la tierrita, la flor. Dioses amor. Amor, paz. Paz interna, paz externa, más allá de toda circunstancia. Así es, hecho está, gracias gracias gracias gracias gracias gracias gracias.
Si no es armonía completa, no es dios.
Porque si eso a lo que llamamos dios, considerando todos sus nombre y manifestaciones, es la representación de lo más alto, grandioso y maravilloso de todos los mundos, no puede ser otra cosa que el estado de mayor armonía capaz de existir.
Eso es antes que el origen manifestado. La manifestación es ficción en sí misma, el desequilibrio, los opuestos, y las quejas, competencias y otras yerbas.
Dios es el mayor brillo jamás imaginado. Llegar es no sólo haber atravesado el Gran Portal, sino que es haber llegado a la disolución completa. Dios, hermanes, está incluso más allá de la muerte. Es eternidad.
¿Y el dios viviente? Creatividad valiente, magia creadora de infinidad. Sus 1000 y una manifestaciones en esta tierra, estos mundos y los otros. Dios, amigue, es cada une: vos conmigo, yo contigo, más les otres, todes, todes.
Hazte dios, diosa, diose, toma impulso y busca dentro, crea vida florecida, brilla fuerte, atrévete.
Regalame una sonrisa, regalate dicha. En la vida, más allá de toda circunstancia recuerda quien sos.
Iraké.
Verónica Brands. Gran Canaria, Abril 25, 2024