Es importante comer lentamente y masticar despacio los alimentos; tenemos que tomarnos todo el tiempo que creamos necesario para que el alimento llegue al estómago ya digerido. La digestión empieza en las enzimas que contiene la saliva, el estómago no tiene dientes, todo tiene su propósito en la naturaleza.
Al masticar los alimentos despacio generamos mucha saliva que contiene las enzimas digestivas. De esta manera cuando el bolo alimenticio llega al estómago los alimentos ya fueron pre-digeridos. Antes de recibir los alimentos el estómago ya sabe qué tipo de alimentos se introdujeron al organismo y tiene el tiempo suficiente para hacer todas las tareas previas para que cuando llegue el bolo alimenticio poder digerirlo y asimilarlo sin ningún tipo de problema y retraso. Ya sabe qué es lo que va a hacer con cada nutriente que ingiera el organismo.
Al apropiarnos de los alimentos es importante hacerlo en un estado de paz, relajación, calma y armonía. Si estás enfadado o triste o sientes algún tipo de emoción negativa no es recomendable consumir alimentos porque lo único que haríamos en ese momento es tapar todas nuestras emociones con comida. Si sentimos sentimientos y emociones irregulares y si incluso sentimos que si no comemos se puede volver más difícil lidiar con la crisis, se pueden consumir alimentos pero en cantidades adecuadas y que sea fundamentalmente fruta en su estado natural.
Hay que comer CUANDO se tenga hambre real, nunca sin ella; el hambre real se experimenta en la boca y la garganta, es una sensación agradable. El hambre falsa se detecta en las señales de irritación gástrica, las cuales cesan al comer causando confusión.
Comer en intervalos bastante espaciados, ya que el tubo digestivo debe estar vacio para apropiarse de nuevos alimentos. Si el tubo digestivo no está vacío y consumimos alimentos de nuevo, al estar tiempo de más los alimentos que se ingirieron en la primera comida causarán fermentación porqué se ven obstruidos por los nuevos alimentos y no pueden ser digeridos correctamente.
Sólo debe comerse lo que se necesita, no hay que sobrealimentarse; lo mejor es comer y al terminar nuestra comida sentir que aún podemos comer un poco más y sentirnos livianos y libres, comer de más resta ánimo y voluntad a la persona.
Comer en exceso resta nuestros poderes vitales, puesto que se produce una sobrecarga de los órganos digestivos, el corazón y demás, debido a la tensión y al trabajo a los que son sometidos.
Siempre RECORDAR que no nos alimenta lo que comemos, sino lo que asimilamos.
Otros consejos: No beber en las comidas ya que neutraliza gran parte de las enzimas digestivas de la boca.
Después de comer hay que descansar mínimo 30 minutos. No utilizar condimentos demasiado fuertes.
Procurar no ingerir alimentos demasiado calientes ni demasiado fríos.