Me apena el estado en el que llegáis demasiadas personas a mí consulta, totalmente desanimadas por padecer ansiedad, quizá es lo que estás viviendo, llegáis agarrándoos a la última brizna de esperanza que os queda de poder superarla; que realmente probáis, por no decir que no lo habéis intentado todo, pero que estáis a punto de rendiros al hecho de que viviréis el resto de vuestros días con la implacable ansiedad dominando vuestra vida y con el temor, casi la certeza, de que irá cada vez a peor. Llegáis con las señales de la ansiedad y el cansancio marcadas en el rostro, en la postura, en los movimientos…, incluso en el tono de voz. Es el tono de la derrota.
Y yo me hago la reflexión: ¿Cuántos serán los que no piden ayuda porque se rindieron? Sin esperanza, resignados a una vida oscura, sin luz, cuesta arriba, en la que cada día de existencia puede llegar a ser un suplicio… Tal vez ¿Es este tu caso? Y esto sí que es realmente triste, porque el trastorno de ansiedad sí tiene solución.
En la confianza de las sesiones, la carga emocional que portas se va convirtiendo en compartir de qué manera se presenta esa ansiedad en tu vida, cómo perturba los quehaceres diarios, de qué forma hace que no te atrevas a realizar según qué actividades por temor a que sobrevenga una crisis, la preocupación que pasas por los demás, por ti mismo/a o cómo intentas tapar lo que estás sufriendo por no importunar a tu entorno o porque crees que no te van a entender, cuáles son tus síntomas y tantos otros asuntos relacionados, en definitiva, cómo llega la ansiedad a truncar tus sueños y no dejarte disfrutar de tu existencia.
No estoy hablando de una ansiedad puntual, que es una emoción como lo puede ser el miedo o la alegría (y que cada una cumple su función), sino de esa que te perjudica tanto en la vida, ya sea como ansiedad generalizada, llena de preocupaciones y pensamientos invasivos negativos, o por las crisis, en las que los síntomas se intensifican tanto que, aunque se den en un corto periodo de tiempo, de unos minutos, puedes llegar a sentir que te va a dar un ataque al corazón, que te vas a ahogar o que te estás volviendo loco/a, entre otras posibilidades tan negras como las anteriores.
Es muy probable que, llegado a un desarrollo determinado del trastorno de ansiedad, necesites ayuda profesional para superarla, pero se supera, ¡claro que sí! ¡Ni lo dudes! Con las pautas adecuadas, por supuesto, adaptadas a tus características, situación e historia particulares.
En ocasiones la ansiedad no viene sola, sino acompañada, con una inmensa tristeza, con excesivo control, o con otro malestar que requiera otro tipo de intervención, lo que está claro es que, mejorar tu condición de ansiedad, que te está limitando en la vida, si se reduce o incluso desaparece, dependiendo del caso, por fuerza ha de repercutir positivamente en la tendencia a recuperar un equilibrio general y por tanto en tu estado frente a otras condiciones.
Te animo a que, en este mismo momento, tomes papel y bolígrafo y apuntes en qué persona te convertirás cuando ya no sufras ansiedad, con todo lujo de detalles. ¿Cómo te gustaría estar?, ¿Cómo se desarrollará tu día a día?, ¿Hay algo que estés dejando de lado que te gustaría emprender?, ¿Qué cambiará? Lee tu escrito y, si lo consideras, añade lo que creas conveniente. Lee con el convencimiento de que es posible conseguirlo, tal vez te llegue alguno de los pasos que has de dar para alcanzar este objetivo. Sea como fuere, si necesitas ayuda aquí estoy para brindártela.
Cuando te hayas liberado de la ansiedad, no la maldigas, al contrario, dale las gracias porque te puso alerta sobre algo que no estaba bien en tu vida, a lo que tal vez con síntomas previos más sutiles no hiciste caso. Cuando el cuerpo “habla” y no le escuchas, acaba “gritando”, para tener tu atención y que le oigas. Te está enseñando el camino para salir reforzado/a como persona. Ahora bien, una vez que hemos dado las gracias, es hora de despedirla definitivamente. Si has decidido que yo te acompañe en el camino y has ido siguiendo mis pautas en el proceso, conectando contigo mismo/a y siguiendo los pasos adecuados, la ansiedad no volverá a ser tu problema, habrás ganado la seguridad en ti que necesitas para afrontar la vida con optimismo, serenidad, armonía y disfrute.
La estructura que aplico en el acompañamiento del proceso de superar la ansiedad es la siguiente:
- Conocer qué es la ansiedad, tanto la teoría general como las particularidades de la que sufres tú. Este punto ya puede suponer una diferencia con tu estado de ánimo, porque, el saber qué es lo que estamos tratando, ayuda a confiar en que todo pasa y en el propio proceso. Aporta esperanza y más seguridad en ti.
- Enfrentarla con las pautas y herramientas que te da la terapia (a medida que se va acotando con el conocimiento de lo que estamos tratando). Esto va aportando más seguridad en ti y confianza en lo que ha de ser. También siendo consciente que, en todo proceso que avanza hacia su resolución, puede haber alguna recaída y que lo importante es que en su conjunto sigas avanzando, con responsabilidad de tus actos, comprometiéndote contigo, con amor hacia ti.
- Liberarte de ella, retomando la vida sin miedo a la ansiedad, sabiendo qué herramientas utilizar para que no te someta si vuelve a aparecer y trabajando las causas para que no se vuelva a presentar.
En conclusión: La ansiedad sí tiene solución, la ansiedad se supera y volverás a ser dueño/a de tu vida.
Si necesitas ayuda para superar esta etapa de tu vida, no dudes en contactarme para realizar una entrevista gratuita y sin compromiso.