La depresión está considerada como una enfermedad o trastorno cerebral severo, tanto en personas adultas como en niños. Va mucho más allá de sentirse solo o triste algunos días, ya que los síntomas son diversos y complicados, sobre todo en el caso de los niños.
La depresión puede comenzar de una manera gradual o súbitamente y es posible diagnosticar esta enfermedad con tan solo padecer un síntoma, sobre todo en los niños, aunque lo normal es considerarlo como trastorno si se observa que padece unos 4 o más síntomas como los siguientes:
- Autoestima baja.
- Ha perdido el interés en sus actividades favoritas.
- Pérdida del interés general.
- Se aísla.
- Presenta problemas de conducta.
- Se irrita con facilidad.
- Se lastima a sí mismo.
- Se queja de dolores físicos.
- Se siente cansado con regularidad.
- Padece trastornos de sueño.
- Se le ha reducido el apetito.
- No crece adecuadamente o su peso no es el normal para un niño de su edad.
- Constante llanto.
- Le cuesta concentrarse.
- Está más agitado.
- Se siente triste.
- Ansiedad.
- Reproches.
- Carácter hostil.
¿Cómo afecta la depresión a un niño? Causas
La depresión en una edad tan temprana puede acarrear problemas a la larga. Los principales, y a corto plazo, se pueden ver en el rendimiento académico. Normalmente, los niños con depresión tienden a bajar su nivel académico, ya que no se sienten motivados a mejorarlo.
También afecta a sus relaciones personales, como sus amigos y familiares. Al ser personas inestables, emocionalmente, puede que su comportamiento sea más errático de lo normal y, de esta manera, provoque un alejamiento bidireccional, tanto por parte del afectado como de la otra persona. De esta manera, el niño empezará a aislarse porque cree que nadie entiende su situación, sobre todo porque, seguramente, ni él mismo se entienda.
Las causas de la aparición de la depresión en niños son diversas y depende de la persona. Algunas de las principales son:
- Psicológicas: puede deberse por la pérdida de un allegado, divorcio de los padres, problemas con los padres, problemas con los amigos (bullying), problemas de autoestima…
- Biológicas: la depresión, en algunos casos, es hereditaria, aunque también puede desarrollarse por trastornos emocionales.
- Estacional: algunos estudios han afirmado que la escasa exposición a la luz solar puede afectar al ánimo de algunos niños causándole esta enfermedad.
- Entre cosas causas puede estar el estrés o la presión al que el niño está sometido.
¿Cómo afecta la depresión en los hábitos del niño?
En uno de los aspectos donde más puede palparse la depresión o intuir que hay algún problema es en los hábitos del niño. El cambio es los hábitos es uno de los síntomas depresivos.
El niño puede dejar de hacer cosas o actividades que antes le encantaba y entusiasmaba hacer o ahora les parecen aburridas, prefiere pasar tiempo solo que son sus amigos, se pasa las horas sin hacer nada…Otros hábitos son los alimentarios y los de higiene, ya que puede ser un síntoma de dejadez personal.
Con los niños hay que prestar especial atención en sus hábitos y en las cosas que han ido dejando apartadas.
¿Cómo debe los padres tratar al niño y cuándo acudir a un psicólogo infantil?
Antes que nada, debes saber que los niños pasan por diferentes etapas de desarrollo en donde puede presentar algunos cambios de conducta. Sin embargo, si crees que tu hijo se empieza a comportar de una manera extraña, errática, está más triste de los normal o no se comporta acorde a su edad puedes hablar con personas cercanas al niño para ver si ellos también han notado este comportamiento.
Tu pareja y familiares te pueden dar su perspectiva, pero también es conveniente que hables con el personal docente de su colegio.
Lo que deben hacer los padres en este caso es hablar con el niño para intentar sacarle, de la manera más natural posible, cómo se siente, si está feliz, si está triste, si le ha pasado algo, etc. La comunicación es muy importante en estos casos.
Por otro lado, si el comportamiento del niño se aleja mucho de cómo debería comportarse respecto a su edad o ha cambiado súbitamente de carácter, entre otros síntomas, es conveniente llevarlo a un psicólogo infantil y que el profesional compruebe qué le está sucediendo y si realmente padece esta enfermedad o se trata de una etapa pasajera.