Durante varios meses desde que creé mi cuenta de Instagram, no hacía más que revisar y analizar cómo funciona este ciber mundo. ¡Revisaba de tanto en tanto cuentas de profesionales de la rama y me decía wow! que chula su imagen, sus fotos, sus dibujos, su contenido y etc. etc. Descargue un montón de programas del tipo Canva para hacer yo algo “bonito” y pensaba mucho sobre lo que iba a decir y como lo iba a decir.
Se me fueron semanas buscando la perfección sin publicar nada. Y entonces, me quede reflexionando esta vez de verdad, sobre lo que es importante para mí. Y más allá de tener la foto o la imagen perfecta, lo que realmente me interesaba es el contenido de que lo digo en pocas palabras.
Por esta razón, verás que no hay fotos “profesionales” sobre lo que publique. Me apetece más hablar contigo con palabras escritas y compartir contigo, con el ánimo de hacerte quizás reflexionar, o reír, o pensar tal vez, pero sobre todo dejando una pequeñita huella, aunque cuando suba la marea estas huellas se borren para no volver jamás.
Estuve ahorrando un año entero para comprar una buena cámara hibrida, después de haber revisado durante unos meses cual era la cámara que más se ajustaba a mis deseos. Y, digo deseos porque no era algo que necesitara. Me gusta la fotografía aunque no tengo ni idea y me dije que era el momento de ahorrar para este fin lúdico y me la ofrecí como auto regalo por mi cumpleaños
Estuvo bien hacerme un regalo que yo quería y que implico esfuerzo. Estuvo bien invertir en mí y conectar con mis deseos, volviendo a ser niña con mi juguete nuevo. Estuvo bien porque lo decidí Yo.
¿Cuando fue la última vez que conectaste con tus deseos?