Se dice del TDAH que es un trastorno del neurodesarrollo que afecta la capacidad de autorregulación, que es de origen mayoritariamente genético y que provoca un retraso en la maduración del neocórtex de los niños y niñas con esta condición, afectando las llamadas funciones ejecutivas.
Según el Dr. Rusell Barkley, uno de los psiquiatras más reconocidos en este campo, esta maduración tardía del neocórtex genera un retraso del 30% en el desarrollo de estas funciones ejecutivas, aquellas habilidades cognitivas encargadas de la planificación, la toma de decisiones y la regulación emocional. Estas dificultades continúan en la edad adulta, puesto que el TDAH es una condición crónica.
Se dice, además, que el TDAH afecta a 5-10% de la población global. Siendo conservadores, hablamos de 400 millones de personasen todo el mundo que tienen síntomas persistentes de inatención, hiperactividad, comportamiento impulsivo, dificultad para regular sus emociones, baja tolerancia al rechazo, al cambio y a la frustración.
El Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad es una condición sería, y cuando no es tratada ni atendida supone dificultades y retos en la gestión cotidiana, en la resolución de problemas, en el autoestima, en la calidad de las relaciones, en el rendimiento académico y en el desarrollo humano y profesional de las personas que lo padecen.
Ahora se reconoce que los comportamientos asociados con el TDAH no son resultado de falta de voluntad, de autocontrol o de disciplina, sino que detrás hay una base biológica y neurológica que lo explica.
Y si bien, esto es cierto, también lo es que estas personas siguen siendo juzgadas, atacadas y no comprendidas. Tanto en la infancia, con en la adolescencia y la adultez.
Está calculado que un niño o niña con TDAH para el momento que ha cumplido 12 años ha recibido 20.000 más inputs negativos que un infante de su misma edad sin TDAH. Imaginad lo que eso puede ocasionar en la autopercepción que esta persona tiene de sí misma.
Sin un diagnóstico y un acompañamiento adecuado, la persona crece sin ser consciente de su condición, ni atender sus síntomas. A esta dificultad dada habrá que añadirle años de dolor y frustración, de no entender ni poder cambiar un comportamiento que entiende como parte de su personalidad.
Las estadísticas en estos casos hablan de altas tasas de adicciones varias, embarazos adolescentes, divorcios, accidentes de tráfico, problemas con la justicia, abandono escolar, dificultad para mantener un empleo, y en algunos casos incluso de suicidio.
El Dr. Edward Hallowell, escritor de uno de los libros más importantes en este campo, Driven to distraction, dice que el TDAH no diagnosticado y no tratado, puede causar serias discapacidades en la persona con la condición. Y el Dr. Berkley, a su vez, comenta, que el TDHA cuando no se atiende es más incapacitante que cualquier enfermedad mental.
Pero así como esto es cierto, también lo es que las personas con TDAH poseen un cerebro hiperactivado cableado para la generación constante de conexiones entre personas y conceptos, con niveles altísimos de energía, capaces de captar todo lo que pasa a su alrededor e idear soluciones y propuestas disruptivas.
Y es que 400 millones de personas con TDAH, son muchas.
Niños, niñas, adolescentes y personas adultas con el potencial de ser excelentes en aquellos áreas en las que poseen mayores talentos. Siempre y cuando cuenten con el apoyo, el acompañamiento y las adaptaciones necesarias.
Y si esto es así, solo cabe preguntarse lo siguiente:
¿Está preparado el sistema educativo para ofrecer una metodología de enseñanza que trabaje a favor de la manera en que estos niños y niñas aprenden mejor?
¿Puede garantizarles un espacio seguro, libre de juicios, donde desarrollar sus fortalezas y dirigirles hacia aquello en lo que serán notables?
Algunas propuestas en este sentido apuntan a ofrecer que el proceso de aprendizaje sea:
- interesante, desafiante y que brinde oportunidades para la iniciativa y el esfuerzo creativo.
- fomenté la curiosidad y la sensación de libertad en un entorno protegido
- más práctica y menos teórica y con el uso de metodologías como la Escuela Viva, el Learning-by-doing y el Aprendizaje y servicio
¿Y las empresas?
¿Están preparadas para ofrecer a sus empleados neurodivergentes espacios respetuosos y metodologías amigables para que sean eficientes y productivos y den lo mejor de sí mientras cuidan su salud mental?
Las empresas que ya han dado el paso han incorporado buenas prácticas como:
- Flexibilidad horaria y la opción de teletrabajo
- Ambiente de trabajo tranquilo, evitando los espacios abiertos y reduciendo las distracciones
- Metas y expectativas claras
- Reducción del multitasking y trabajar en pocos proyectos a la vez
- Feedback continuo, reconocimiento y refuerzo positivo
- Reuniones cortas y eficientes
- Instrucciones por escrito
- Permitir descansos cortos y regulares
- Uso de recordatorios y alarmas
- Peer accountability
- Mentoría y Coaching TDAH
En ambos espacios se ha avanzado y hay escuelas y empresas neuroinclusivas, pero que lo sean algunas no es suficiente.
Cuando una persona se hace cargo de los síntomas de su TDAH, entiende cómo funciona su mente, identifica sus principales retos, desarrolla nuevos hábitos para mejorarlos y a la vez cuenta con la comprensión y el apoyo de su entorno, es posible que comience a utilizar el TDAH a su favor.
Cuando es así …
- La impulsividad se convierte en curiosidad, deseo de aprender, perseverancia y en búsqueda de nuevos espacios para crecer.
- La hiperactividad se convierte en creatividad y energía ilimitada para impulsar cualquier proyecto.
- La dispersión bien encauzada permite pensar fuera de la caja, encontrar soluciones disruptivas, conectar personas e ideas y crear las alianzas más maravillosas.
Pero para ello es necesario que replanteemos la manera de hacer escuela y la manera de trabajar dentro de las empresas.
El planeta no puede darse el lujo de apagar la luz de 400 millones de personas capaces de liderar e idear soluciones creativas y originales a los problemas más urgentes por resolver. Busquemos maneras de incluir y poner en valor lo que este grandísimo grupo de personas tiene para aportar.
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