Atención Al Cuerpo Emocional
Las despedidas son muy importantes para que nuestra energía se equilibre y dejar paso a lo nuevo que ha de venir. Corto con lo viejo, lo dejo sanado y sigo mi camino con un horizonte limpio y fresco que me permita comenzar con nuevas experiencias sin los viejos apegos. Para ello, realizar un trabajo de despedida, un duelo, ayuda a cortar lazos físicos, emocionales y energéticos que impiden avanzar en busca de lo nuevo, las futuras experiencias que nos aguardan.
Cuando una persona nos deja, porque abandona este plano, es importante limpiar las emociones que tenemos con ella. La persona se va, pero la emoción sigue viva dentro de mí. Mientras yo la sienta, la recuerde, la sigo viviendo en un continuo. A veces pensamos que con olvidarla ya es suficiente, pero no funciona así, porque esta emoción, tarde o temprano nos vuelve a surgir con otra persona, con otra vivencia…
También podemos creer que las emociones intensas que nos afectan son las causantes, y las llamamos “negativas”, pero no sólo estas emociones nos influyen, muchas veces, son experiencias o vivencias sutiles, que quedaron atascadas y nuestro cerebro las grabó como “negativas”: “algo que no debí hacer”, “algo incorrecto”…Otras veces son situaciones más intensas de desacuerdo con la otra persona: “siento que me trato mal, de una forma inadecuada, me maltrato física y/o emocionalmente”. Estas vivencias nos acompañan impidiendo que sienta la vida con plenitud, porque arrastro los sentimientos asociados a ellas de: tristeza, melancolía, impotencia, rabia, soledad…
Realizando la dinámica de despedirme, vuelvo a sentir las vivencias pasadas para resituarlas dentro de mí de otra manera, de modo que soy capaz de aprender y comprender lo que ocurría en esas situaciones, es entonces cuando mis sentimientos se trasmutan.
La dinámica de “La despedida”, no solo la practicamos con los seres que han dejado este plano, la verdad es que la despedida se realiza también con actitudes hacia otra persona que debo modificar para que el orden se restablezca. Una amigo/o que se fue, novio/a, padre/madre, familiar…. Una madre con su hija, para dejar que haga su camino y no tienda a seguir agarrándola por miedo a perderla, etc. Es decir, muchas veces el duelo se debe hacer para dejar que las personas sean libres. Es verdad que cuesta aceptar que el otro hace las cosas de diferente manera, vive y experimenta de una marera diferente a mí; yo soy mayor, he vivido ese error y quiero evitar que lo cometa. ¿Pero acaso una persona diferente haciendo lo mismo cometerá el mismo “error”? ¿Mi “error” será su “error”?