Desde muy joven busqué el origen de la felicidad. Busqué una enseñanza que me acercara a una sabiduría para vivir feliz al margen de las dificultades diarias.
A lo largo de esos años, me encontré con maestros maravillosos, personas que me enseñaron el camino interior: Eulàlia Noet, Esteve Humet, Jordi Sapés....
En un cierto momento, uno de ellos me dijo que para seguir avanzando debía empezar a enseñar. Y lo hice.
Mi inspiración se encuentra en tres líneas fundamentales: Antonio Blay, Anthony de Mello y Gerardo Schmedling. Ahora enseño lo que aprendí de ellos y de las muchas personas que me han marcado. Pero lo enseño pasado por mi propia experiencia. No explico nada que no viva. Así mi palabra resuena con mayor fuerza. Lo explico con mis palabras y de forma sencilla.
Porque, como soy maestro y he ejercido en las aulas durante 25 años, procuro que mis enseñanzas estén muy pautadas, sean muy claras, muy graduadas... Creo en la fuerza de lo sencillo. Un beso puede transformar el mundo. Ya ves, ¡un simple beso!
Esos son mis ingredientes principales: hablar de lo que yo vivo en primera persona, con mis propias palabras, con ternura, sin juicio, siendo sencillo y claro para ser entendido...
Y ahora, que ya llevo muchos años trabajando como sherpa espiritual, sigo ahondando en mí mismo. Es curioso: ¡cuánto más avanzo más profundidad y nuevas áreas descubro en mí: cosas maravillosas e inesperadas! Por lo tanto, me gusta ver que el compartir nos enriquece a tod@s: a quienes vienen a mis cursos y a mí mismo.
Por ello, agradezco de corazón a los cientos de alumn@sa que he tenido en los últimos años, por la confianza que han depositado en mí y lo mucho que hemos aprendido conjuntamente.
Aunque tengo cinco especialidades diferentes de magisterio reconocidas, así como las oposiciones de psicopedagogo, la licenciatura en humanidades y una diplomatura en dirección y organización de empresas (dirijo una editorial para no depender económicamente de los cursos de crecimiento personal y poder ser libre en mis enseñanzas)... aunque poseo esos títulos, lo más importante es la experiencia vivo. Enseño lo que vivo. Sencillamente. No deseo más.
Reconozco que no estoy al final del camino, pero sí he recorrido una parte importante del mismo y me gusta acompañar, de la mano, a quienes quieren navegar muy adentro de sí mism@s.
Últimamente, además, uniendo mi experiencia como directivo de empresa, también imparto cursos para empresas y para la administración. El camino solo puede recorrerse individualmente, pero la suma de individuos conscientes hace nacer organizaciones más sabias y poderosas.
Ojalá pueda serte de ayuda. Sé feliz. Gracias.