Después de casi veinte años dedicada profesionalmente a la danza, había mucha magia y muchas historias que compartir de lo experimentado y aprendido con mis alumnas. Al danzar, al movernos, al conectar con nuestros cuerpos y entre nosotras, teníamos una mirada mucho más amorosa hacia nuestros cuerpos, mejoraba nuestra autoestima, nuestro estado de ánimo y empezábamos a vivir nuestra ciclicidad de una manera mucho más placentera porque entre otras bondades dejábamos de experimentar dolores menstruales
En un año sabático en la India, conocí a una matrona alemana que me preguntó: «¿Tú sabes que las mujeres podemos experimentar orgasmos dando a luz?» No, no lo sabía ni lo imaginaba, pero eso daba mucho sentido a lo que yo estaba vivenciando durante años, no solo en mi cuerpo sino en el de todas mis alumnas. Nuestros cuerpos pasaban del dolor al placer a través del movimiento de la conexión de la relajación. Ella misma me animó a formarme como Doula (acompañante de partos), y lo hice en Londres de la mano del prestigioso obstetra Michel Odent. Ahí comenzó un camino que me sumergió de lleno en el estudio de la anatomía y la fisiología, el estudio de la ciclicidad y, en general, de la salud sexual femenina a través de una amplia formación internacional como masajista y reflexóloga entre otras disciplinas.
He viajado y bebido de diferentes culturas, maestros y países y de todo este estudio y experiencia de vida quiero compartirme con mucho amor y respeto para desterrar uno de los mitos que aún siguen perpetuando que experimentar dolor es parte normal de la experiencia de ser mujer. Hoy la ciencia la medicina y en especial la neurociencia ya nos da la información actualizada para saber que esto no es verdad.
La salud y el dolor nunca han ido de la mano, excepto en alguno aspectos de salud sexual femenina (menstruación embarazo, parto, postparto, lactancia y menopausia) se ha normalizado vivirlo con patologías y dolor. Te invito a dejar de experimentar gran parte de tu vida sexual desde el dolor y conectar con tu innata e ilimitada capacidad de placer. Esta es mi misión y mi pasión: acompañar a las mujeres en esta transición del «DOLOR AL PLACER». Si hay dolor cuando no existe una enfermedad como causa, en muchas ocasiones es por tensión, desequilibrio, malos hábitos, estrés, culpa, vergüenza, y a todo esto se le puede dar solución. Así lo he podido comprobar en mis años de experiencia combinando la danza, la meditación la respiración consciente y las terapias complementarias, tanto en mi práctica privada como en multitud de retiros en los que llevo participando en diferentes partes del mundo.
En uno de esos retiros es donde fui bautizada, al terminar un taller de anatomia y placer femenino, las mujeres con las que ya llevaba varías días de inmersión me dijeron «tu eres nuestra YoniMama». Yoni es la palabra sánscrita que se designa a los genitales femeninos, el útero y la vagina. Significa «pasaje divino», «lugar de nacimiento», «fuente de vida», «templo sagrado» el Yoni sagrado simboliza la naturaleza divina de la mujer y su portal sagrado a la vida. Aquel día me nombraron como cuidora y nutridora de ese «pasaje divino».