De la misma forma que subir una montaña, crecer personalmente implica una preparación, un entreno, unos conocimientos, una técnica, un esfuerzo y unos retos. Y no nacemos aprendidos ni con los recursos para culminar las cimas de la vida: nuestro trabajo, la pareja, las relaciones, nuestro tiempo…
Mi invitación es ser tu sherpa personal. Acompañarte en este proceso y ayudarte a que sea un camino más fácil y placentero. Porque si, aunque lleves tiempo sufriendo y lidiando con situaciones incómodas, no tienes por qué conformarte ni normalizarlo: hay soluciones, y estoy aquí para brindártelas.