Nací en otoño de 1979, aunque la fecha más importante de mi trayectoria vital es en primavera de 2012: nací como madre. Desde entonces, mi presencia en la tierra se colma de significado.
Desde mi niñez me acompaña la inmensidad que se esconde en estas dos preguntas: ¿por qué estoy aquí?, ¿cuál es la misión de la humanidad?
Mi camino de vida me ha llevado a buscar significado en la filosofía, la psicología humanista y sistémica, o cosmovisiones indígenas y orientales. Todo ello me ha brindado inspiración para vivir acogiendo la espiritualidad como una habilidad para la vida, y comprender que todos somos hijos del cosmos; sin él, somos como huérfanos que vamos a la deriva.
Mi ser madre en el 2012 despierta completamente mi Ser, mi espíritu, mi esencia (llámale cómo quieras). Mi hija es un regalo del Universo y me siento privilegiada y honrada de contribuir a su crianza.
Años más tarde, de forma autodidacta, a través de formaciones no regladas y trabajando en proyectos de educación viva, me especializo en crianza consciente y descubro mi mayor don: ayudar a comprender y proteger la inocencia de la infancia a través de reconectar a las familias a vivir desde el Ser.
