Hola,
mi nombre es Alicia Manzano.
Soy Terapeuta y Coach Emocional, experta en resolución de Conflictos y Facilitadora de Comunicación No Violenta (CNV).
Hoy quiero dejaros por aquí un articulo sobre Comunicación No Violenta (CNV) centrado en uno de los pasos de la CNV que nos habla Marshall Rosemberg y que es la OBSERVACIÓN SIN JUICIOS.
Cuando comenzamos a adentrarnos en la práctica de la Comunicación No Violenta (CNV), el primer paso —y quizá uno de los más desafiantes— es aprender a observar sin juicios.
Puede parecer algo sencillo, pero ¿ cuántas veces describimos una situación cargada de opiniones, interpretaciones o etiquetas? Sin darnos cuenta, lo que creemos que es «lo que ha pasado» es, en realidad, una mezcla de lo que ha ocurrido y de lo que pensamos o sentimos sobre ello.
¿Qué significa observar sin juicios?.-
Observar sin juicios es describir una situación concreta, específica, objetiva, como si fueras una cámara de vídeo que solo graba lo que ve y oye, sin añadir nada más.
Por ejemplo, en vez de decir:
— «Nunca me escuchas cuando hablo».
Podríamos decir:
— «Hoy, mientras te contaba lo que me pasó en el trabajo, miraste el móvil dos veces y no respondiste a lo que te dije».
¿Ves la diferencia? La primera frase incluye una interpretación («nunca me escuchas»), mientras que la segunda se limita a los hechos observables.
¿Por qué es importante aprender a observar sin juzgar?.-
Porque cuando mezclamos observación y juicio, la comunicación se enreda, se llena de reproches o críticas, y la otra persona probablemente se sienta atacada o culpable. Y desde ese lugar, es muy difícil abrir un diálogo genuino.
En cambio, cuando describimos lo que hemos visto o escuchado, estamos creando una base neutra, desde la cual podemos expresar cómo nos sentimos, qué necesitamos y qué podríamos pedir.
Además, observar sin juicio es un regalo para nosotr@s mism@s. Nos ayuda a ver la realidad con más claridad, sin añadir capas de sufrimiento innecesario.
¿Qué pasa cuando juzgamos?.-
Los juicios muchas veces son estrategias aprendidas para protegernos o para expresar algo que nos duele, pero no sabemos cómo.
Detrás de cada juicio hay una necesidad no atendida. Por ejemplo, cuando decimos «eres un egoísta», probablemente estamos necesitando consideración, atención o afecto. Por eso, reconocer el juicio como un mensajero puede ayudarnos a ir más profundo y conectar con lo que de verdad nos está pasando.
Cómo empezar a practicar la observación sin juicio.-
Aquí te dejo algunos pasos para comenzar:
- Pausa antes de hablar. Pregúntate: ¿Estoy describiendo hechos o ya estoy opinando?
- Sé específic@. Intenta poner ejemplos concretos. ¿Qué hizo o dijo la otra persona? ¿Qué viste o escuchaste?
- Escucha tu lenguaje. Palabras como «siempre», «nunca», «deberías», «es que tú eres…» suelen ser señales de que estamos en el terreno del juicio.
- Practica contigo mism@. Obsérvate a ti cuando hablas, cuando piensas. ¿Puedes mirar una situación difícil como si fueras un/a espectador@?
- Sé compasiv@. No se trata de hacerlo perfecto, sino de darnos cuenta y volver a intentarlo.
Un ejemplo para inspirarte.-
Imagina que llegas a casa y tu pareja está viendo la televisión, y tú sientes que no te presta atención.
Juicio: «¡Nunca te importa lo que me pasa, solo te interesa la tele!»
Observación: «He llegado a casa, he empezado a contarte mi día y veo que sigues mirando la televisión sin responder».
Desde ahí, ya podrías seguir con:
«Cuando pasa esto, me siento triste porque necesito atención y conexión contigo. ¿Podrías apagar un momento la tele para que podamos hablar?»
Cerrar los ojos y mirar hacia adentro.-
La práctica de la observación sin juicio no es solo algo externo, hacia los demás. Es también un viaje hacia dentro. Observar cómo nos sentimos, qué pensamos, qué nos contamos… sin juzgarnos por ello.
Porque al final, el primer lugar donde más nos juzgamos es en nuestro mundo interno. Y aprender a mirarnos con ternura y objetividad es quizás el mayor acto de autocuidado.
Te invito a practicar…
Te invito a observar una situación concreta de tu vida y escribirla como si fueras una cámara.
— ¿Qué ves?
— ¿Qué oyes?
— ¿Qué ocurre, sin añadir lo que opinas o sientes?
Porque observar con amor y sin juicio, es el primer paso para comunicarte contigo y con el mundo de una manera más auténtica y compasiva.
Gracias por leerme.
Alicia Manzano
www.aliciamanzano.com