A lo largo de nuestra vida en distintas ocasiones, a través de la interacción con el mundo exterior y sus correspondientes respuestas, puede que hayamos elaborado ciertas creencias sobre nosotros mismos y la propia existencia. Esta dinámica puede acabar configurando una imagen de nosotros mismos y de cómo experimentamos la vida.
Puede que alguna vez hayas sentido que no encuentras tu camino. Por ejemplo, cuando te asaltan pensamientos del tipo: “No soy suficiente, no estoy preparada, no soy buena en, soy demasiado mayor para, no tengo experiencia…” Este tipo de pensamientos nacen de poner el foco en un posible resultado exterior que sólo pasa en nuestra mente. Este diálogo interno tiene tanta fuerza que nos mantiene atados a esas creencias que se han ido formando a lo largo de nuestras vidas. Dejar de alimentar todo lo que te has creído sobre ti y lo que te estás diciendo es el inicio para romper con esas creencias limitantes que te están condicionando la forma de vivir tu vida.
Conecta y fusiónate con aquello que te da miedo, no ignores esa emoción. No reprimas tus pensamientos o sentimientos, simplemente obsérvalos desde la neutralidad y déjalos pasar, sin entrar en ellos. Poco a poco puede que sientas que el ruido mental ha disminuido, todo es cuestión de práctica. Este ejercicio también puede ayudarte a aprender a crear pensamientos más positivos hacia tu persona, fortaleciendo así tu autoestima. Un buen método para transformar la relación contigo mism@. Por otro lado, es importante que prestes atención a tu cuerpo. Constantemente te manda señales. No permitas que sufra la somatización de esas emociones no vividas, no expresadas. Abraza el miedo y cualquier otra emoción, como si de un baile se tratara, eso te va a permitir comprenderlas, sentirlas y trascenderlas.
Muchos hemos sido educados para no permitirnos poner la atención en nosotros mismos y en lo que realmente necesitamos, creándonos una dependencia de ese exterior que es la que determina la validez de nuestros actos y pensamientos.
Quizás ha llegado el momento de darte espacio y tiempo para descubrir que es lo que realmente quieres en tu vida, lejos de cualquier definición de felicidad y bienestar elaboradas por otros. Tú tienes la elección de escogerte a ti y atreverte a ser quien verdaderamente eres.
«Tú ya eres la realidad que eres. Tú ya estás realizado. El problema está en que no te lo crees, pues tú crees ser algo o alguien.» Antonio Blay