Según toda la bibliografía científica, y según mi experiencia personal y profesional, puedo afirmar que la autoestima y el amor propio son dos conceptos muy importantes en el desarrollo personal, así como el desarrollo espiritual. La forma en que nos valoramos y nos tratamos a nosotras mismas tiene un impacto profundo en nuestra vida y en nuestra alma. Así mismo, también tiene un impacto importante en nuestras relaciones, nuestras metas… en definitiva en todos los ámbitos de nuestra vida.
Cultivar una autoestima saludable y nutrir ese amor propio forma parte de un proceso transformador que requiere de tiempo, autocuidado y mucha autorreflexión.
En este artículo te invito a explorar conmigo acerca de la importancia de gozar de una autoestima equilibrada y de un amor propio adecuado, así como estrategias para fortalecerlos y cultivar una relación positiva con nosotras mismas.
Definición y comprensión de la autoestima
La autoestima se refiere a la valoración y percepción que tenemos de nosotras mismas. Vendría a ser como una valoración subjetiva acerca de nuestra valía y confianza en nuestras capacidades.
Una autoestima saludable implica sentirnos valiosas, amadas y dignas de ser felices. Sin embargo, la autoestima inevitablemente está influenciada por nuestras primeras experiencias de vida, en el seno familiar. También se encuentra influenciada por la mirada externa sobre nosotras, además de nuestro propio diálogo interno, en muchas ocasiones negativo y autodestructivo.
La autoestima no es algo inamovible que tenemos la medida que tenemos y no la podemos cambiar, por tanto, no está grabada a fuego. Es algo que podemos cultivar y fortalecer con trabajo personal a cada paso que damos y a lo largo de nuestras vidas:
Algunas estrategias para mejorar la autoestima incluyen:
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Practicar la autocompasión:
Ser amables y comprensivas con nosotras mismas. Pasando así a ser nuestra mejor aliada y amiga. Sé benévola contigo misma. Ya que la autoexigencia no te ayuda a caminar, al contrario, lo que hace es poner piedras en el camino y curiosamente las piedras te las pones tu misma.
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Reconocer nuestros logros:
Quien mejor que nosotras para darnos motivación, felicítate por aquello que consigues. No mires solo aquello que se podría mejorar, que también. Mira cada día todo lo que haces bien y felicita a esa niña pequeña que espera el reconocimiento de esa parte adulta. Felicítala, dile lo bien que lo hace, dile lo valiente que es… tu yo pequeña lo agradecerá mil…
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Establecer límites saludables:
cuando te exiges demasiado, estás poniendo el listón demasiado alto y no es justo ni para ti ni para tu entorno.
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Desafiar las autocríticas:
Cuestionar tus propios pensamientos negativos. Si te observas criticándote, corrige y reconduce tu mente. Mantén un pensamiento positivo hacia ti misma.
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Buscar apoyo:
Rodearnos de personas que nos apoyen y nos animen en nuestro desarrollo personal, y a la vez que sean honestas con nosotras y nos miren con buenos ojos, pero que sean capaces de decirnos con amor aquello que necesitamos escuchar en cada momento.
El amor propio como base de nuestro bienestar emocional.
El amor propio es el acto de cuidarnos, aceptarnos y valorarnos incondicionalmente. Se trataría de reconocer nuestro propio valor, somos valiosas ya solo por SER y existir.
El amor propio es esencial para nosotras mismas, pero además es esencial para definir cómo permitimos que otros nos traten. Así como permites que te traten, ese es el grado de amor propio que tienes. Observa a fuera porque te dará el termómetro.
Cuando cultivamos el amor propio, somos capaces de establecer límites sanos en nuestras relaciones, elegimos compañías que nos nutren y nos suman, que nos hacen felices. Además, el amor propio nos ayuda a desarrollar una mayor resiliencia frente a los desafíos y a mantener una perspectiva positiva en momentos difíciles.
Muchas veces medimos el grado de amor propio por todo aquello que hacemos, o por los títulos o cargos que tenemos en el personaje que nos hemos creado en esta encarnación. Qué tal si te amas solo por SER, tal cual. Ya tienes valor intrínsecamente como Ser, y si además sumamos que te ha ido bien en la vida, qué fantástico… me alegraré, sin embargo, no confundas el ser con el tener, porque son conceptos muy diferentes que es necesario separar.
Cultivar el amor propio es un proceso continuo, que se construye día a día, momento a momento, que requiere de práctica y sobre todo perseverancia. Creemos que las cosas importantes se pueden conseguir en un abrir y cerrar de ojos, y muy al contrario, las cosas profundas e importantes requieren de tiempo, respeto, amor y cuidado. Se elaboran y construyen muy poquito a poquito para ser sólidas y duraderas.
Aquí van algunas estrategias que pueden ayudarte a fortalecer el amor propio:
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Cuida tu bienestar físico y emocional.
Observa cómo está tu cuerpo, si está saludable o por el contrario está emitiendo señales de alarma de que algo no está bien. dale tu atención, ya que es el templo en donde habitas. Observa tus emociones, si están desequilibradas o equilibradas, si necesitan que les pongas nombre y las expreses. Hacer procesos de elaboración interna respecto de tu estado emocional es básico tanto para el amor propio como para el autoconocimiento.
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Cuida de tu alma;
Tenla presente, eres más que un cuerpo y un cerebro. Es justamente lo que nos diferencia del reino animal, esa alma pensante que elabora, piensa siente, tiene una profundidad del SER que se diferencia.
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Acepta tus imperfecciones.
Somos seres espirituales perfectamente imperfectos. Cuando eres capaz de integrar tu imperfección, con tus lueces y tus sombras, eres capaz también de sostener la imperfección de los demás como parte de la vida, como parte del camino. Porque si fuéramos perfectos qué crees que tendríamos que perseguir… quizás hasta nos aburriríamos, no crees?
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Persigue tu mejor versión:
como seres imperfectos nos tenemos que aceptar y también seguir tratando de conseguir nuestra mejor versión, sin prisa, pero sin pausa.
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Establece límites saludables.
Al igual que con la autoestima, en el amor propio necesitamos trabajar esos límites hacia adentro y hacia afuera. Contigo y con los demás.
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Practica la gratitud.
La palabra GRACIAS es una palabra muy elevada a nivel vibracional. Agradece cada segundo de vida como si fuera el último, y si fueras a morir mañana? Cambiaria tu forma de vivir?
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Rodéate de personas que te sumen.
Que te aporten. Que te valoren. Aceptando sus imperfecciones y sumando en el conjunto. Porque como sistemas nos complementamos unos a otros, unas a otras y eso es el valor de la Humanidad.
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Practica el perdón,
Hacia ti y hacia los demás. Este punto es difícil cuanto menos, sin embargo, es muy importante para mantener relaciones armoniosas y saludables. Date el tiempo que necesites, pero piensa que todos nos equivocamos en un momento dado y es necesario perdonar y soltar.
Para finalizar este artículo, me gustaría compartir contigo una reflexión y un ejercicio, acerca de tu mirada hacia ti misma. Imagina que eres como las muñecas rusas. La muñeca de afuera es tu edad actual, las muñecas van disminuyendo en tamaño hasta llegar a tu edad de 0 años, cuando naciste. Cómo crees que todas esas mujeres, jovencitas, adolescentes, niñas, les gustaría que las miraras… te lo has preguntado alguna vez.
Te propongo que hagas una meditación o visualización en donde las pongas a todas delante de ti, y míralas… déjate impregnar por todas sus miradas, siente, respira, observa… quédate ahí el tiempo que quieras…
Y dime si después eres capaz de seguirte despreciando, odiando o criticando…
Y recuerda… SÉ AMOR EN ACCIÓN