En la búsqueda de la inclusión y el respeto hacia todas las personas, surge el lenguaje inclusivo como una herramienta poderosa para promover la diversidad y la equidad en nuestra sociedad. Desde una perspectiva holística y chamánica, podemos comprender el lenguaje inclusivo como una manifestación de la conexión entre todos los seres y la aceptación de la diversidad como parte integral del tejido del universo.
En la cosmología chamánica, se reconoce que el universo está compuesto por múltiples dimensiones y realidades interconectadas. Cada ser humano es un reflejo de esta compleja red de energía y conciencia, y el lenguaje inclusivo nos invita a reconocer y honrar esa diversidad en todas sus manifestaciones. Al utilizar un lenguaje que respeta y reconoce la variedad de identidades y experiencias humanas, estamos abriendo puertas hacia una comprensión más profunda de nuestro lugar en el cosmos.
La idea de un universo multidimensional se refleja en la forma en que el lenguaje inclusivo nos permite trascender las limitaciones de la dicotomía y abrazar la complejidad de la experiencia humana. Al utilizar términos neutros y no binarios, estamos desafiando los patrones de pensamiento que han perpetuado la exclusión y la discriminación. En su lugar, estamos creando un espacio donde cada individue puede sentirse valorade y respetade en su unicidad.
El lenguaje inclusivo nos invita a mirar más allá de las apariencias superficiales y a reconocer la humanidad compartida que une a todas las personas. Al hacerlo, estamos fortaleciendo los lazos de comunidad y solidaridad que nos permiten coexistir en armonía con el mundo que nos rodea. En última instancia, el lenguaje inclusivo no solo es una herramienta lingüística, sino también un recordatorio de nuestra capacidad para crear un mundo más justo, equitativo y compasivo para todas las formas de vida en el universo.
Comprendo perfectamente que esta nueva manera de utilizar el idioma castellano resulte compleja e incluso sea rechazada por el sistema de pensamiento arraigado en la sociedad.. Para mí tampoco es fácil aprender a hablar nuevamente el mismo idioma que he utilizado desde mi nacimiento. Sin embargo, este cambio, como tantos otros, nos desafía y nos ofrece una nueva oportunidad de crecimiento y transformación.
No importa si resulta natural o no nombrar al maestre en vez de llamarle maestra o maestro. Tampoco importa si en el transcurso de una conversación se entremezclan las nuevas formas con las antiguas. Lo realmente importante es que estamos haciendo consciente una realidad mucho más amplia de la que hasta el momento conocíamos. Esta nueva manera de mirar al mundo abre no solo nuestros ojos a la verdad, sino también el tercer ojo para percibir el mundo invisible y otras dimensiones más allá de la realidad tridimensional cotidiana. Y aún más significativo, abre nuestro corazón.
Mi alma saluda a tu alma