El silencio es una fuerza de la naturaleza….
Es una tormenta eléctrica que ilumina el cielo en la noche más oscura.
Es abono que hace brotar la VERDAD en los corazones, una gota, limpia un océano de mentiras, porque arrastra hacia la superficie lo oculto.
Es una microonda que rebota de lado a lado de la cabeza, calentando cualquier frialdad que congele palabras no dichas.
Nada se libra de su mirada atenta, que observa en neutralidad, mientras lo real se descubre….SOLO.
Imparcial permanece, sin dar razones y sin quitar nada, solo presta el espacio a medida a cada alma, para responder preguntas incómodas.
Como el ECO, sin voz propia, se sirve de la repetición de las últimas palabras que permanecen en el vacío interior, y ensordece, hasta que no queda otra que escuchar-nos gritar dentro, lo que necesita emerger.
Da tiempo para las respuestas, sin mover una pestaña, sin un ápice de presión y sin embargo con la fuerza de un tsunami que lo arrastra todo, con el mismo poder de devastación interna.
Es un desierto seco y al tiempo un terreno fértil, donde todo es posible…
Es una voz muda que ensordece, porque no para de traer a los oídos la VERDAD desnuda, dale tiempo al silencio y no habrá nada oculto a la luz del AMOR que sana.
No conozco nada tan poderoso, ninguna palabra es capaz de arrancar sin inmutarse tantos velos de sombra.
Como una brisa sutil que acaricia, y al tiempo lleva a kilómetros de distancia el diente de león o la pluma….No subestimes su capacidad de desnudarte, sin darte cuenta.
Lo mejor es soltar, dejar que suceda, que la magia del silencio transforme lo que toque…Siempre sabe lo que hace.
María de los Reyes Amil Guisado
El silencio es una poderosa herramienta de conciencia, tanto en terapia como en la intimidad de nuestra propia vida.
Escuchar con atención lo que aparece en nuestra mente cuando apagamos el mundo exterior, es de una riqueza inestimable, ya que nos invita a reconocer lo que en el bullicio del día a día nos es difícil descubrir.
Aprender a escucharnos es en ocasiones un desafío, en primer lugar por el hábito generalizado de escapar, de perdernos en las distracciones que nos mantienen alejados de nuestras emociones, de nuestros verdaderos sentimientos, incluso del anhelo profundo de nuestra alma, todo para evitar el dolor que nos produce reconocernos responsables de una condena autoimpuesta.
En el silencio no podemos huir de quiénes somos, no hay máscaras, y de haberlas, se diluyen de a pocos frente a la luz de la verdad, sin tapujos no hay de que o quien esconderse, es un placer conversar con uno mismo donde no es necesario ocultar nada, donde no hay exigencias o reproches, y de hacerse presentes, la voz del silencio nos regala la información que sana.
Escuchar el dolor y poder mecerlo hasta que se duerme en un abrazo cálido y tierno.
Traer memoria de palabras que a gritos dolieron tanto…y que en el silencio se comprenden y mitigan.
Aprender a ir hacia adentro es un viaje al centro de nuestro universo interior, es soltar el miedo a la soledad, nunca más te sentirás solo/a, son muchas las voces de diferentes aspectos de nosotros mismos, que se han sentido ninguneadas, negadas, reprimidas, silenciadas o incluso mudas, tanto personales (egoicas), como transpersonales.
Tanto si elegimos hacerlo a través, de la meditación, observación, recogimiento o introspección, las primeras veces que nos ponemos en contacto con las voces interiores, pueden llegar a ensordecer, ya que llevan tanto tiempo ocultas en el ruido exterior, que al sentirse escuchadas, hablan todas al mismo tiempo, muy alto, o incluso alguna puede hacerse escuchar a gritos, según la urgencia que tengan de exponer sus necesidades insatisfechas.
Escuchar a tantos aspectos de uno mismo al mismo tiempo, puede hacernos sentir confusos, incluso creer que es mentira o una ilusión, al menos hasta que podemos diferenciar las distintas voces (formas de expresión), escucharlas por separado, una a una, darlas su lugar, reconocer y comprender por qué quieren hacerse oír y que tienen para decir.
Después el siguiente nivel es discernir para qué es útil entrar en el silencio interior, y cuál es su sentido profundo.