¿Qué se entiende como bioconducta del trauma en la alimentación? El estado de ánimo condiciona que las personas puedan tener una fatiga crónica o se sientan agotadas y las lleve a alimentarse de forma no consciente y en algunos momentos irracionalmente y esto hace que coman poco o mucho de forma compulsiva, con ansiedad y mal. Entonces es cuando este bloqueo hace que el cerebro y estómago (que son dos de los cinco cerebros del cuerpo) no se entiendan y las personas se sientan agotadas, sin ganas de nada, apáticas e incluso derrotadas por la sociedad.
Hay que comprender que sentir rabia o ira en el día a día de forma continuada puede arrastrar a sentir estrés, ansiedad y derivarse a una depresión y hace más vulnerable a cada uno a que tenga más riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares o un ictus cerebral.
La ira o la rabia provoca una inflamación de los órganos como respuesta fisiológica que puede ser aguda o crónica afectando al sistema inmunológico e incluso aumentando los niveles de grasa en el organismo.
Los individuos engordan o adelgazan de forma no saludable. Tienden a pensar que comer poco, dejar de comer o los productos light les ayudará a bajar de peso o a sentirse mejor consigo mismos, pero la realidad es otra. El cuerpo se hace más eficiente porque entiende que como no se le dará de comer, acumula todas las grasas posibles que contenga cualquier alimento ingerido y cuando se está con un estado de ánimo que es depresivo se suele acudir a los alimentos no saludables como la bollería o comidas con mucha grasa tipo comida rápida, patatas de bolsa o chuches, ya que el azúcar en el cerebro hace que uno se sienta más alegre. Sin embargo, esto es momentáneo porque en poco tiempo se volverá a estar en el punto de partida o incluso peor, con remordimientos del porqué se ha comido, ya que el cuerpo está desregulado emocionalmente. Esto hace que uno engorde o adelgace de forma no consciente y se vea enfermo, (en el caso de adelgazar), pero si no se engorda entonces estos quilos de más no hay quien los quite.
También las personas se engañan con los “superalimentos” tan de moda (no existe ningún alimento con superpoderes ni se puede afirmar que un “superalimento” por sí solo ayude a prevenir o curar alguna enfermedad), o las dietas milagro, que son aquellas que prometen perder peso de forma rápida, cómoda y sin esfuerzo, pero en cambio son aquellas que generan un efecto contrario en el largo plazo. Además, pueden generar problemas para el organismo y la salud muy importantes y solo harán que hundir más en el desgaste emocional.
Desde El Nostre Espai de Salut Natural lo que buscan es esa salud emocional con alimentación consciente saludable o responsable, que proporciona los nutrientes que el cuerpo necesita para mantener el buen funcionamiento del organismo, y conservar o restablecer la salud, minimizar el riesgo de enfermedades y garantizar el bienestar y desarrollo adecuado tanto a nivel cerebro–estómago. Para lograrlo, es necesario el consumo diario de frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, leche, carnes, aves, pescado y aceite vegetal en cantidades adecuadas y variadas y todo esto con la terapia de bioconducta nutricional hará que uno a relacionarse con los alimentos de forma sana y sin culpa.
Los que se sientan con dificultades para concentrarse y les cueste memorizar o integrar nuevos aprendizajes deben revisar si tienen dificultades para dormir y relajarse, observar si notan cambios en el comportamiento con uno mismo y hacia los demás. Si es así deberán hacer una pausa y observarse.
Aprender a disfrutar de la alimentación hace que el estado de ánimo varíe, haciendo que uno se sienta más activo, aprendiendo a verse mejor nutriendo sus relaciones y mejorando la calidad de estas. Al transformar los hábitos, la experiencia y el entorno cambia, ya que los dos cerebros, tanto el estómago como la cabeza, entran en coherencia llevándolos a la calma. Ya han hecho las paces.