¿Te sientes apagado y desconectado de tu verdadero ser? A menudo nos encontramos atrapados en la rutina diaria, luchando por mantenernos a flote en un mundo cada vez más agitado y caótico. Pero, ¿qué pasaría si te dijera que dentro de ti hay una chispa divina que te guía y te conecta con el universo y tu propósito más profundo en esta vida?
En este artículo, hablaremos sobre el significado de la chispa divina, de su importancia y de cómo puedes activarla para que puedas vivir tu vida con pasión, propósito y plenitud.
La esencia de la chispa divina
Habrán oído la expresión “le falta chispa”, “se le apagó la chispa» o “que chispa tiene” con el propósito de expresar que cierta persona carece o tiene alegría, energía, ganas de hacer cosas nuevas, ímpetu para continuar y avanzar, fuerzas e inspiración y la ilusión necesaria para vivir.
A la mayoría de las personas le gustaría estar en un estado “de chispa” de forma continua, vibrando alto, pero eso no pasa y no pasa porque ya no están conectados con ellos mismo, se han quedado como un bombillo medio apagado, dispersos en los problemas de su día a día e incluso por el simple hecho de quedarse abrumados en pensamientos negativos y emociones que densifican.
Pero, ¿Qué tiene que ver esto de la chispa divina con la esencia? ¿Habrá algo más allá de lo que vemos y experimentamos?
La respuesta a esta pregunta puede encontrarse en que la chispa divina es la esencia pura y verdadera dentro de cada ser humano, una energía intrínseca y sagrada que reside en la profundidad de nosotros mismos, que nos conecta con la energía divina en el universo y su creación.
Una chispa que le da sentido a tu existencia, que te acompaña y te habla aunque no sea escuchada, la que te guía desde la fuente de sabiduría interna y la consciencia suprema. Una llama que te conecta con todo lo que existe, que le da un propósito más profundo a tu vida y es capaz de despertar los mayores sentidos que jamás hubieras conocido de ti mismo.
No se trata de vivir sólo en la alegría, sino de algo más grande y auténtico, una chispa interna, una llama sagrada que te impulsa con fuerza a avanzar y evolucionar, una conexión con la pureza e inocencia y lo que te identifica como un ser creador.
Aquella persona que ha conectado con su esencia sabe que no es solo un estado emocional sino una sensación profunda de plenitud y armonía que atraviesa el alma e incluso el corazón y permite que ese componente divino vibre y brille a niveles de frecuencias mucho más elevados. Este es el caso de muchas personas que he acompañado en esta travesía llamada vida.
Transformándote como una mariposa
Si observamos una mariposa, vemos que su vida comienza como un pequeño huevo. Dentro de él hay una pequeña criatura que se convertirá en un gusano. Un gusano que come y crece, pero no sabe que dentro de él existe una energía transformadora. Luego cuando su transformación comienza, envuelve su cuerpo en una crisálida y se transforma en una mariposa. Una criatura completamente nueva.
Este tipo de transformación puede verse como una metáfora para la vida humana. Si bien nuestras vidas no tiene cuatro etapas claramente definidas como la de una mariposa, también pasamos por continuos periodos de crecimiento y transformación, ya que la vida misma nos invita a ello. Podríamos decir que al igual que la crisálida en la que se transforma la mariposa, nuestras vidas pueden ser vistas como un capullo que envuelve a nuestra chispa divina.
Durante nuestra vida, pasamos por diferentes vivencias o experiencias que nos cambian, aunque a veces esos cambios puedan ser dolorosos y difíciles, pero son necesarios para nuestra evolución para que nuestra chispa brille más que nunca. Si alzamos nuestra mirada más allá de las dificultades, podemos ver que estas experiencias son una gran oportunidad para aprender y cultivar nuestra chispa divina y conectarnos más plenamente con nuestra propia esencia llena de sabiduría y armonía.
Por lo que la mariposa también nos muestra que podemos cambiar y transformarnos en cualquier momento, sin importar la edad o circunstancias y así encontrar nuestras propias alas para alzar el vuelo hacia una vida plena.
Encendiendo tu chispa divina
Entonces, ¿Cómo te conectas con tu chispa divina cuando te sientes atrapado en el caos diario de la vida moderna?
Primero, debes estar dispuesto a hacer un trabajo interno profundo, comprometido y perseverar.
Permitirte el tiempo para ir más profundo dentro de ti mismo y encontrar la paz que yace allí. Puede ser a través de diversas técnicas como la meditación, la escritura o la conexión con la naturaleza. Lo importante es que te permitas estar en silencio y escuchar la voz interior que te guía hacia esa chispa divina.
Estar dispuestos a dejar ir el pasado, dejar ir aquello que ya no nos sirve, subsanar y perdonar.
Buscar nuevas oportunidades y reencontrarse con esos sueños que nos permitan crecer y evolucionar.
Curar al niñ@ interno y el alma herida.
También es esencial recordar que encender tu chispa divina no es un proceso rápido ni fácil. Puede tomar tiempo y paciencia, pero con dedicación y amor, puedes lograrlo.
Finalmente, recuerda que tu chispa divina ya está ahí. No necesitas buscarla en otro lugar, en otra persona, o en la riqueza material. Es algo que siempre ha estado dentro de ti. Todo lo que necesitas hacer es despejar tu mente y tu corazón, reconectar de nuevo con tu esencia y permitir que brille.
Pero de esto ya hablaré con más en profundidad en mis próximos artículos….
En conclusión, la esencia es la fuerza interior más profunda e innata, la del espíritu, la que va más allá de nuestra educación o carácter. Es lo que nos conecta al universo y sus principios y constituye la guía primordial que orienta nuestros pasos en la vida como una brújula interna sagrada. Además es esa parte original, lo que nos hace diferentes, únicos e irrepetibles, la que dicta nuestro destino y la que acompaña a tu alma y espíritu a gozar de una ascensión plena y segura.