El agua es el nutriente más prioritario para el organismo. Es fisiológicamente necesaria para la supervivencia humana. Fundamental para digestión, la circulación, la eliminación de desechos, actúa como medio de transporte de nutrientes, mantiene la temperatura corporal, e influye en el correcto funcionamiento cognitivo y en el rendimiento físico.
En consecuencia, es muy importante asegurar el aporte en cantidad y calidad adecuadas. Para cualquier persona sana, la sed es una guía adecuada para tomar agua, excepto para los bebés, los deportistas y las personas mayores y con enfermedades crónicas.
En estos casos, conviene programar momentos para ingerir agua para no generar desequilibrios en el balance hídrico con importantes consecuencias para la salud o el rendimiento físico o intelectual. Las alteraciones del balance acuoso, pueden producir graves trastornos capaces incluso, de poner en peligro la vida del individuo.
10 problemas de la deshidratación
La sed aparece con una pérdida de tan solo el 2%
del peso corporal. Momento en el que:
1– aumenta la temperatura corporal,
2– disminuye el flujo de sangre en la piel,
3– se reduce la sudoración,
4– disminuye el rendimiento deportivo,
5– aumentan las pulsaciones cardíacas y por tanto
el esfuerzo cardiovascular,
6– se ve afectado el rendimiento intelectual (memoria
a corto plazo, atención, fatiga, facultades aritméticas,
rapidez psicomotriz, rapidez de decisiones, etc).
7– puede empeorar el proceso digestivo,
8– puede alterar la presión arterial,
9– puede aumentar la probabilidad de tener infecciones
y reacciones alérgicas,
10– puede provocar dolor de espalda, de cabeza, de las articulaciones y hasta pérdida
del control motor.
Conforme aumenta la deshidratación, la sintomatología se va incrementando hasta llegar al colapso e incluso la muerte.
Nuestras necesidades de líquidos aumentan con:
1- la edad: A partir de los 60 años, por un lado disminuye la proporción de agua del organismo y se precisa beber más líquidos. Pero por otro, las personas mayores tienen disminuida la percepción de sed y se sacian con una menor ingesta líquida.
2- la temperatura ambiental: a media que ésta incrementa, se precisan más líquidos.
3- la disfunción renal: precisa un mayor aporte líquido, para poder lograr la eliminación de los productos de deshecho.
4- los problemas digestivos: a medida que disminuye o se enlentece la función digestiva, aumenta la necesidad de líquidos. Una correcta ingesta de agua facilita un peristaltismo adecuado que ayude a prevenir el estreñimiento. La ingesta de aprox 300-400 mL de agua al levantarse por la mañana, en ayunas, de forma gradual durante 10-15 minutos, produce un efecto peristáltico beneficioso frente al estreñimiento.
5- el consumo de fármacos
6- el ejercicio físico
Recomendaciones en cuanto a la CANTIDAD de H2O
Se establece como recomendación adecuada en el adulto sano, entre unos 2,2 y 3 litros al día de líquidos (agua y otras bebidas), lo que representa aproximadamente el 81% del agua total ingerida. Y además, el agua contenida en los alimentos proporcionaría alrededor del 19% del agua total ingerida.
La ingesta ha de efectuarse gradualmente a lo largo de todo el día, forzando más la mañana y tarde, para evitar los despertares e incontinencia nocturna.
Evitar beber demasiado durante las comida, pues provoca llenado gástrico y saciedad. Se recomienda acompañar las comidas con 1 ó 1 ½ vaso de agua.
Durante los períodos entre las ingestas, tomar al menos de 4-6 vasos de agua fraccionados, como si se tratase de un fármaco prescrito.
Las infusiones pueden aceptarse como un aporte de agua.
El consumo de bebidas con azúcar se relaciona en múltiples estudios epidemiológicos con el aumento de peso, la diabetes y la enfermedad cardiovascular, y debemos evitar su ingesta.
Las bebidas alcohólicas no se recomiendan como un recurso para hidratarse.
Recomendaciones en cuanto a la CALIDAD del H2O
Las evidencias muestran que es mejor NO beber agua embotellada en plástico: A través del agua embotellada, absorbemos una variedad de sustancias químicas nocivas para nuestra salud, que se desprenden de las botellas de PET (plástico polietileno tereftalato) u otros plásticos que contienen bisfenol A (BPA), PCBs, PBDE, ftalatos, antimonio, colorantes y otras peligrosas toxinas.
Una exposición a estos compuestos puede provocar un daño genético causante de:
- cáncer,
- abortos
- defectos de nacimiento, incluido el síndrome de Down.
- tumores en la próstata,
- afectación en el desarrollo del tejido mamario
- afectación el recuento de esperma por lo que pueden producir infertilidad,
- graves problemas en nuestro sistema endocrino
- aumento del tejido adiposo, produciendo sobrepeso.
Es preferible beber el agua del grifo filtrada con jarras o purificadores con un correcto mantenimiento y para trasladarla, hacerlo en botellas de vidrio.
MUY IMPORTANTE!
Toma hoy la decisión de beber cada día 8 vasos de agua, programados entre que te levantas y la merienda.
Así verás mejorar tu piel y todo tu metabolismo. Y además, aumentará tu energía!
Bibliografía
http://scielo.isciii.es/pdf/nh/v26n1/articulos_especiales_3.pdf
http://www.sedca.es/publicaciones/revistas/NutrClinDietHosp08(28)2_3_19.pdf