Hoy vamos a hablar, a profundizar un poquito, sobre la fidelidad, la infidelidad, pero sobre la traición.
Sentirnos traicionados o traicionar a alguien.
Hablaremos de como nos sentimos y que hacer para salir de ello.
Cuando hablamos de fidelidad, nuestra mente se va a la pareja y al sexo
Entendemos que tenemos que ser fieles a nuestras parejas de forma sexual.
Pocas veces vemos que podemos y tenemos que ser fieles a otras personas y que la sexualidad no tiene cabida
Y prácticamente nunca pensamos o sentimos que sobre todo tenemos que sernos fieles a nosotros mismo.
Y si pensamos que es doloroso descubrir que nuestra pareja nos ha sido infiel, os aseguro que es mucho mas angustioso descubrirte en alguna situación donde te has metido tu sola por no respetar o defender tus creencias. Por ceder por comodidad. O simplemente por no pensarlo antes.
Es posible que un día te descubras a ti mismo/a, penando por hacer cosas que durante toda tu vida juraste no hacer. Juraste no caer. Te prometiste que NUNCA harías.
No hablo de la necesidad de cambiar tus valores o creencias. No hablo de adaptarte a las situaciones. Hablo de descubrir que has ido en contra tuya, o en contra de las personas que mas quieres, o que has destruido aquello que tanto te costó levantar.
Para ello tendríamos que saber o tener claro nuestra escala de valores. que premiamos y que condenamos, pero no de forma superficial, sino profunda, desde un profundo conocimiento de nuestra persona, de nuestro ser
Tal vez estas palabras no te digan nada. O quizás las entiendes perfectamente y no sabes como actuar.
Si sabes de que hablo, porque ocurrió en el pasado, porque se ha roto tu presente, o porque ves que en un futuro cercano algo puede estallar debido a tus acciones
Si sabes de que hablo, RESPIRA. Respira profundamente, sin miedo, sin juicio.
Lo que has hecho hasta ahora, hecho está. No es cuestión de cambiar el pasado , si no de responsabilizarse de lo que has causado. De nada vale ya lamentarse, despotricar. No busques culpables, ni escusas. No intentes que alguien page por lo que ha pasado.
Lo cierto, es que ahora lo que hay que hacer es arreglar esa situación. Y solo lo podremos hacer si contamos con nosotros mismos. No esperes nada de nadie, nadie te va a salvar.
Tienes lo mas importante, a ti mismo. No mires lo que has perdido.
Tan solo respira, levántate y ponte en movimiento
Habla con quien tengas que hablar, dile desde lo mas profundo de tu corazón que sientes lo ocurrido, no le pongas excusas, no le cuentes las dificultades con las que te encontraste. Solo pide perdón por el dolor que has ocasionado
Demuéstrale que vas a hacer todo lo posible para salir de donde te has metido, mirando hacia el futuro, construyendo. Tomando las piezas rotas, mimÁndolas y rearmando en lo posible lo destruido.
Comprende el dolor que has generado gratuitamente, lava las heridas, se una parte activa en la recuperación.
Respeta la reacción de los demás, tienen derecho a tener su momento de dolor, frustración, desazón. Y permite que se desahoguen como puedan. Respeta el tiempo que cada uno precisa.
Y sobre todo, lo primero
Habla contigo, perdónate, date tiempo, respétate, y ponte en movimiento para remediar aquello que tu mismo has generado.
Respira, respira profundamente, una y otra vez
Céntrate en el ahora, en el presente. Respira
Es ahora cuando tienes la opción de hacer, es en el ahora donde esta tu poder.
Es ahora, solo ahora lo que existe.
El ayer hecho está. El mañana no sabemos si estará
Ahora estas aquí, y tienes la oportunidad, la capacidad de decidir como vivirlo. Como quieres vivir, sentir, pensar.
Ahora eliges si quieres llorar por lo acontecido que no se puede cambiar o si quieres construir, perdonar y seguir adelante.
Respira, no hay miedo. Por que sabes que quieres avanzar
Respira, no hay duda. Porque cuando te pones en movimiento las oportunidades comienzan a presentarse.
Respira, no te resistas, no pongas resistencia para acabar con tu dolor.
Respira, solo respira. Y permite que todas esas sensaciones fluyan, vayan desapareciendo.
Te tienes a ti, tu mejor amigo. Donde habita tu fuerza, tu coraje. Donde se encuentran todo lo que precisas para seguir adelante, para allanar el camino.
En ti está todo lo que precisas. Confía.
Respira lentamente una y otra vez.