La frustración
La frustración es una respuesta emocional que experimentamos cuando tenemos un deseo, algo que queremos que suceda y no ocurre a pesar de nuestros esfuerzos o del tiempo invertido.
Esto nos provoca sentimientos de frustración, ira, decepción, malestar. Cuanto mayor sea la distancia entre nuestros deseos y la realidad, mayor será la frustración.
Por ejemplo, al comunicarnos con personas que tienen Síndrome de Down, deseamos que hablen y se expresen como los demás, que formulen frases, armen oraciones y se hagan entender. Sin embargo, en muchos casos, esto no sucede y nuestra frustración aumenta a medida que la comunicación es más limitada.
También experimentamos mucha frustración al comparar a nuestros hijos con otros que pueden hacer más cosas que ellos.
La frustración en un sentimiento cómo cualquier otro, pero a menudo nos incomoda porque nos hace sentir fracasados e impotentes.
Cuando no somos conscientes de lo que nos frustra, podemos experimentar:
- ira, enojo o impaciencia dirigidos hacia nuestros hijos o con cualquier persona, cómo una forma de liberar la frustración.
- Inseguridad o bloqueo emocional.
- Depresión o pérdida de confianza.
- Deseo de rendirnos, darnos por vencidos y abandonar la búsqueda de lo que queremos.
Para gestionar la frustración es importante:
- Tomarse un momento para parar, detenerse.
- Respirar, observar y reflexionar sobre lo que está causando la frustración.
- Reconocer que la frustración proviene de las expectativas nuestras, o de las comparaciones que hacemos.
- Observar cómo se está comunicando nuestro hijo en este momento, ya que la comunicación va más allá de las palabras. Puede expresarse de diversas maneras; a través de la mirada, de gestos, de enojos, de esconderse, de sonrisas, de llantos, de señalar con las manos, de palabras sueltas, de oraciones simples, etc. Todo esto es una forma de comunicación que debemos entender y aprender.
- Evaluar y ajustar nuestras expectativas para que estén alineadas con las capacidades reales de nuestro hijo.
- Alentar y reconocer los esfuerzos que hace en la comunicación.
- Trabajar junto con los profesionales, cómo logopedas, para obtener orientación y actividades para realizar en casa.
- Trabajar en el presente, centrándose en las habilidades actuales de nuestro hijo.
- Entender que solo trabajando en el presente se puede construir un futuro mejor, ya que el futuro es el resultado de la sucesión de momentos presentes.