Los psicólogos/as infantiles son profesionales del ámbito de la Psicología que se especializaron para trabajar con menores de todas las edades desde bebés hasta adolescentes. Su abordaje consiste entender los aspectos emocionales, cognitivos, conductuales y/o de aprendizaje de la infancia y la adolescencia que puedan estar interfiriendo en su desarrollo. En otras palabras, pueden trabajar con un menor que está presentando rabietas desbordantes por una situación de malestar en casa, acompañar a una niña durante el divorcio de sus padres, evaluar una posible dislexia o actuar ante un caso de mutismo selectivo en un niño de 4 años.
Además de la evaluación que naturalmente se realiza en otras edades, estos profesionales realizan terapias individuales o grupales así como intervención con familias y todas aquellas personas que intervienen en la educación o en el día a día de estos jóvenes. Ejemplo de ello sería el asesoramiento y coordinación con profesores, tutores o servicios de orientación educativa o psicopedagógica. También pueden realizar talleres o charlas de prevención en centros escolares o en espacios públicos como ayuntamientos, centros culturales, de juventud… Así mismo, su labor tiene un carácter sociocomunitario ya que desarrollan un importantísimo trabajo con poblaciones marginadas o en contextos sociales desfavorables.
Son expertos/as que deben conocer muy bien el desarrollo evolutivo humano, manejar conocimientos a nivel cerebral y psicopatologías propias de la infancia o adolescencia, además de saber adaptar las terapias a la edad del menor como por ejemplo a través del juego, es decir, que los niños sientan que el profesional hace «su magia» durante las sesiones y que ellos pueden expresar sus emociones o traumas de una forma segura.
Uno de los autores más relevantes en este campo fue Jean Piaget, quien contribuyó en gran medida a entender el desarrollo cognitivo de los niños/as. Su teoría parte de que los niños no son sujetos pasivos en su aprendizaje sino seres activos que participan en su propia construcción (en línea con la escuela Montessori). Su teoría se divide en cuatro etapas:
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Etapa Sensoriomotora (0-2 años): Durante esta etapa, los niños exploran el mundo a través de los sentidos y el movimiento. Aprenden sobre la permanencia del objeto, es decir, que los objetos siguen existiendo incluso cuando no los ven.
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Etapa Preoperacional (2-7 años): Aquí los niños desarrollan habilidades de lenguaje y simbolismo, pero todavía tienen dificultades para pensar desde la lógica. Suelen ser egocéntricos, lo que significa que tienen dificultades para ver las cosas desde la perspectiva de los demás.
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Etapa de las Operaciones Concretas (7-11 años): Durante esta etapa, los niños/as desarrollan la capacidad de pensar lógicamente sobre objetos y eventos concretos. Pueden realizar operaciones mentales.
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Etapa de las Operaciones Formales (11 años en adelante): En este período, los adolescentes desarrollan el razonamiento abstracto y aún más la lógica. Pueden pensar en hipótesis, consecuencias y posibilidades.
Jean Piaget no solo contribuyó al avance con esta teoría sino que aportó además otros conceptos igualmente relevantes (ej. entrevistas clínicas, constructivismo…), estableciéndole como una figura sustancial en el campo de la Educación y la Psicología.
También fueron cruciales las aportaciones de Mary Ainsworth, quien centró su investigación en la comprensión de cómo los niños/as forman vínculos emocionales con sus progenitores y cómo estos lazos impactan en su crecimiento y desarrollo.
La contribución más destacada de esta Doctora en Psicología fue su famoso «experimento de la situación extraña». Este innovador estudio, realizado en la década de 1960, revolucionó la comprensión del apego infantil. Inicialmente se sometió al experimento a 26 bebés de entre 12 a 18 meses ante situaciones de separación y reunión con sus cuidadores en un entorno controlado y seguro. A través de observaciones detalladas, Ainsworth identificó tres patrones principales de apego:
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Apego Seguro: estos bebés se sentían cómodos explorando su entorno cuando sus cuidadores estaban presentes, pero también buscaban consuelo y proximidad cuando se sentían ansiosos o asustados. Estos niños tenían cuidadores sensibles y responsivos que balanceaban correctamente cuándo se tenían que alejar dejando independencia, permitiendo la exploración y cuándo acercarse o mostrándose receptivos.
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Apego Inseguro-Evitativo: los bebés con este tipo de apego parecían no preocuparse demasiado por la presencia o ausencia de sus padres. A menudo, evitaban el contacto con ellos y no buscaban consuelo de manera activa.
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Apego Inseguro-Ambivalente: los bebés con un apego inseguro-ambivalente mostraban ansiedad constante por la separación y dificultades para calmarse aunque los progenitores estuvieran presentes. Esto se debía a que sus cuidadores podían ser impredecibles con las respuestas que daban, generando confusión y angustia en el bebé.
Si bien es cierto que John Bowlby fue el primero en desarrollar la teoría del apego en la década de 1950, fue Mary Ainsworth quien llevó a cabo investigaciones empíricas que respaldaron y ampliaron esta misma teoría. Con este experimento proporcionó evidencia empírica crucial para identificar diferentes patrones de apego y para comprender cómo los niños reaccionan cuando se separan de sus cuidadores y luego se reencuentran con ellos.
Estas investigaciones dejaron un importante legado en referencia al valor que tiene establecer un ambiente familiar saludable y de apoyo, así como conocer los hitos clave en el desarrollo cognitivo, emocional y social de los más pequeños.
Para concluir, nos gustaría cerrar con algunas de las nuevas líneas de investigación de este campo poniendo el foco en las necesidades que actualmente presenta la Psicología Infantil:
- Profundizar en el conocimiento de las causas de la discapacidad en la infancia temprana.
- Procesos de aprendizaje e instrucción en diferentes contextos educativos formales e informales, así como en diferentes materias (matemáticas, ciencia, lengua…).
- Nuevas prácticas de aprendizaje, enseñanza y evaluación.
- Desarrollo de la regulación emocional y motivacional en el período de Infantil y Primaria.
- Desarrollo de la comprensión del mundo social entendido como la nacionalidad o la economía, entre otros.
Esperamos que estos conceptos os ayuden a resolver dudas y/o a querer profundizar en el interesante mundo del comportamiento infantil.
En las siguientes entradas del blog continuaremos con la guía hablando de educación, aprendizaje, trastornos del desarrollo y cuáles son los problemas más comunes en la infancia y la adolescencia. Puedes inscribirte a la newsletter y te llegará directamente a tu correo.